El pasado miércoles 12 de junio, Sufjan Stevens compartió una carta en celebración al aniversario de la decisión de la Suprema Corte de 1967 sobre el caso Loving vs Virginia, la cual rompió con las leyes que prohibían el matrimonio interracial en el estado de los Estados Unidos. Aunado a ello, aprovechó para mandar un mensaje a todos aquellos que han luchado para revelar su propia identidad.
Stevens es un aclamado cantautor que ha encontrado relevancia cultural gracias a su trabajo discográfico, el cual presenta un viaje narrativo a través de los mayores temores que ha vivido el músico a lo largo de su vida, incluyendo declaraciones a sus primeros amores y momentos en los cuales luchó con sus dudas respecto a su propia sexualidad. Es por ello que aunque nunca se ha proclamado públicamente como algo en particular, su figura se ha ganado un lugar como una de las voces más relevantes para la comunidad LGBTQ+ del mundo.
Además, su escritura se distingue por ser una repleta de arquetipos mitológicos y religiosos, culta en su uso y emocional. Es por ello que esta carta termina siendo tan personal como universal. Esta es la traducción en español, pero puedes leer el texto original en la siguiente liga, la cual corresponden al blog oficial de Sufjan Stevens.
RuPaul dice “si no te amas, ¿cómo puedes decir que amas a alguien más?” Jesus dijo: “ama a los otros como te amas a ti mismo”. Ambos sugieren que el amor propio es lo que nos hace humanos: no puedes decir que amas a otros sin amarte a ti mismo. Lo que también quiere decir que debemos de cultivar al amor como una práctica privada y personal antes de extenderlo a los demás. El amarte a ti mismo es conocerte a ti mismo. El conocerte a ti mismo es amarte a ti mismo. El amor entonces es el entendimiento sublime y universal de uno mismo y de los demás. El amor es una disciplina de la consciencia de uno mismo. El amor es hermoso. El amor es justo. Tiene que durar y tiene que evolucionar, se tiene que expandir y tiene que nacer de nuevo.
Tenemos otras descripciones muy claras del amor: “El amor es paciente, el amor es generoso. No envidia, no explota y tampoco es orgulloso. No daña el honor de otros, no busca por sí mismo y no se convierte en odio fácilmente, tampoco hace cuentas de los daños. El amor no se aprovecha de lo maligno, pero se regocija de la verdad. Siempre protege, hace que siempre confíes, esperes , perseveres. El amor nunca falla”.
Si amar a otros significa amarte y conocerte a ti mismo, entonces fallar en amar es fallarte a ti mismo, es una falla a ser humano. Un crimen que no se olvida y que no tiene excusas, es una ofensa a tu propia humanidad. No es ningún secreto que la historia humana es un recorrido de tiempos que se sientes ausentes de amor. Dividimos y conquistamos, esclavizamos, oprimimos, destruimos, quitamos de valor y aniquilamos las bases superficiales que nos distinguen de los demás. Desearía poder darme cuenta de las motivaciones. ¿Dinero, poder, títulos políticos y religiosos, egomanía?
¿Qué les parece el autodesprecio?
La serpiente sedujo a Adam y a Eva a comer la fruta que sirve como base de la intención hipotética de la divinidad. “Pues Dios sabe que cuando comas de eso, tus ojos se abrirán y serás más como Dios, conociendo el bien y el mal”. Después de que comieron la fruta, “los ojos de ambos se abrieron y se dieron cuenta de que estaban desnudos, así que tomaron plumas juntos y se cubrieron a sí mismos”.
Esto parece sugerir que el ser auto-consciente está ligado a dos conceptos: justicia y vergüenza. Si Adam y Eva vivían en armonía antes de conocer la jurisprudencia, entonces el comer la fruta y conocer la diferencia entre el bien y el mal rompió el encanto.
El resultado es la culpa. La consecuencia es la división de Dios y de los demás. Fueron expulsados del jardín y maldecidos. Las historias que resultaron fueron reveladas en el judaísmo y el cristianismo (así como en Game Of Thrones y demás) y no tienen un final feliz. En su lugar, la historia de la humanidad se conoce por la desobediencia, la violencia, decepción, fallo, estupidez y tonterías. La historia no terminó bien para Adam y Eva. Tampoco terminó bien para la humanidad.
El conocimiento del bien y el mal y las divisiones subsecuentes son uno de los grandes misterios de la raza humana, una contradicción sin solución del ser humano. Estamos hechos a la imagen de Dios, pero tenermos que sufrir la incongruencia del no ser como Dios. Es como si fuéramos Dios, pero no somos Dios. El conocimiento trae poder y el poder trae corrupción y la corrupción trae caos.
En este planeta hemos ganado la distinción del tener la mayor conciencia, lo cual nos llena de privilegio y poder sobre el mundo natural que nos rodea. ¿Qué hemos hecho con esto? Vergüenza. Es increíble cómo el mundo nos sigue enseñando a sentir vergüenza. Por el color de nuestra piel. Nuestra pobreza. Nuestra riqueza. Nuestra educación. Nuestra religión. Nuestros privilegios. Nuestras necesidades especiales. Nuestra sexualidad. Por estar desnudo en un jardín.
¿Cómo podemos romper este patrón? Con amor. Mi idea es que con conocimiento y poder, Adam y Eva deberían de nacer de nuevo a través del amor en una nueva manera de ver, vivir, y creer, en orden de conocerse y amarse más a sí mismos, a sus cuerpos y al del otro, al mundo alrededor de ellos, al universo entero.
Sé hermoso. Sé tu mismo. “Si puedes aceptar tu cuerpo, tienes la posibilidad de verlo como tu nueva casa. Si puedes descansar en tu cuerpo, puedes sentarte y relajarte, sentir la felicidad. Si no puedes aceptar tu cuerpo y tu mente, no puedes estar en casa contigo mismo. Tienes que aceptar quien eres. Esta es una práctica muy importante. Mientras practicas construyendo una casa en ti mismo, te hacer más y más hermoso”, declaró Thich Nhay Hanh.
Jesus dijo, “Te doy un nuevo mandamiento: Ama a los demás como yo te he amado”. Su amor fue tocante, curativo, de servicio, compasivo y lleno de sacrificio, un acto de ilumina profundamente una de las leyes del amor propio: Tú tienes valor.
Somos valiosos por el sacrificio de amar y ese es nuestro deber en cada momento. El amar sin compromiso y sin equivocaciones. Dar todo de nosotros hasta el final, hasta que ya no haya nada que dar. Este mensaje no es muy profundo, así que ¿por qué se siente tan imposible? Se nos ha dicho el hacer una cosa tan simple llamada amor. Necesitamos creer más fuerte, hacer el trabajo. Mi canción es amor, mi oración es paz. Mi cabeza está llena de preguntas, pero mi corazón está repleto de amor.
-Sufjan Stevens