#TheClassOf2023 Entrevista con Danae Reynaud: el cine para creer en el futuro

// Por: Ernesto Cruz

vie 24 febrero, 2023

Fotografías de Carlos Asse

Bien lo dice la curadora de arte Sara Hermann: una de bendiciones que ofrece la cultura actual que existe entorno a las imágenes es que, además de ser un reflejo de la realidad, también pueden ser el puente para imaginar pasados, presentes y futuros mejores.

El cine, que por naturaleza es capaz de regirse bajo la ficción, comparte esta virtud. Y en un mundo que se acostumbra a realidades desalentadoras y fatalistas, el cine es una trinchera de resistencia para fortalecer la esperanza.

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La actriz y directora Danae Reynaud es una fiel partidaria de lo anterior. Una artista cuya carrera se ha construido desde la capacidad de transitar del Cine Pop al Cine de autor con una naturalidad al alcance de pocos tiene las credenciales suficientes para ejercer como herramienta del optimismo, desde el afán por ratificar su profesión como lo más importante de lo menos importante: impulsora de cambios y revoluciones de pensamiento a partir de una escena memorable.

Entrevistamos a Danae Reynaud como parte de nuestro especial THE CLASS OF 2023, esta carta de amor al futuro en la que Warp re asume su posición como escaparate de los talentos que ya marcan el ritmo de las industrias creativas hoy; pero que apuntan a convertirse en las leyendas del mañana.

Lee a continuación la conversación completa:

Para empezar me gustaría hacer una pregunta que no sé si ya se escuche desfasada; pero siento que sigue en el inconsciente colectivo de todos, dado que estamos a punto de cumplir tres años desde que empezó la pandemia y a veces se siente así de lejano y otras veces parece que nos sigue respirando en la nuca:

¿Qué tanto se transformó tu percepción sobre el cine de antes de la pandemia a hoy?

Sí, bueno, para mi -como para muchas personas- no fue un proceso de aprendizaje muy bonito pero fue la confirmación de que no quiero ni puedo hacer nada más que no sea a lo que me dedico… De que, si estoy en esto,  es todo o nada.

Creo que nos vimos obligados a emprender una búsqueda muy poderosa respecto al significado de nuestras vidas y todo lo que las compone; sin embargo, dentro de mí había una resistencia que si bien aún no valoro si era sana o necesaria o lo que sea, era una resistencia muy grande a reconsiderar  mi vida dentro del cine y la actuación. 

La verdad es que por un momento sí creí que jamás volveríamos a hacer cine, que actuar no servía de nada,  que íbamos a estar encerrados en nuestras casas de por vida  y que este se iba a convertir en un mundo apocalíptico. Tal vez me fui muy a la fantasía de lo que concebimos como el fin del mundo; pero es que para mi se sentía así ante la posibilidad de ya no poder hacer lo que me apasiona. Como si te arrancaran el corazón y te obligaran a seguir viviendo a pesar de eso.

Al final, afortunadamente, todas mis proyecciones sobre el fin de los tiempos estaban equivocadas y cuando pude regresar a trabajar, mi manera de comprometerme con los proyectos ha sido desde un amor exacerbado por mi profesión. Ahora tengo muy presente que todo se puede acabar en cualquier momento y al despertarme para un día de llamado me siento agradecida por seguir aquí y que el cine también permanezca. 

Tal vez se escucha un poco como el cliché de <<vive todos los días como si fueran el último>>  pero no deberíamos tomarlo como un cliché porque ya comprobamos que de un momento a otro se puede volver realidad. No solo se trata de que un día pase y te atropellen; sino que, literalmente, el mundo se puede detener’’. 

 

  Es que sí, o sea, en diez, veinte o treinta años los libros van a hablar de ese periodo como un evento histórico y nosotros lo miraremos en retrospectiva como nuestro punto de quiebre personal y colectivo. 

‘’Sí, creo que esta clase de eventos como todas las catástrofes entre comillas adquieren esa condición histórica.  Sentí lo mismo con el temblor de 2017, o incluso las tragedias personales que marcan tu propia cronología, como cuando alguien muy querido fallece y te replanteas cosas y entendemos por qué la frase que decíamos hace un momento no es un cliché’’.

 

Bueno, entonces si para ti 2020 fue como visualizar el fin del mundo, ¿trabajaste en algo ese año o cómo te reactivaste?

