Por: Mario Yaír T.S.
Cuando la periodista de Xinhua News le preguntó sobre su habilidad para balancear el lado oscuro con el lado alegre de la naturaleza humana, Guillermo Del Toro declaró “porque soy mexicano”, lo cual se convirtió en una frase viral. Un día después de la entrega de los Premios de la Academia, la misma periodista le preguntó, “¿Cómo evitamos que México siga siendo el chivo expiatorio y realmente podamos reafirmar esa cultura tan única y magnífica que tienes?” Con dos estatuillas en la mano, Del Toro respondió “Es extremadamente importante que cuando lo hagamos recordemos de dónde venimos, mi próxima parada será ir a ver a mi mamá y a mi papá. Im going back home.” Así se confirmó que Del Toro vendría a México después de su gran éxito mundial.
Alejandro González Iñárritu tenía razón cuando en la alfombra roja hollywoodense advirtió que “¡esta es la noche del gordo!“, su película ya había cosechado premios monumentales en el mundo, pero el Oscar era el único que no estaba asegurado. Ganando el reconocimiento a Mejor Director y estando todos seguros de que la mejor película sería Three Billboards Outside Ebbing, Missouri (2017), la misma noticia sorprendió a Guillermo del Toro en su butaca. Así inició la Del Toromanía.
Era cierto, Del Toro vendría a ver a sus padres, pero la Universidad de Guadalajara tenía preparada una sorpresa. Tres días después de la ceremonia de los Academy Awards, Del Toro reveló que daría dos masterclass con motivo del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, “pero si se necesita una tercera, la hacemos”. El mismo día que comenzó el registro en un auditorio para 4000 personas, se inscribieron poco más de 30mil en sólo media hora, por lo que el tapatío declaró “Quiero dar los master que se puedan, gratis y en público. NO en instituciones privadas, NO con boleto de paga.”
Cuando se agotó la tercer Master Class, comenzó la demanda por trasmitirla en vivo; y así fue. Con ayuda de la Secretaría de Cultura, se consiguió la clase para Canal 22 que la transmitió por televisión y Canal 11 que la transmitió por Internet.
Al llegar a Guadalajara, inauguró la nueva Cineteca tapatía, revelando una cortina negra en donde se leía “Sala 1. Guillermo del Toro”, el cineasta tenía una sala en su honor. Y de hecho la sala se estrenó con la proyección de su viejo cortometraje Geometría. Para ese entonces ya era un rockstar, no solo se le acercaban pidiendo autógrafos, fotos, abrazos y selfies, sino que se daba tiempo de anunciar “Tequila Patrón” y una botella que él diseñó.
La clase dio inicio el sábado 10 de marzo en punto de las 16h en la sala Plácido Domingo del Conjunto de Artes Escénicas. Fue lo más esperado de todo el festival, su sola presencia ensombreció todo lo demás. No importaban ni las películas que competían en el FICG, no se mencionaban los documentales, ni un pio de los libros que se presentaban, ni siquiera hablaban de los nominados al Mayahuel. Todo el peso del festival cayó sobre Del Toro.
Parecía concierto, la gente se amontonaba por el mejor lugar, los sitios de internet explotaban, si alguien se metía en la fila las mechas se encendían. En el momento en que puso un pie en el escenario, todo el público estalló en gritos y aplausos. “¡Ya tienes un lugar en la rotonda de los hombres ilustres de Guadalajara!” gritaba un apasionado que tomaba el micrófono.
Ese mismo día mientras Del Toro mencionaba que cuando filmó El Espinazo del Diablo (2001), creía que era su última película, el canal 11 la transmitía en su horario nocturno. Fue una entrevista que giraba alrededor de su película ganadora y de su vida. Mil frases se rescataron:
– “Si el mundo no tiene pudor para darnos lo que históricamente nos pertenece, vamos nosotros por ello, nomás para eso sirve el pasaporte.”
– “Con mi primer sueldo me compré dos overoles y un montón de cómics.”
– “Nunca me sentí más viejo que a los ventitantos […] sentía que no había hecho nada importante en mi vida, que era un bueno para nada, era un perdedor y estoy aquí para decirles ¡NO! Tienen un chingo de tiempo. ¡Aprovéchenlo!”
La política también hizo su aparición. La noche del Óscar el triste candidato del PRI a presidente, Antonio Meade, lo felicitó al ganar como director. Un internauta inteligentemente publicó como respuesta a Meade una nota de El Universal de septiembre de 2017: “Guillermo del Toro: NO ME GUSTA QUE ME FELICITE PEÑA NIETO”. Obviamente para no tirar más la campaña de Meade, Peña Nieto mejor se ahorró sus comentarios. Nadie se quejó.
En la master class salió el tema. “Si quieren reaccionar (los políticos) que reaccionen con más lana para la labor artística”, el público estalló en aplausos. Y viene al tema porque Del Toro anunció la creación de la beca Mary Jenkins-Guillermo del Toro para la formación de cineastas. Y por otro lado el gran anuncio de que su exposición “En Casa Con Monstruos” llegaría a México. El corazón de sus fans estalló en júbilo, se exhibirán en México sus creaciones.
Guillermo del Toro es otro cineasta mexicano que triunfó, pero como un cineasta que supo encontrar su propio mundo sin devaluar al país que lo vio nacer; por eso se ganó la admiración de medio México.
En la pasada edición de los Premios de la Academia, Guillermo del Toro se convirtió en el tercer director mexicano en ganar el reconocimiento a Mejor Director y el segundo en llevarse la estatuilla a Mejor Película por su trabajo en The Shape Of Water (2017), una película que escribió gracias a su amor por The Creature From the Black Lagoon y que ha tenido problemas derivados deacusaciones por plagio.
Los cineastas mexicanos han nominado en este tipo de premios a lo largo de los últimos años, es por ello que hicimos un artículo en el cual recordamos a todos aquellos aztecas que han sido nominados o ganadores del Oscar.