“No me duele, ¿no quieres sentir como se siente? ¿Quieres saber por qué no me duele? ¿Quieres oír sobre el trato que estoy haciendo?” son las frases que introducen al éxito synth-pop de Kate Bush titulado ‘Running Up That Hill’, primer sencillo de su quinto álbum de estudio Hounds Of Love (1985), mismo que normalmente es citado como su mejor trabajo y uno de los álbumes más celebrados de la historia. “Si tan solo pudiera hacer un pacto con Dios y hacer que cambiaran nuestros lugares”, remata en el coro de la misma canción, la pieza más reconocida del material.
Aunque la pieza haya sido escrita desde la perspectiva de una mujer heterosexual, hasta donde sabemos, sobre la necesidad que tiene una pareja por -ponerse en los zapatos del otro- y así llegar a un entendimiento mutuo de su relación, la letra de la pieza ha tenido un impacto profundo y duradero dentro de la comunidad transexual tanto de Inglaterra, en la cual se canta durante las marchas LGBT y forma parte de la cultura club de la comunidad de por allá, como en el resto del mundo.
De un éxito pop que logró colocarse en la primera posición de las listas de éxitos de un buen puñado de países a ser la canción principal de las series LGBT del momento POSE (2018- 2021) e It’s A Sin (2020), la pieza ha perdurado y hecho llorar a millones por una lectura bastante especial.
En un post de Facebook, Brooke Portchard declara “no importa cómo conectes con ‘Running Up That Hill’, este es EL HIMNO transexual y la letra hace mucho más sentido después de vivir la experiencia del ser transexual”. Poco después, TR Linsey contestó “claro, todos queremos hacer ese pacto con Dios para cambiar nuestros lugares, es el punto de tener una cirugía”.
El seguidor de Kate Bush desde los quince años de edad, Hansel Darling, en entrevista por medio de Facebook, nos contó “mi mejor amigo y yo somos transexuales y esa letra siempre nos hace pensar en nuestros yo de la preparatoria, antes de todo. Siempre nos apoyamos, incluso cuando no sabíamos con exactitud de qué trataba nuestro dolor. Ese coro nos habla tanto, nos hace llorar. Ella escribió de una forma tan elocuente los deseos de la experiencia transexual”.
Por otro lado, otra canción de Kate Bush que tiene una interpretación similar y una recepción muy cálida dentro de la comunidad es el éxito ‘Eat The Music’, perteneciente al álbum The Red Shoes (1993), en la cual combina elementos instrumentales del género tradicional portugués baela con el pop experimental que la caracteriza para narrar una serie de imágenes sexuales con las frutas como el simbolismo para diversos actos de penetración y felación.
En aquella pieza, ella describe “¿se da cuenta de lo que verdaderamente siente? Él es una mujer de corazón y lo amo por ello, abrámoslo de piernas como una granada (la fruta) y se revela que no solo las mujeres sangran”, dando una lectura que puede ser bastante obvia con respecto a que “una mujer transexual es una mujer”, por lo menos así lo lee Malek James en una discusión de Reddit con respecto a las mejores canciones para celebrar el mes del orgullo LGBTQ.
Desde el lanzamiento de su álbum debut The Kick Inside (1978), la cantautora de entonces 19 años de edad se caracterizó por hablar abiertamente sobre el abandono sexual, el deseo y el romance, desde las líneas del “sentir pegajoso del amor por dentro” en ‘L’Amours Look Something Like You’, a la naturaleza de los deseos carnales en ‘The Kick Inside’, a la fisicalidad bruta de ‘Feel It’, siempre se ha caracterizado por cantar de forma pasional sobre la exploración con una gracia y sexualidad incomparables dentro de la música popular.
Sin embargo, la canción más citada con respecto al amor por la comunidad LGBT a Kate Bush de ese álbum es el clásico ‘Wuthering Height’, misma que no solo se convirtió en el primer sencillo compuesto por una mujer en alcanzar el #1 en el Reino Unido, sino también en un ícono de la cultura queer. “Estoy tan fría, déjame entrar a través de tu ventana, he vuelto a casa, pero tengo tanto frío”, declara con persistencia, en un deseo que hace a -el otro- una causa para celebrar.
“Ella es la hermana mayor que cualquier hombre gay quisiera tener. Conecta tan bien con una audiencia gay porque está removida del mundo real. Es una de esas pocas artistas que hacen parecer que las cosas son mejores estando fuera que dentro del armario”, declaró Rufus Wainwight a The Guardian en el 2006, mientras Matthew Barton afirma que “los queer se identifican con Bush debido a ese sentido del -ser otro-, por su valentía y en la exploración de temas taboo”.
El cantautor brasileño Yann describió que es un gran seguidor de Kate Bush para la revista AnOther, señalando que “crecer como gay en una cultura conservadora como lo hice yo puede ser extremadamente aislante. La rareza sin complejos de Kate me pareció un espacio seguro: no sonaba, miraba, vestía, cantaba o ni siquiera bailaba como cualquier otra persona”.
Otras canciones con guiños LGBT incluye ‘Kashka From Baghdad’, en la cual canta a través del estatus outsider sobre un piano sensual “vivir con otro hombre es un pecado, eso dicen, pero no te dicen con cual hombre”, afirma, “en la noche se ven, riendo, amando, ellos saben cómo se hace… ser feliz”.
Por otro lado, en ‘Wow’ declara “él nunca llegará a la escena, él nunca será Sweeney, será la reina de la película porque está demasiado ocupado golpeando la vaselina”. Mientras que en el clásico ‘Cloudbusting’ finaliza gritando “tú hijo está saliendo” (your son’s coming out).
Kate Bush compuso todos estos clásicos que se han mantenido en la conversación tanto de la cultura pop, como de la lucha de los derechos LGBT. Habló de los disfrutes y de los duelos más fuertes, que están escondidos, en todas las personas, normalizando frases e ideas dentro de su mundo musical.