De acuerdo a lo que ha escrito en su blog, Sufjan Stevens ha tenido la necesidad de grabar un puñado de canciones navideñas cada año desde el 2000. En un principio, las pretensiones del aclamado cantautor se limitaban a imprimir unas cuantas copias para mandárselas a sus familiares y amigos cercanos como regalo de navidad; sin embargo, en 2006 decidió publicar todas las grabaciones que había hecho con ayuda de su disquera, Asthmatic Kitty.
Ahora el material es considerado como uno de los álbumes navideños más interesantes de la historia, razón por la que lo re-visitarémos en este año en el cual Sufjan decidió desempolvarlo, lanzándolo una vez más al mundo en una hermosa edición de vinilo. Una colección de 42 canciones festivas, entre las cuales se encuentran re-interpretaciones de clásicos y temas cien por ciento originales, en donde se puede analizar el desarrollo tanto artístico como espiritual de Stevens.
“En el negativo de la moralidad de la música independiente, la música navideña podría considerarse como el concepto más obsceno posible“, declaró Pitchfork en su reseña original a Songs For Christmas (2006), agregando que Sufjan rompió una vez más con lo que se esperaría de un artista de su tipo. En aquel entonces, Stevens ya había ganado un reconocimiento internacional gracias a la publicación de Come On Feel The Illinoise! (2005), álbum que fue considerado por medios como Pitchfork y la revista Time como el mejor producto discográfico de su año de publicación. Material que además lo convirtió en una figura idealizada por parte de los escuchas interesados en la música independiente.
La nostalgica combinación de sonidos, en su mayoría elementos retomados de las icónicas bandas escolares, le agregaron una capa de inocencia única a sus bellos relatos, tristes por naturaleza, en donde profundiza en sentimientos derivados de la muerte, el abandono, la desesperanza y el odio propio. Historias que tocan temas emocionales, pero que no son para nada ingenuos. La madurez de Stevens se da a notar en cada una de las líneas de aquel material, viendo con curiosidad todo lo dañino del exterior, sin culpabilizarlo de ello.
Es una colección de historias de las cuales Sufjan aprendió, cantos que terminan en hermosas moralejas sobre la espiritualidad y el amor. No fue una coincidencia que a un año de tener su gran rompimiento dentro del mercado con un álbum tan profundo como Illinoise, Sufjan haya decidido lanzar su colección de canciones navideñas. A fin de cuentas, la música festiva se distingue por contener la misma inocencia de la que el autor hizo gala, junto a historias basadas en el sufrimiento con moralejas espirituales.
Un material interesante debido a la larga cantidad de géneros que carga, tal como se puede apreciar de una forma un poco menos concisa dentro de la larga discografía del autor. Hay canciones de una electrónica experimental como en Enjoy Your Rabbit (2004), lindas piezas folk como de Seven Swans (2004), orquestaciones pasionales a la Come On Feel The Illinoise! (2005) y combinaciones industrialozas de su folk frágil con gospel e IDM del The Age Of Adz (2010). Todos unidos, cargando de nuevos sonidos a las canciones más típicas de las fiestas decembrinas. Re-interpretaciones que hacen gala de sólo sus elementos base, rompiendo con todo lo demás.
Sufjan hizo suyos a estos temas, mismos que según lo descrito por él en una entrevista exclusiva con Uncut Magazine del 2012, tienen un mensaje mucho más profundo que lo que se deja ver a simple vista. “En su punto central, la Navidad cuenta con un punto misterioso: significa a la encarnación de Dios como un bebe Jesucristo. Eso es raro. Tomando en cuenta los detalles: visitas de ángeles, embarazo adolescente, un matrimonio arreglado, una masacre, una serie de hombres sabios siguiendo un fenómeno astrológico, oro y birria. Es una historia Blockbuster. Mezcla eso con adapaciones pop como Frosty, Rodolfo, Santa, el Grinch y lo que tienes es una ensalada de sacrilegio“, es una colección de personajes tan distintos entre sí, pero tan llamativos como aquellos de los que hace gala Sufjan en sus historias, eso sin mencionar “los elementos que el mundo consumista ha impuesto sobre él, el cual ha hecho de Navidad nuestra perra“.
Lo que declaró es lo que Stevens hace mejor que nadie, combinando lo sagrado en sus líricas con lo profano. Rezando a Jesús mientras fantasea con un chico, articulando detalles hasta convertir sus relatos en verdaderas catástrofes que cargan con un sentimentalismo dramático. Historias sinceras hechas por unos de los cantautores más misteriosos de la actualidad. En algunos puntos su álbum de navidad lo hace de formas aun más directas, con piezas que van desde himnos de Iglesia hasta ridículos villancicos sobre bailar al ula ula con pequeños duendes.
Es una entrevista interesante porque Sufjan Stevens siempre se ha mostrado cerrado al hablar sobre religión fuera de su trabajo artístico. Siempre ha sido de dominio público que el cristianismo es uno de los elementos más importantes en la integración de su persona, en una ocasión declaró que hace música porque “explorarse a través del arte, de una forma sincera y pasional, es algo que te puede llevar más cerca del auto-conocimiento, del amor y de Dios“.
Se ha distinguido durante años por hacer música que habla de su religión, como una forma auto-explorativa del propio sufrimiento y madurez espiritual. Es un artista cristiano que hace música, más no un artista que hace música cristiana. De acuerdo a Delusions of Adequeacy, en 2006 les declaró que “la fe y el arte son difíciles de combinar, pues pueden dirigirse a un artificio devoto, a una mierda didáctica“. La música cristiana tiene una intención específica en tratar de convertir a los no creyentes con melodías pegajosas e instrumentaciones épicas. Sufjan Stevens no tiene un propósito tan banal, él no quiere que alguien crea lo mismo, lo que quiere es transmitir de una forma pura los temores que tiene sobre él mismo, integrando sus creencias.
Es por ello que esta colección de canciones resulta tan interesante, pues entre ellas se encuentran piezas que son verdaderamente cristianas. Tenemos cortes que se cantan dentro de las iglesias de todo el mundo siendo interpretadas por un cristiano devoto, desconstruyéndolas bajo un prisma ridículo de sonidos, combinándolas con jingle’s comerciales y otorgándoles la capa del drama inocente que caracteriza al cantautor.
Songs For Christmas (2006) es una verdadera ventana a lo que significa la Navidad en el mundo occidental contemporáneo. Es un ridículo, pegajoso y colorido amalgama de las historias espirituales que han reinado por siglos, comerciales para juguetes y la estupidez de la televisión.