En el marco de la llegada del Club Bassiani a la Ciudad de México, como parte de su gira mundial en celebración de quinto aniversario, hablamos con Rector Canales, empresario, restaurantero, colaborador de WARP y amante iracundo del techno, sobre la importancia cultural y social del evento.
Un contenido en colaboración con WFM.
El tema de Bassiani, lo hemos tocado varias veces. Transmitimos desde Tbilisi, Georgia el pasado Octubre de 2018. Antes de eso en Mayo del 2018, seguimos de manera muy puntual la cobertura de como se estaban desarrollando los hechos de cuando la policía georgiana irrumpió en medio de una noche de viernes en Bassiani y prácticamente abdujo a los fundadores del club. Se los llevó presos sin justificación, hasta que los liberaron y seguimos muy de cerca, durante aquel de fin de semana, lo que aconteció fuera del parlamento georgiano, que fue una manifestación de más de 10,000 personas bailando techno de manera pacífica y totalmente en tono de protesta en pro de la libertad y la diversidad ante un gobierno de ultraderecha.
Bassiani se ha convertido en un ícono de la diversidad en el mundo entero. Hoy en día es considerado uno de los mejores clubs de techno en todo el planeta y están en medio de un gira mundial, que inició en concepto, con una fecha en México. Posteriormente se se sumaron un montón de fechas más y este fin de semana Bassiani acaba de tener fiesta en Brasil, ahora llegan a México este próximo viernes.
La primera persona en traer el tema de Bassiani a este programa es Rector Canales, Juan Carlos Canales. Empresario, restaurantero, pero además amante iracundo del techno y un conocedor al respecto. Por eso conversamos con él, sobre este proyecto en el que estamos desde hace tiempo.
Yo fui hasta Mayo del año pasado, pero meses antes tú viajaste a Georgia a conocer el club, antes incluso de que tuviera su boom mundial y por supuesto una viralización en redes sociales, en medios de comunicación de todo tipo. Hace 6 días, acaba de salir en el New York Times, hay un montón de documentales, entre ellos uno famoso de la BBC, pero antes de que se convirtiera en noticia mundial, ya lo habíamos publicado y habíamos platicado contigo…
Hace tres años me enteré del club. Me enteré porque sigo a gente como Ben Klock, Marcel Dettmann, berlineses residentes de Berghain, y empecé a ver que la gente posteaba cosas de un club que estaba debajo de un estadio de fútbol, en unas albercas que habían pertenecido a la época de Stalin. Se me hizo algo loquísimo y empecé a ver que todo esto tenía un trasfondo político.
Realmente los “Bassiani” no querían poner un club, la idea no era poner un club o ser promotores de fiestas, era crear un espacio para promover las libertades de los jóvenes, sobre todo de la comunidad LGBT. Idear un espacio donde la gente pudiera bailar a salvo, donde en este tipo de países de la Ex-República Soviética, si es peligroso salir. La gente que no va de acuerdo a esta sociedad, como ejemplificado con la retórica de la Iglesia Ortodoxa [tan importante en Georgia], es mal vista y la tendencia es eliminar ese tipo de mentalidades.
Las personas de Bassiani [pelean en contra de esto] tienen una ONG llamada White Noise, que lucha por todas estas libertades. Lo que quieren es derechos humanos…
Cosas básicas…
Si, temas de educación, de equidad entre hombres y mujeres. En Georgia la desigualdad es grandísima.
Estando allá, debo decir, sobre todo después de lo que pasó en Mayo del 2018, en el día a día, Tbilisi parece una ciudad donde no pasa esto tan “al frente”…
Son muy bohemios, también muy artistas en Georgia…
¿Qué tiene de importante hoy una marca como Bassiani, hablando de la industria de la música electrónica, pero también en influencia social, política y cultural? Ver reaccionar a tantos países por un club que está en un lugar tan alejado, si resulta muy particular, no se si alguna otra vez se ha visto…
Yo catalogo este movimiento como la tercera revolución de la música electrónica, la primera fue en Detroit, cuando se inventa el techno, empiezan las fiestas en bodegas, copiando mucho sonidos de los coches, de la industria automotriz tan importante para esa ciudad…
Que por cierto, Detroit es una ciudad que la ha sufrido mucho… Aunque hoy parece estar saliendo al fin de las cenizas, por supuesto en parte por la cultura del techno, el festival Movement y demás actividades… ¿Qué sigue?
Después de Detroit, es Berlín con todo lo que rodeó la caída del Muro, desde antes incluso. En esta revolución, también se considera la aparición de los primeros clubs en Europa del Este, que eran conocidos como shitholes. Lugares sin baño, áticos o sótanos donde simplemente se iba a poner música. Si escuchas el techno de esa época, pensarían que son canciones modernas y mucho mejor que lo que hacen hoy en día. Mucho sintetizador, muy ácido.
