Un repaso por la discografía de Radiohead a través de su Librería Pública

// Por: Oscar Adame

vie 24 enero, 2020

Aunque el quinteto más famoso de Oxford, Inglaterra, no ha presentado novedades creativas desde el lanzamiento de A Moon Shaped Pool (2016)esta semana los fanáticos de Radiohead pudieron profundizar en todo el trabajo discográfico de la agrupación gracias a la publicación de su propia biblioteca virtual, un espacio finamente curado que llegó bajo el título de Radiohead Public Library. 

En él podemos tener acceso directo a los principales sencillos, objetos de mercancía, videos musicales, apariciones en televisión, conciertos, EP’s, álbumes en vivo y álbumes de estudio, facilitándole la tarea de investigación a los neófitos de la carrera de la agrupación, pero también funge como una gran piscina llena de nostalgia para sus seguidores más aferrados. Es un sistema fino, fácil de aprender, que viene dividido en nueve secciones que representan a cada uno de los trabajos de estudio de Radiohead.

De su época independiente con tintes grunge a la publicación de Pablo Honey (1993), en su primer etapa, hasta los lanzamientos correspondientes a la publicación de su último álbum de estudio en la parte final del archivo. Todo está dividido de una forma en la cual no solo se resalta el trabajo musical de la banda; si no que también exalta la esencia estética de cada uno de los álbumes, con fuertes tintes rojos en el intensamente político Hail To The Thief (2003) a los azules fríos que distinguen la descripción distópica de OK Computer (1997)como dos de los ejemplos más claros. 

Se trata de una compilación importante puesto que se trata de uno de los proyectos más celebrados e influyentes de la música popular que además se distingue por haber tocado ramas bastante distintas de este medio artístico en su discografía. Todo eso sin perder nunca su estilo, generado a base de una supuesta intelectualidad auto-consciente que los llevó a entrelazar la nostalgia del pop británico con la electrónica de avanzada y la música académica contemporánea. 

 

Morado – Pablo Honey, la etapa grunge 

Formada en 1987 dentro de las instalaciones de la Universidad de Exeter bajo el nombre de On A Friday, el quinteto empezó a componer canciones de un rock-alternativo angustiante, con guitarras pulsantes y un trabajo rítmico típico. La mayor parte de las canciones que provienen de esta etapa son piezas pegajosas que encuentran sus influencias directas en Pixies y Sonic Youth, razón por la cual muchos críticos de la época los consideraron -la versión británica de Nirvana-. 

Tras un EP titulado Drill (1992), la agrupación logró un contrato discográfico Parlaphone para la publicación de su álbum debut, el cual llegó un año después bajo el título de Pablo Honey (1993). Ellos llamaron inmediatamente la atención del sello debido a los adelantos presentados del sencillo ‘Creep’, una pieza intensa de rock-alternativo que sobresale gracias a su segundo verso, el cual es “destrozado” por la guitarra de Jonny Greenwood. Una historia ya legendaria en la cual el instrumentista decidió echar a perder la sesión debido a su disgusto con la pieza, elemento que terminó dandole la fuerza necesaria al tema para ser un éxito transnacional.

Normalmente esta etapa suele considerarse como la -menor- en la carrera de la agrupación. Sin embargo, si no hubiera sido por esta pegajosa colección de canciones, en específico por el éxito de ‘Creep’, el quinteto no hubiera tenido la libertad para experimentar de la cual hicieron uso a los pocos años. 

El tono púrpura fue muy usado en esta etapa como una fuerte contraposición con el amarillo de su portada y el cabello de Thom Yorke. Dos colores que en conjunto simbolizan inestabilidad y misterio que suele verse en las películas de terror clásicas. Estéticamente, la banda hizo uso de distintos tipos de collage para su trabajo artístico. 

Canciones Imprescindibles: Creep, Pop Is Dead, Anyone Can Play Guitar y Prove Yourself. 

