Ayer se publicó un nuevo reporte por parte de Jia Tolentino y Ronan Farrow en The New Yorker que revela, entre otras cosas, que Britney Spears ha llamado repetidamente al 911 tras sufrir de abusos constantes durante su tutela. Entre otros detalles, algo que sobresale en el artículo son un par de párrafos que describen la forma en cómo se controlan las redes sociales de la princesa del pop, uno de los misterios que desencadenaron la creación del movimiento #FreeBritney.
A lo largo de los últimos años, los seguidores de la cantante sugirieron que Britney había estado mandando mensajes de auxilio en código a través de sus publicaciones, que incluyen bailes, fotografías de archivo y escritos que, en su mayoría, eran bastante vagos y libres de interpretación. Mientras que otros tantos afirmaron que la intérprete ni siquiera era la intérprete la persona que alimentaba su cuenta de Instagram.
Ahora sabemos que alrededor de 10 personas son las responsables de manejar los asuntos legales y de negocios de la cantautora, incluyendo relaciones públicas y redes sociales. Ellos se reúnen todos los jueves y parte de su tiempo está enfocado en discutir los próximos posteos de Britney Spears en sus cuentas de Instagram y Twitter. “Así es como funciona sin involucrarla”, declaró uno de los miembros del equipo.
Ellos declararon que ella normalmente escribe sus propios posteos previo a mandarlos a este equipo por CrowdSurf, la compañía que maneja sus redes sociales, que después decide qué publicar y qué no. Entre los tópicos que normalmente rechazan de la cantante se encuentran algunos temas “sensibles” o de “carácter legal”. Además, el entrevistado aseguró que “no se supone que hable de su tutela”.
Britney también habló sobre su presencia en Instagram a finales del mes pasado, luego de su apelación directa para que su tutela terminara en una rara aparición en la corte. “Pido disculpas por fingir que he estado bien los últimos dos años”, declaró. “Lo hice por mi orgullo y me dio vergüenza compartir lo que me pasó”.