El documental dirigido por Jake Scott sobre el par de conciertos que Oasis interpretó en el Knebworth Park el 10 y 11 de agosto de 1996 se estrenará en salas de cine de todo el mundo el próximo 23 de septiembre.
Se trata de una película especial puesto que incluye imágenes nunca antes vistas del histórico concierto, mismo que se convirtió en la cita musical más grande de los años noventa. Además, es interesante puesto que marca la primera colaboración entre Noel y Liam Gallagher desde la separación de Oasis, siendo que ambos son productores del filme.
Noel declaró que la película es “salvajemente valiente”, mientras que Liam declaró que “para mí fue el Woodstock de los noventa. Todo fue sobre la música y la gente. No recuerdo nada similar y nunca lo olvidaré”.
2.5 millones de personas se formaron afuera de las taquillas para alcanzar boleto, 1 de cada 100 ingleses, sólo 250,000 lo lograron y pudieron disfrutar del set de la banda más grande del mundo y de actos de apertura que incluían a The Prodigy, The Chemical Brothers y Ocean Colour Scene.
Con un crew de más de 3,000 personas, su propia estación de radio para transmitir el concierto ‘106.6 FM Radio Supernova’ y con John Squire como invitado, Oasis entregó dos presentaciones que serán recordadas en la historia como la cúspide de la popularidad del britpop y como el inicio del desvanecimiento de la última gran banda que nos ha dado la música.
No son pocos quienes lo dicen, incluso el guitarrista Paul ‘Bonehead’ Arthurs ha declarado que la banda debió de haberse separado terminando el segundo concierto de Knebworth, pero es que es imposible no pensar en que Oasis nunca estuvo siquiera cerca de ser el ícono cultural que en ese momento era.
Liam dice que ese par de conciertos le dieron el ‘click’ que necesitaba para darse cuenta de todo lo que Oasis representaba; Noel tuvo la misma sensación, por lo que empezó a frustrarse para entregar una colección de composiciones igual de emotivas que las anteriores, sin resultados. Un año después lanzaron el disco que terminaría por dejar en la tumba al britpop, un trabajo criticado por hacer todo lo contrario por lo que se aclamaba a Oasis. Un disco redundante, sobre-producido, poco sincero y forzado.