Verde – The Bends, inclusión al britpop

Esta etapa fue la que inició con la historia del sonido por el cual Radiohead es reconocido puesto que marca su integración consciente a la experimentación con los tintes nostálgicos del pop inglés en una época en la cual el britpop estaba en su mejor momento. Canciones que se distinguen por ser limpias en su interpretación, siguiendo reglas básicas de composición.

Además, fue el primer material en el cual trabajaron con sus colaboradores Nigel Goldrich, quien ha producido todos sus materiales desde entonces, y Stanley Donwood, diseñador que ha trabajado en todo el trabajo gráfico de Radiohead desde el éxito de The Bends. 

Al momento de la publicación de su segundo álbum de estudio, la crítica especializada se sorprendió bastante por el nivel de composición, las líricas crípticas y el discurso anti-materialista del material. Llegó a ser tal su nivel de aclamación que al momento la NME lo nombró como un “clásico instantáneo que resume todo el rock de los años 90″. Sin embargo, su éxito no solo fue crítico, puesto que comercialmente le fue muy bien, con una certificación triple platino y sencillos que llegaron al top 10 en Inglaterra, como ‘Street Spirit (Fade Out)’, ‘Fake Plastic Trees’ y ‘High And Dry’.

En esta etapa se usó mucho el contraste entre el color de la naturaleza, el verde, con el color de la destrucción, el rojo. Una combinación que se usa para revelar una bipolaridad que deriva de la fragilidad y la destrucción. Los tintes melancólicos del álbum revelan a la perfección el por qué de su elección. 

Canciones Imprescindibles: ‘The Bends’, ‘Fake Plastic Trees’, ‘Street Spirit’, ‘Nice Dream’, ‘My Iron Ling’, y ‘Planet Telex’. 

Azul – OK Computer, la distopia futurista

Aunque el segundo bloque de Radiohead nos dejó con una colección de sencillos y un material de estudio que son considerados como clásicos imprescindibles de la música alternativa, el verdadero salto del quinteto para convertirse en uno de los proyectos más aclamados y seguidos de la historia se dio con la publicación de OK Computer (1997), su tercer álbum de estudio en donde se empiezan a notar las pretensiones académicas de la banda al aceptar mayores colaboraciones de su guitarrista Jonny Greenwood, el único miembro de la agrupación que estudió música. 

Sin embargo, pese a contener influencias interesantes de compositores de la música minimalista como Philip Glass y el trabajo de guitarras atmosféricas que deviene del ‘Counterpoint’ de Steve Recih, uno de los puntos más importantes por los cuales el álbum llamó tanto la atención fue la narrativa gestada por Thom Yorke, basada en el libro 1984 de George Orwell con hombres de negocios infelices, computadoras que cada vez nos alejan más de nuestra humanidad, grandes corporaciones que explotan a sus trabajadores y una sociedad materialista. Muchos dicen que es la introducción musical perfecta hacia el nuevo milenio gracias a ello, puesto que se puede sentir una escena similar a la de nuestra sociedad actual, en la cual las interacciones sociales son regidas por las redes cibernéticas. 

Este álbum fue tan aclamado que muchos lo llegaron a considerar al momento de su publicación como el material discográfico más importante desde que The Beatles decidió separarse. Otros tantos lo nombraron como un disco futurista de grandes sensibilidades y un trabajo armónico impecable. Sin duda, los detalles son los que le dan a OK Computer el estatus de lo que es hoy en día, en gran parte la razón por la cual Radiohead es tan importante y popular. 

Los colores blancos y azules pálidos le dan la presentación perfecta al disco, al ser los colores que simbolizan a la tecnología con tonos futuristas, tal como el mundo que describe el álbum, pero que también se alejan de lo humano, de lo cálido, por ello también pueden tomarse en cuenta como dos colores de tintes tristes.

Canciones Imprescindibles: Airbag, Paranoid Android, Exit Music (For A Film), Let Down, Karma Police, Climbing Up The Walls, No Surprises. 