Los alemanes, tomaron el sonido de Detroit y lo llevaron a otro lugar…
Si, con una nueva riqueza musical. Algo que es muy importante, es que aquí influyen los americanos, soldados americanos congeniando con los alemanes. Además, del punk, no existiría el techno de hoy sin esta influencia.
Es decir, si están íntimamente ligados...
Si, y ahora en estos días se puede decir que esto podría verse en algo como el thrash metal. Una de las disqueras más importantes de electrónica se llama Northern Electronics de Suecia, tiene gente como Abdulla Rashim parte de Varg, artistas que antes ex-metaleros. Siempre hay diferentes vertientes, sea industrial, coches, punk o thrash metal.
Regresando a Berlín, aquí se empezó a consolidar la música electrónica e incluso se empezó a meter elementos de esta música en el pop. Hoy estaba escuchando la radio comercial en México y ya todas las canciones parecen Deep House.
(risas) totalmente…
Hoy, yo no considero que la música electrónica sea tan underground, más bien creo que va a ser lo que sigue. Es con lo que van a crecer los niños, los próximos compositores.
Ahora, hablamos de la tercera revolución del techno y la música electrónica, que tiene un contexto global y en pro de la diversidad…
El grito de guerra de Bassiani es “We Dance Together, We Fight Together”, realmente la música electrónica fue adoptada como protesta. Empieza este movimiento y la gente lo identifica como algo moderno, la gente va a bailar a los clubs. Lo vivimos ahí, la gente no habla, toma muy poco, drogas allá casi no hay. Realmente van a bailar.
Se dice que las pláticas en la convivencia son de política. Pensar en que van a hacer, combatir una puntualidad, una desigualdad del gobierno. Si no fuera por esta protesta rave de surgió de forma esporádica y la cobertura de la BBC, yo creo que los fundadores de Bassiani estarían muertos, los hubieran desaparecido como pasa en esos países.
Por eso es tan importante, la gente entendió la gravedad y salieron a las calles…
Si, viendo los videos de la protesta, hay niños, abuelitos, papás bailando. Quieren que cambie. Pero Georgia tiene un gran problema, después de la invasión rusa de 2008, que fue una guerra que duró un día o 10 horas, y que les quitaron la parte de Abkhazia, la región norte de Georgia, ellos se voltearon a los Estados Unidos, pero la Iglesia ahí es ahí, de mentalidad rusa.
Hay un choque…
Uno muy importante, lo que quieren los americanos es apertura, esta ideología de izquierda joven, les cae bien, cosa que no les cae bien a los rusos.
Y pensar que cuando abrieron este club terminarían emprendiendo una gira mundial, incluso con visitas a ciudades norteamericanas…
Si, es algo muy importante. La primera vez que salieron de Georgia, fue a Amsterdam en una fiesta queer impresionante, en ADE. También tomaron control de Berghain, en Enero..
Catalogado como el club número uno del mundo…
Berghain es la mecca [de la electrónica], nadie esta a ese nivel, ni creo que llegue…
Aunque ahora muchos podrían decir después que Berghain, Bassiani…
Así es, y esto sobre todo porque hay mucho sabor en Bassiani. Berlín ya es muy Disneylandia, está muy bien, pero ya son como parques temáticos lo que ves en cada club. El masoquismo, los cuartos oscuros, todo. Pero sin duda, la cultura alemana electrónica, es importante. Las fiestas empiezan desde el viernes y acaban el lunes. Regresando a la intervención de Bassiani, en el club, en enero pusieron una pista de hielo en el dancefloor…
Y así hablamos de Bassiani que empieza a salir recientemente, y hoy todos los quieren…
Es el cambio que está pasando. La visita a México es una cita especial, es una selección musical que encarna esto. El lineup integra a NDRX que tocará puro vinil hi-fi, su técnica para mezclar es impecable. Para la gente que le gustan los vinilos, la gente que es DJ o está aprendiendo, ver en vivo un show con vinilos es imprescindible.
Etapp Kyle, con su techno melódico. Desde Ucrania, el residente de Berghain y mano derecha de Ben Klock. Dax J el carnicero, lo más oscuro que hay, con techno muy industrial. No hay nada de tech house, es techno puro. Además que es importante hablar de La Ex-Fábrica de Harina, que es un venue con muchísimo sabor. En esta fiesta queremos recordar lo que se vive en las bodegas en Europa. Lo que queremos revivir.
Además, es super resaltar la conexión entre Bassiani y la comunidad LGBT justo en el marco del mes del orgullo. La música electrónica no existiría. La comunidad es super importante en el movimiento y queremos agradecerle, formar parte de esto.
Con la llegada del club georgiano Bassiani a la Ciudad de México este viernes 21 de junio, el colectivo Por Detroit se une con el discurso que celebra la diversidad sexual con techno que lo ha distinguido en los últimos años gracias a sus populares fiestas itinerantes.
De esta forma se remarca el mensaje que se celebra en este mes del orgullo LGBTQ+ buscando la igualdad y la tolerancia en todos los niveles de la cultura club.
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