‘’Sí, digamos que casi todo el año estuve completamente parada.  Lo que pasa es que hay una película que se va a estrenar en cosa de días y esa película originalmente se iba a filmar en febrero de 2020, pero por cuestiones que no tenían nada qué ver con la pandemia, no se rodó en ese momento y entonces se reprogramó para julio; luego pasó lo que pasó y se pudo armar hasta diciembre del 2021. 

Asimilar eso también fue un golpe duro porque primero tenía una chamba programada y de repente nada, ¿no? Así que después de enero, tras el rodaje de una película que se llama ‘’90 días para el 2 de julio’’ se acabó todo.  Ya hacia 2021 hice un corto con el mismo director -Rafael Martínez García- que está en YouTube y que va de puras personas grabandose, como si fueran videoblogs, pues; y cada actor hizo  su parte desde donde estaba.  El corto se llama Alina 18 y ya, fue lo único que actué en la pandemia hasta que llegó el concurso este de 48 Horas y un amigo me invitó pero era muy raro porque casi nadie le quería entrar: los contagios todavía estaban algos, no había vacunas y las pruebas no estaban tan a la mano ni tan baratas como ahora; pero me urgía regresar  y eso fue como un salvavidas.

Fuera de eso, nada más, al menos como actriz porque escribí mucho y avancé mucho en proyectos personales, lo cual también agradecí con el tiempo porque de otro modo no habría podido entregarles el tiempo que les di. 

Igual aproveché para estudiar en línea un diplomado en la Escuela de Stella Adler. Originalmente lo iba tomar el año previo y la idea era entrarle presencial, con viaje a Los Ángeles y todo; luego pasó lo que pasó y me preguntaron que si me esperaba otro año y yo dije no porque no sabía si, efectivamente, el mundo se iba a terminar, así que ahora que lo pienso fue un año de hacer cosas relacionadas con mi trabajo que de otra manera no habría tenido tiempo de hacer’’.

 

Ahorita mencionaste tus proyectos personales, y sé que estás en el proceso de tu ópera prima… ¿Cómo va eso exactamente?

‘’Sí, de hecho mañana empieza la tercera semana de rodaje… Tercera y última. Es un proyecto de valientes porque nos lanzamos al vacío y juntamos el dinero a través de una fundadora y ahora estamos tan cerca de entrar a posproducción que luego todavía cuesta creerlo’’. 

 

 ¿Y cómo ha sido el proceso de transición de actriz a directora? Porque sé que dominas el lenguaje técnico detrás de cámaras y eso debe ser una ventaja. 

‘’Pues de entrada me ha dejado claro que si bien estoy capacitada para ambas posiciones, mi fuerte es la actuación, es lo que me hace más feliz; pero también es justo decir que sigo a la mitad de esta oportunidad debut como directora, así que que todavía no tengo bien claro el balance final de la experiencia. 

Igual y si dentro de unos meses me hacen la misma pregunta tendré un respuesta más clara., 

O sea, es muy bonito porque siento que mi faceta como actriz alimenta mucho a mi faceta como directora. Yo ya tenía cierta experiencia como directora porque estuve al frente de varios cortos en la escuela y la manera de abordar la dirección era muy distinta porque trabajé con el personal indispensable y casi siempre era con dinero de mi bolsillo, con otros estudiante del CCC  que casi que estaban obligados a colaborar porque todos nos ayudamos entre todos; pero ahora la responsabilidad es mayor porque ya hay dinero de más personas e instancias involucradas;  se siente como un set más en forma -aunque todos los sets, de cualquier tamaño, son de verdad- solo que de este lado hay algo como muy real que todavía no he logrado entender.

Estoy creciendo mucho y aún se siente como un sueño… Un sueño que a veces es súper abrumador (risas) en el buen sentido si es que eso existe… Un sueño que de repente puede ser muy desconcertante. Te digo que todavía no sé bien cómo definirlo.  Al final de cuentas creo que lo más importante es que todo partió de la valentía y la entrega de todas las personas que están ahí conmigo,  la cual recibo como un regalo’’.

 

Aparte siento que, o al menos desde afuera da esa sensación, que cuando se habla de la dirección solo se piensa que se trata de establecer una ruta creativa, una visión filosófica y una visión narrativa de las cosas; pero ya cuando estás en el set también debes desarrollar una ética de trabajo, una manera de relacionarse con la gente con la que trabajas para llegar a los mejores acuerdos y con ello sacar el mejor rendimiento de los participantes. ¿Cómo ha sido esa parte para ti?