Rojo – Kid A, la electrónica experimental

La tercer etapa de la banda es sin dudas la más exitosa y popular en la historia del grupo; sin embargo, con la llegada del nuevo milenio llegó la que probablemente sea la más influyente aunque polémica en su discografía. Cuando Kid A (2000) llegó a finales del primer año de una nueva etapa para la humanidad, como el material discográfico más esperado de aquellos doce meses, su público y la crítica se dividieron entre aquellos que notaron en el trabajo de tintes experimentales a una banda en constante crecimiento y renovación que logró publicar un material imprescindible para la historia de la música; y aquellos que les pareció un trabajo ridículo regido únicamente por la pretensión de la agrupación. 

Los miembros de la banda han relatado que se asustaron tras recibir la recepción de OK Compuer (1997), la gran aclamación hizo que se sintieran comprometidos con la crítica y el público, razón por la cual empezaron a componer piezas forzadas, cosa que notaron al poco tiempo y decidieron darse un tiempo, mismo que sirvió para que Thom Yorke se relajara y empezara a descubrir nueva música. Él llegó al trabajo discográfico del productor conocido como Aphex Twin, músico experimental que empezó componiendo piezas extravagantes de música electrónica ambiental previo a crear melodías llenas de caos sonoro con máquinas, melodías a piano dulces, engranes ruidosos y todo tipo de otros elementos. 

El líder del quinteto quedó sorprendido del trabajo del productor y de sus compañeros discográficos en WARP Records, entre los cuales se incluyen a los también bastante experimentales Autechre y a las tiernas melodías electrónicas de Boards Of Canada, por lo cual decidió replicarlos, pero con baladas pop en el fondo. Cabe resaltar que también son proyectos con fuertes raíces académicas que comparten con Radiohead, incluyendo a compositores como Satie y Stockhausen, bastante presentes en Kid A (2000).  

Hoy en día, esta etapa es importantísima para la historia de la música popular. Para muchos, es el mejor álbum en la historia de la banda gracias a sus detalles electrónicos, sus melodías a piano o guitarra que se sienten más frágiles que el resto de lo que han producido en su carrera. Además, contiene varios cortes intensos que conectan a la perfección con los momentos más agresivos en la historia de la banda. Hay que aclarar que incluso se llegó a experimentar con estructuras jazzísticas en esta etapa, por lo cual no todo es justamente pop debajo de capas de música experimental. 

El rojo intenso sobresale en el trabajo artístico de esta etapa en la carrera de la banda, contrastado con un negro limpio y un blanco puro. Es la representación del caos, la violencia y la -suciedad- que está presente en el álbum, dañando finas melodías pop con instrumentales intensos, experimentales o simplemente un poco complicados de comprender. 

Canciones Imprescindibles: Everything In Its right Place, The National Anthem, How To Disappear Completely, Optimistic, In Limbo, Idioteque y Motion Picture Soundtrack. 

Negro – Amnesiac, la oveja negra

Lanzado solo un año después de terminada su última etapa discográfica, Amnesiac (2001) llegó en forma de un ente extraño. Se trata de un álbum compuesto en su totalidad por canciones que fueron parte de las sesiones de estudio que dieron como resultado a su anterior álbum, pero nos se trata de una compilación de lados b, rarezas o de canciones simplemente desechables. Es una colección de piezas que en conjunto entregan su propio mundo y discurso, alejado del caos sonoro de Kid A para jugar con sus mismos elementos, pero en piezas más limpias en donde los instrumentos electrónicos no hacen más que adornar al principal punto de enfoque del material: las melodías, tristes. 

El álbum fue un mayor éxito comercial que su hermano mayor, puesto que para este material sí se lanzaron sencillos promocionales en forma de ‘Knives Out’ y la aclamadísima ‘Pyramid Song’, una pieza dirigida por una melodía a piano que se desarrolla como una balada lenta que se distingue por hacer uso de un compás 3/4, una rareza en la música popular de la época más cercana al jazz y al actual trap que al rock alternativo que los caracteriza. 

