Tras años de silencio, esta semana Merge Records anunció que finalmente el misterioso cantautor estadounidense Jeff Mangum ha permitido que se lance un box-set que compila todo el trabajo de su legendario proyecto Neutral Milk Hotel, mismo que llegará el próximo 24 de febrero bajo el nombre de The Collected Works Of Neutral Milk Hotel (2023).
Además de los dos LP’s de la banda, ampliamente considerados como dos de los mejores materiales discográficos de la historia, On Avery Island (1996) e In The Airplane Over The Sea (1998), este lanzamiento incluirá una edición doble ampliada de LP de On Avery Island, un disco de imágenes de 12″ de la famosa actuación de Mangum Live At Jittery Joe, una anterior grabación en vivo inédita de la rareza tardía de NMH ‘Little Birds’ de la gira de reunión de la banda en 2014, misma que se había mantenido como una pieza inédita hasta ahora, más el ‘Holland, 1945’ b/w ‘Engine’ 7″ con arte nuevo.
El conjunto también incluye obras de arte que Mangum compiló durante años con la esperanza de combinarlas en un proyecto como este. A continuación, escuche la versión en vivo de ‘Little Birds’ junto con su demo.
Tras haberse lanzado gracias a Merge Records como un material de rock-psicodélico con influencias barrocas bajo una recepción crítica mixta y poca atención por parte del mainstream, bastaron solo un par de años para que el proyecto se transformara en uno de los primeros materiales que se viralizaron gracias a la Internet, generando un seguimiento que lo ha llevado a ser constantemente señalado como uno de los tres mejores álbumes de su década: Siempre compartiendo el top junto a OK Computer (1998) de Radiohead y Loveless (1991) de My Bloody Valentine, por lo menos dentro del periodismo cibernético de Pitchfork, All Music, Drowned In Sound, Album Of The Year y las comunidades de Metacritic o Reddit.
La razón es evidente a primera escucha. La música de Neutral Milk Hotel es esa construcción barroca posteriormente popularizada por proyectos como The Decemberist, Bright Eyes o Arcade Fire que llevaron las orquestas a la música rock tradicional, aunque bajo una grabación de baja fidelidad que agrega ese espíritu crudo del punk a la mezcla.
La emoción de la escucha se torna rápidamente en una catarsis irrepetible e inconfundible que se acrecentó con el acto en vivo, en el cual Jeff Mangum solía cantar con el corazón en la boca, gritando, pateando y azotando sus brazos en el aire al mismo tiempo que entregaba sus frases de amor juvenil, llenos de brillo ante el descubrimiento de lo ignorado durante la inocencia. Pareciera el aullido de un hombre mayor, aferrándose a la facilidad del ser niño, extrañando su cosmovisión llena de memorias íntimas de mundos de fantasía y crush incómodo con Ana Frank.