‘’Creo que en mi caso específico parte del gran equipo que me rodea: mis productores que son Juan Carlos Barranco. y Miranda Ledesma,  mi fotógrafa, que es Natalia Bermúdez y mis actores principales que son Joshua Okamoto y Mariane Cartas y Mario Cortijo somos, digamos, los dueños de la película; y todos lo estamos haciendo por amor y claro que al principio es difícil entendernos, pero es un poco como la vida, ¿no? Y las relaciones humanas con sus respectivas particularidades surgidas a partir de la forma de ser de cada quien;  y luego lo logístico y la burocracia y los protocolos… En esta película es lo que más me ha costado trabajo entender, lo cual no impide que al mismo tiempo sea de lo más bonito. 

A decir verdad creo que parte del hecho de que, al haber poco dinero, pues eres más cuidadoso y meticuloso con todo. De cierto modo sabes que un error o una discusión es tiempo perdido y tiempo perdido es dinero perdido también; así que está todo eso sobre la mesa: que lo llevamos de manera muy comunitaria, que hay familiaridad entre todos y que el margen de maniobra es muy reducido. 

Ya cuando consideras todo eso entiendes que la gente quiere estar porque cree en el proyecto y que más allá de egos y discusiones absurdas, su objetivo es que las cosas salgan bien, ¿no?’’

Creo que por la manera en la que se ha dado tu carrera tienes como una visión muy particular de lo que es el cine mexicano en el sentido de que eres perfectamente capaz de estar en una producción súper mainstream, súper cine pop, etcétera, etcétera; y al mismo tiempo eres capaz de reconvertirte y aparecer una producción súper independiente. Incluso he visto que te gusta mucho participar con directoras y directores debutantes;  entonces, en ese sentido me gustaría preguntarte: 

¿Es complicado ese rollo de cambiar el chip entre ir de un tipo de producción a otra o ya? O ya es algo que tienes muy dominado y muy naturalizado en tu manera de trabajar.

Es que para mi la naturaleza de los proyectos no es algo que me conflictúe a la hora de, como dices,  cambiar el chip. Ya con el tiempo aprendes que cada proyecto necesita que empieces de cero porque tienen naturalezas muy diferentes. Y más siendo actriz porque cambias de personaje,  de historia, de género…

También te das cuenta de que hay gente profesional y poco profesional en todas partes. Yo me he topado con producciones estudiantiles donde trabajan como relojería suiza y son super precisos y respetuosos entre sí; y otras con presupuestos de millones en los que son super displicentes y no les importa el trabajo de los demás; y viceversa. 

Igual creo que eso que mencionas parte de mi propio interés por explorar y vivir de maneras diferentes el cine, de moverme entre universos y maneras de trabajar, ya sea cine, teatro, tele, doblaje…  

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Partiendo de esa experiencia  y de tu visión particular del cine mexicano en general:  

Apenas que se estrenaba la película de Natalia Beristáin en Netflix me metí a los comentarios de Facebook de la promoción de la película y me encontré con una conversación que,a decir verdad, no esperaba en primera instancia, pero que después me hizo sentido que la audiencia genere esta reflexión sobre el hecho de que les parecía bien que películas como ‘’Grita’’, ‘’Sin Señas Particulares’’ o ‘’La Civil’’ tengan reconocimiento nacional o internacional; sin embargo, les molestaba que la visión que se genere del cine mexicano siempre tenga relación con nuestros problemas o desgracias, y bueno, yo entiendo que hasta cierto punto sí tiene qué ver con un tema de difusión porque esas solo son algunas de las muchas muchas películas que se hacen en nuestro país con argumentos muy diferentes, solo que también es fácil empatizar con ese público que vive esas realidades a diario y que aparte también se las tiene que encontrar en el cine. 

 

Partiendo de eso y de otras discusiones pertinentes como la descentralización del cine o de darle la cámara a otras miradas más allá de la del hombre privilegiado, ¿qué opinas al respecto? 

‘’Pues creo que se cruzan varias causas para que se dé esa situación: primero, como dices, la falta de difusión; después, la falta de interés de la gente por buscar, ya no digamos cine diferente al comercial sino cine del que desea ver, y después, falta de accesibilidad a esos contenidos para la gente que está abierta a ver todo tipo de películas. Un círculo vicioso, pues. 