Aunque ahora es considerado como un hermano de Kid A, el cual es normalmente considerado como el mejor material de la década antepasada, la realidad es que se trata de un álbum muy completo que despliega una personalidad envidiable, aunque sea bastante más tranquila que sus otros materiales, algo que se puede ver a la perfección en su arte, para el cual se usaron sobretodo una escala de distintos tonos de negro sobre blanco, triste, limpio y trágico. 

Canciones Imprescindibles: Packt Like Sardines In A Crush Tin Box, Pyramid Song, You And Whose Army?, I Might Be Wrong, Morning Bell y Dollars and Cents. 

Rojo – Hail to The Thief, la sátira política

Volvemos a un rojo, aunque esta vez un poco más intenso y cómico para la siguiente etapa en la historia de la banda protagonizado por el álbum Hail To The Thief (2003), para el cual se distanciaron por completo de sus influencias electrónicas y se acercaron nuevamente a un rock mucho más conservador, aunque sin sacrificar sus intenciones experimentales.

Se trata del tipo de álbum que todos esperaban tras OK Computer (1997), mucho más cercano a las guitarras, a las piezas tradicionales de rock-pop con momentos emocionales, gritos y muchas explosiones instrumentales in-crescendo. Piezas como ‘There There’ y ‘2+2=5’ sobresalen por todo lo comentado; sin embargo, también se incluyen piezas extravagantes a piano como la genial ‘We Suck Young Blood’, piezas de rap en ‘A Wolf At The Door’ y algunos experimentos atmosféricos en ‘The Gloaming’ y ‘Myxomatosis’.

Es un álbum que se distinguió por contar con sencillos exitosos, por ser ecléctico en su repertorio, pero también por no entregar nada de relevancia dentro del desarrollo creativo de la banda, puesto que los experimentos antes mencionados no fueron profundizados tras su respectivo estreno. Tal vez su punto más fuerte es la crítica política que se hace dentro del material, retomando su influencia en el famoso libro de George Orwell en muchas de las canciones, pero que no llega a ser tan precisa que la de OK Computer. 

Es por todo esto que no se ha llegado a considerar como un clásico imprescindible en la carrera de Radiohead ni de la música en general, pero que sí cuenta con varias de las piezas más reconocidas de la agrupación de Oxford. 

Canciones Imprescindibles: 2+2=5, Sit Down Stand Up, Sail To The Moon, We Suck Young Blood, There There, A Wolf At The Door. 

Amarillo – In Rainbows, la libertad comercial

Todas las críticas anti-sistema que la banda había resaltado desde The Bends se cristalizaron en el último lanzamiento del quinteto en su último lanzamiento de la década antepasada. In Rainbows (2009) es un álbum brillante por sus propios méritos artísticos; sin embargo, es probable que su mayor contribución al mundo de las expresiones haya sido su forma de comercializarse, puesto que la banda decidió distanciarse de cualquier contrato para lanzarlo por su cuenta a través de Internet, un movimiento que permitió un mayor contacto con su público al precio que el escucha considerara adecuado. 

Musicalmente si Radiohead ya había dado muestras de su amor por el trabajo de Steve Reich, en este material se da una versión exponencial de aquello, llenando sus composiciones  de contrapuntos de guitarras eléctricas cíclicos, creando atmósferas vívidas y relajantes. Son puntos coloridos que hacen su aparición y desaparecen de forma puntual, como gotas de lluvia sobre un lago, razón por la cual la agrupación decidió usar una paleta de colores radiantes sobre fondos negros, dando a entender sus cualidades de pequeños puntos energéticos sobre bases tímidas.

Por su lado, Thom Yorke decidió tener un acercamiento lírico un poco más experimental en este material, haciendo uso del Flujo de Consciencia al 100 por ciento, pero con intensiones de generar frases seductoras. El resultado es un material de baladas frágiles repletas de detalles armónicos que contienen una gran belleza. 

