//Por: Ruben Turok (@Ruben_Tkc)
La antesala a la contienda presidencial que son las elecciones en el Estado de México de este año, parece ser un indicativo de que se puede esperar en el 2018. Mientras el PRI busca mantener alguna, por mínima esperanza que sea, de retener la presidencia en los próximos comicios, el PAN y MORENA buscan enfilarse para el próximo año. Aunque el PRI es el que más tiene que perder, MORENA tiene todo que ganar. Les será suficiente quedar bien posicionados y una victoria prácticamente parecería sellar la victoria de AMLO en el 2018. Pero el PAN llegó a esta contienda como el actor más intrigante.
Lograr quitarle su bastión al PRI, después de los excelentes resultados del año pasado, lo volverían no solo como la única opción viable frente a AMLO pero inclusive en favoritos. Si gana Josefina, candidata prácticamente elegida por Ricardo Anaya y su grupo, sería inevitable arrebatarle la candidatura al presidente del partido tras 2 años de excelentes resultados. Pero de perder, no solo perdería mucho posicionamiento el PAN, sino que incluso le podría costar la presidencia del partido y candidatura a Anaya.
Josefina podría ser el primer grave e irreparable error del presidente del partido. Josefina fue colocada por los altos mandos a competir en la contienda no presidencial más importante de su historia y el resultado apunta a una catástrofe para el partido. Una candidata que al parecer no dejó suficientemente claro en las elecciones presidenciales del 2012 que no cuenta con la capacidad discursiva ni el carisma para conectar con la ciudadanía (Hilary Clinton a la décima potencia).
Al IMPONER a Josefina como candidata de Estado de México, los que hoy manejan el PAN mandaron un mensaje muy claro, nos interesa más ganar con NUESTRA gente que ganar el estado. No sé si fue mucha confianza, pero lo cierto es que una derrota acabará por abrir la puerta a la verdadera disidencia que existe en este partido. ¿Se les abrió una oportunidad de oro y que hicieron con ella? Pusieron a Josefina Vázquez Mota. ¿Es en enserio? Apenas empezando su campaña su caída ya ha sido estrepitosa, vinculado esto en gran parte a los nexos que se han hecho entre su ONG y posible lavado de dinero.
Ni el pésimo trabajo del PRI en el gobierno, ni tampoco los bonos como alcaldesa y su trabajo con Abarca de Delfina, parecen suficientes para poder reparar el camino de la candidata. Esperemos que Ricardo Anaya haya tenido la satisfacción por lo menos de haber impuesto a su candidata. Este partido, del que cabe recalcar que no tengo ninguna afinidad, parece haberse muerto de NADA.