Han pasado siete años desde que Scott Johnson falleció dentro de las instalaciones del Downsview Park de Toronto, mientras llevaba a cabo su trabajo como ingeniero de batería de Radiohead. Él fue la única víctima del colapso del escenario previo al show sold-out de la banda el 16 de junio del 2012, tras lo cual la banda ha descrito que le persigue un sentimiento de “enojo y frustración”.
En 2013, el Ministerio de Trabajo de Ontario presentó cargos legales en contra de la productora Live Nation por no haber proporcionados los servicios de seguridad necesarios para la gestión del evento. Ellos declinaron la acusación, diciendo que hicieron todo de manera correcta pese al mortal accidente. En 2017 se estancó la demanda, pero a principios de este año se inició una nueva investigación, la cual llegó a su resolución ayer con el veredicto de “muerte accidental” una serie de recomendaciones para que esto no vuelva a suceder.
La noticia no ha sido ignorada por el quinteto de Oxford, Inglaterra, puesto que “Scott estará por siempre en nuestros pensamientos”. Es por ello que la banda ha compartido un comunicado a través de su cuenta oficial de Instagram, en la cual afirman que “la investigación en sí se llevó a cabo de manera constructiva, exhaustiva y justa”. Además, gregaron que “reveló la negligencia y las fallas que llevaron a la muerte de Scott”.
“Se devolvió un veredicto de muerte accidental, que se siente frustrantemente insuficiente dado que se demostró que el colapso de la estructura se podía prevenir”, se lee en el escrito. “El jurado ha hecho recomendaciones sensatas y prácticas para evitar que cuelga a ocurrir un accidente de este tipo y para garantizar la seguridad futura de los equipos y el público del espectáculo”.
Aunado a todo esto, Radiohead ha mandado su “agradecimiento a la oficina del juez de instrucción y al jurado por su incansable trabajo en la investigación”. Terminan declarando que “nuestro amor y respeto están con Ken y Sue Johnson, los padres de Scott”.