Canciones Imprescindibles: 15 Step, Nude, Weird Fishes/Arpeggi, All I Need, House Of Cards, Jigsaw Falling Into Place y Videotape. 

Verde – King Of Limbs, el álbum infravalorado

El efecto de The King Of Limbs (2011) sobre la música pop ha sido difícil de notar para la crítica y sus seguidores debido a la decepción que representó para aquellos que lo esperaban. Aun siendo uno de los principales pilares para el desarrollo de géneros como el vaporwave y de contener un puñado de las mejores canciones que la banda ha compuesto en su carrera, bajo un esquema compositivo completamente distinto al que nos tenían acostumbrados, el álbum fue rápidamente categorizado como un let-down dentro de los círculos de escuchas de la música alternativa. Desesperados ante el extraño caleidoscopio sonoro que crearon Thom Yorke y compañía a base de loops sampleos. 

Con instrumentaciones construidas con pequeños beats que por momentos recuerdan al minimal-techo y por otros al dubstep, Radiohead intentó «crear un nuevo tipo de experimentación dentro de nuestra carrera, uno que involucrara tocar y programar, nada de pararse a tocar la guitarra o sentarse en frente de una computadora», de acuerdo al guitarrista Jonny Greenwood. Un disco transitorio entre distintos tipos de procesos, el cual nunca terminó por llevar a algo nuevo, tras el estreno del mucho más convencional A Moon Shaped Pool (2016). 

De acuerdo a lo comentado por Thom Yorke, el álbum es un material conceptual en el cual se profundiza respecto al mundo post-apocalíptico que se acerca tras el desabasto de los recursos naturales. Su título es una referencia directa a un árbol milenario que se encuentra en medio del Savernake Forest, en Wiltshire, Inglaterra. Una figura larga y atemorizante que se alza como un lugar frío de fantasía. Es por ello que se utilizó una paleta de colores vibrante y aterradora sobre los verdes típicos de un bosque.

Tras nueve años de su lanzamiento aun sorprende que sea considerado como una obra menor. Su influencia se ha notado a lo largo del tiempo, con productores como Blank Banshee y 2814 afirmando el impacto que ha tenido sobre su propio trabajo. Sin embargo, no corrió con la misma suerte que Kid A (2000) dentro de la visión popular.

Canciones Imprescindibles: Bloom, Little By Little, Feral, Lotus Flower, Codex y Give Up The Ghost. 

Gris – A Moon Shaped Pool, el desamor

El último capítulo en la historia de Radiohead fue recibido con brazos optimistas, puesto que bajo un punto de enfoque aun más atmosférico que sus materiales pasados A Moon Shaped Pool (2016) fue muy bien recibido por la crítica y el público, una rareza dada su naturaleza introspetiva y con tintes de los elementos experimentales que generaron una barrera que distanció a mucha gente del trabajo pasado. 

Grabado en conjunto con una sección de cuerdas, compuesta en su totalidad por Jonny Greenwood, esta etapa simboliza a uno de los materiales más íntimos de la agrupación dada su naturaleza colaborativa y a su temática, que prácticamente va sobre el desamor que sintió Thom Yorke al tener que separarse de su ex-pareja, la fotógrafa inglesa Rachel Owen, quien estaba combatiendo el cáncer al momento de la gestión del álbum. 

El material sobresale por ser una cohesión intensa entre elementos electrónicos de techno experimental con las cuerdas de Greenwood, las baladas de pop melancólico que distingue al proyecto y duras líneas bastante reveladores respecto al estado emocional del vocalista. Además, se distingue de los demás por cargar con varias piezas que se habían estado gestando desde varios años e incluso décadas previo al lanzamiento de este álbum, tales como la ya clásica ‘True Love Waits’ gracias al álbum en vivo I Might Be Wrong: Live Recordings (2001), que encontró una casa con un sonido más íntimo dentro de este material. 

Canciones Imprescindibles: Burn The Witch, Daydreaming, Ful Stop y True Love Waits.