Lugar de Origen: Ciudad de México, México
Año de Fundación: 2013
Miembros: Raúl Villamil
“Estoy esperando dentro de un cuarto, completamente blanco. Me encuentro sentado en una hilera larga de sillas azules de plástico en completa soledad, ansioso, tomándome de las manos con fuerza mientras me sudan. Huele horrible, es ese olor a desinfectado que provoca un ardor en la nariz, una de las sensaciones que más me han chingado en la vida.
Volteo hacia la ventana y me encuentro a docenas de personas utilizando tapabocas, guantes y gorros. Están reunidas al otro extremo, viendo hacia el suelo. Me llaman la atención, por lo que me levanto a ver qué es lo que están haciendo, me acerco a ellos, pero antes de llegar voltean a verme y los observo. Son mudos, no pueden quitarse las tapabocas, solo comunican con los ojos, una mirada gris que no me dicen nada“.
Esta es una nueva historia que construimos con Raúl Villamil, compositor y productor mexicano que hoy vuelve a sorprender junto a su proyecto Techno Para Dos gracias al lanzamiento de un material que lleva a la música electrónica a sus puntos más tensos y obscuros bajo el nombre de HOPE (2020), un EP compuesto por cuatro piezas cuya unión radica en su discurso. Se trata de una deconstrucción de la palabra -esperanza- en inglés, escrita dentro del título del material, pero que también se forma en vertical a lo largo de las piezas del tracklist, mismas que se titulan ‘HOPE’, ‘O’, ‘P’ y ‘E’.
“Se llama HOPE porque el álbum simboliza a una especie de esperanza que se fue apagando con todo lo que sucedió, para mí, la forma en cómo manejé los títulos en el EP es una forma de desconstrucción de la esperanza misma en un plano literario”, me comunicó alejado de todos los demás, en confinamiento debido a la pandemia del coronavirus, agregando que considera que todo lo que está pasando en el mundo es una secuela a aquello que dio origen al material: el fallecimiento de su padre.
Se trata de un material repleto de paisajes formados con sampleos de los ruidos que Raúl escuchó día y noche en espera de su padre, sentado en la sala de espera del hospital en turno. Todos estos sonidos terminaron dando forma a su nueva colección de música, violenta, repleta de beats impactantes que llegan como golpes a romper con la tranquilidad atmosférica de sus introducciones y fondos musicales.
“Todo partió de un proceso muy personal, yo me metí a hacer música cuando mi padre estaba en el hospital“, declaró la mente detrás de Techno Para Dos, “fue un poco por morbo, hice muchas grabaciones en los hospitales en donde estuvo, grabé las respiraciones, las máquinas, las conversaciones de las enfermeras“. Al final, el álbum tuvo la funcionalidad de preservar el espíritu de su mentor “acechando las piezas”.
Por mucho la pieza más larga del material es aquella que le da su nombre al título. Una canción de poco más de nueve minutos que se desenvuelve con completa paciencia, revelando los sonidos que la componen uno a uno hasta formar una masa tensa que encuentra su catarsis con la entrada de una serie de beats que le dan ritmo. Él afirma que fue la pieza en la cual más trabajo, puesto que el resto son “justo lo que me salió, subconscientemente, mientras atravesaba el duelo”.
Por su lado, la última pieza llamada ‘E’ es un track de tintes ambient que sirvió a Raúl para “despedirlo, es la pieza póstuma a su muerte, una canción ambiental cyberpunkiana medio futurista, un poco kitsch, súper tensa”. En ella, se escucha la grabación de una chica llorando mientras a su alrededor suena una colección de sintetizadores tensos, fugas de gas y pequeños beats que simulan el caer de un líquido, ya sea de la lluvia o de las lágrimas de la persona en primer plano.
Finalmente, el nuevo material de Techno Para Dos deriva de “una sumblimación de todo lo que sentí en ese momento, fueron sensaciones de las tripas, nada de corazón, ahí está vertida toda mi bilis, ruidos y tensiones”.