Luego, del lado de quienes realizamos cine, que delimitamos muchos los polos de la narrativa: o comedias comerciales muy wannabe gringas o películas super densas en temática, duración, tratamiento… 

A mi en lo personal me gusta buscar proyectos en el punto medio: que tengan la manufactura de una película en la que se priorice de igual forma el fondo y la forma; pero cuya temática pueda abordar cualquier cosa: desde problemáticas sociales hasta sutilezas y cotidianidades. Todas las historias merecen contadas’’. 

Y luego está el hecho de que los festivales -generalmente los europeos y los gringos-  que al final sirven como trampolín mediático de una buena parte del cine mexicano, exotizan nuestros problemas para su beneplácito, ¿no? Como para recordarse que, según ellos, están mejor que nosotros.

‘’Totalmente, y al final también es parte del círculo vicioso porque ellos hacen eso con nuestras películas pero al final sigue siendo de los pocos caminos que tienen el cine de autor para llamar la atención y poder conseguir una ventana de exhibición comercial’’. 

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Ya hacia el final de la entrevista, me gustaría preguntarte: ¿Consideras que la función del cine en la vida pública cambió durante los últimos años? 

‘’Más que cambiado, creo que se ha revalorizado. Tendría que partir de por qué empecé en  esto para argumentar mi punto: yo desde niña sabía que me quería dedicar a la actuación porque siempre me gustó la posibilidad de interpretar otras vidas; y aún me sigue gustando; pero, regresando a donde empezamos en la conversación, después me di cuenta de que asumir mi profesión sólo de esa manera era algo egoísta:

Y pasé de creer que si con el fin del mundo empezaban a eliminar profesiones según su valor en la escala de aportaciones a la supervivencia de la gente, los artistas seríamos los primeros en irnos, a darme cuenta de que al final somos una manera de plantear otros mundos posibles, mejores futuros, pasados más realistas y tal vez más sanos…

Porque somos estos animalitos en medio del universo infinito capaces de hacer cosas horribles pero también muy bellas; entonces me resulta conmovedor pensar lo irrelevante que es el cine para el día a día de las personas pero al mismo tiempo en la reflexión de la vida en sociedad. Y no me refiero a que de repente una película cambie de parecer a millones, pero con que cambie a una o a dos personas, creo que ya hizo su trabajo, porque al final esas dos personas tienen injerencia directa en el mundo y ya con que ellos crean en el futuro, habrá más activos en esta causa, digamos, optimista’’.

En esa línea del optimismo: ¿cómo crees que será el cine del futuro? 

‘’Mmmmmh creo que mi respuesta irá en dos vertientes:

Primero, que el cine del futuro, y ya del presente, se está volviendo más accesible y creo que con el paso del tiempo se abrirá aún más y más. Lo digo en el sentido de que si bien sigue siendo muy difícil acceder a una cámara, ya no es imposible como antes. Incluso ya hay películas laureadas hechas con el celular o con equipos no profesionales; entonces eso ya me parece muy emocionante porque significa que las herramientas caerán en manos de gente que jamás tuvo el micrófono para contar sus historias; y ahora, al tenerlo más cerca, la diversidad de temas y maneras de contarlos crecerá. Hay historias que siempre han estado ahí pero que no todos somos aptos ni capaces de llevarlas a la pantalla y ahora sus protagonistas serán los encargados de darlas a conocer. 

Por otro lado, ya en el plano de la tecnología, me parece que es muy obvio el camino que se está tomando para hacerlo inmersivo y cuatridimensional, que la gente pueda participar de ello. 

Incluso ya conozco directoras, directores y guionistas trabajando con programadores y diseñadores para construir videojuegos.  Es a donde va esto’’. 

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También, sobre el futuro,  John Waters en la que menciona que en el futuro no tan lejano a los cineastas les dejará de importar el hacerse famosos o millonarios y su prioridad volverá a ser que la gente vea sus películas más allá de festivales y la cadena de distribución en general. 

‘’Sí, totalmente. Voy a poner un ejemplo muy tonto, pero los estudiantes de cine que hacen su corto y luego los festivalean y después lo tienen en privado en línea es: ¿Como por qué lo tienes en privado? Si se supone que lo que quieres lo que quieres es que el público vea tu obra, ¿no?

Es como dicen: la película no está terminada hasta que la gente la ve, y yo creo en eso’’.