Lugar de Origen de The Nix: Glasgow, Escocia
Año de Fundación: 2020
Miembros: Nick McCarthy
“Mi estudio está en Londres, una ciudad que nunca se detiene, y parece su epicentro, siempre hay personas saliendo y entrando, todo el tiempo. Es increíble porque está entre dos casas de drogas, por lo que siempre está lleno de drogadictos, una barricada afuera del edificio, inhalando pegamento. Es genial tenerlos afuera porque funcionan como un bloqueo en contra de la gentrificación de la ciudad. Así que los tienes a ellos, afuera, y a nosotros dentro con la música a todo volumen.
Un día dejamos entrar a uno, quería grabar con nosotros, y ahora que lo mencionas, pudo haber sido un infierno para él. Con todos esos colores dub, las luces resplandeciendo y la música a alto volumen. Está bien si puedes apoyarlos, pero siempre hay que tener un poco de distancia. Lo aprendí después de él, pues regresó todos los días a tocar la puerta -déjenme, déjenme entrar-. Ahhh, como zombie.
Construí una pared de sintetizadores en el estudio, tan alta que llega al techo y tan ancha que no puedes tocar los extremos aun estirándote lo más posible. Me imagino, tocando todos al mismo tiempo, haciendo mucho ruido. Después, paso a los modulares y hago ruidos muy, pero muy extraños. Me gusta hacer música pop típica, pero que tenga un detalle, algo que te haga voltear a decir -whaaat?-. Así que después de hacerlo, salgo porque he trabajado mucho y merezco un descanso.
Ahí me encuentro con el mismo sujeto y me dice -te entiendo, he escuchado todo el ruido que hiciste, lo pusiste todo con sonidos, no con palabras y sé lo que tratas de decir-. Sin embargo, a mí me cuesta mucho describir mi música y tampoco me gusta que lo hagan, así que le digo -yo no sé, no sé qué es lo que traté de decir- y me fui de ahí, lo más rápido posible”.
Esta es una historia que escribimos con ayuda del compositor y multiistumentista británico Nick McCarthy, poco antes de haber lanzado el primer álbum de estudio de su colectivo The Nix: Sausage Studio Sessions (2020), para el cual contó con la colaboración de docenas de artistas de todos los puntos del globo. Se trata del primer lanzamiento que firma con su nombre desde que se despidió de la agrupación escocesa Franz Ferdinand, misma en la cual se mantuvo como el guitarrista principal durante quince años.
“Esto de la cuarentena no es algo nuevo para mí, ya estoy acostumbrado. Estuve por 15 años en una con Franz Ferdinand”, me mencionó, sentado en lo que parece ser un ático, obscuro, alto y de madera, en Alemania. “Solo estoy bromeando”, dice, “pero en parte es cierto. Es bueno tener amigos cercanos, es increíble y no me sentía limitado en Franz Ferdinand, podíamos hacer lo que quisiéramos. Pero, cuando pasas todo el tiempo con la misma gente, las cosas se pueden tornar ahh y a mí también me gusta mucho el resto del mundo, ¿sabes?”, señaló, mientras veía a su alrededor.
“Estoy en Alemania porque iba a grabar a una banda de por aquí. El plan era mudarme por un pequeño lapso de tiempo para terminar el trabajo, pero la cuarentena ya nos aisló”, afirmó, visiblemente cansado. De acuerdo a lo que me dijo, Merker aceptó el reforzamiento de las medidas de cuarentena justo cuando llegó, desde Londres, y habían entrado a cuarentena obligatoria un par de días antes de nuestra llamada. “No está tan mal”, dijo, “estoy mejor aquí que en Reino Unido, lejos de toda la conversación entorno al Brexit y el orgullo irlandés, ¿sabes? El clima no es muy positivo allá y sí, de esa vibra maliciosa puede nacer excelente música, pero yo no quiero formar parte de ella, lamentablemente, no por el momento”.
Con grandes influencias en la música dub y sin perder el sentido funky del rock alternativo que caracterizó su trabajo con la agrupación ganadora del Mercury Prize, Nick McCarthy creó un álbum espléndido, bailable, divertido, un material “que hubiera sido increíble tocar en vivo, quería presentar una gira extensa, ya tenía una banda increíble para hacerlo. Pero, bueno, la música no se irá, mientras puedas tocar con alguien, todo está bien”, afirmó.
El objetivo de su grabación era “ser una impresión de lo que se vive en el estudio, con toda esa gente, de todo el mundo, entrando y saliendo todos los días, grabando música”. En él, se dedicaba a “grabar y hasta componer para quien quisiera, pero empecé a decirles -hey, ¿qué te parece si me devuelves el favor y ahora tú componer algo para mí-, así es cómo empezó”.
Al estudio, lo describe como un tipo de The Factory de Andy Warhol, repleto de fiestas ruidosas en donde hay gente trabajando y grabando al mismo tiempo que los demás se divierten. “Es fantástico, porque luego puedes despertar con una canción y te preguntas -¿cómo demonios es que pasó esto?-“. Además, su patio trasero parece una convención “que resume al mundo”. Desde ahí, se puede apreciar que hay un templo con influencias budistas, una oficina de judíos y hasta una agencia automovilística dirigida por musulmanes. “Nosotros somos los -cristianos- y es increíble porque nunca hemos tenido ningún tipo de problema, las cosas funcionan”.
Es por esto mismo que la música dub ha sido tan importante para Nick McCarthy en los últimos años. “Cuando fui por primera vez a una fiesta dub, me di cuenta de que era como una religión. Una iglesia que le gusta a todos los que están dentro. Gente de todos los colores, de todas las edades, fue la primera escena de Londres tan inclusiva que conocí”, afirmó, agregando que “aquí la gente vive a un lado de sus vecinos, en una hilera infinita. Puede ser bonito, pero no hay mezclas, la gente no se mezcla, por eso me gustó tanto el mundo dub”.
Nick McCarthy dice que viajar le ha dado un gran panorama en donde la mezcla y el contacto con otros artistas ha sido clave. Es por ello que ha hecho grandes amistades que lo han ayudado a realizar este álbum, tales como las de Laetita Sadier de Stereolab, Vula Malinga de Basement Jaxx y Sergio Acosta de Zoé. Este último ha sido imprescindible para comprender el amor de Nick a México.
“A él lo conocía desde antes de que Franz Ferdinand y Zoé empezaran a tocar por todo el mundo. Así que ha sido increíble mantener el contacto y hablar sobre cómo han avanzado las cosas”, afirmó con la energía bromista que lo distingue.
“He viajado mucho a Ciudad de México para encontrarme con él y que me enseñe los alrededores. He ido como 10 o 12 veces y la última vez estuve ahí, paseando, por dos meses, aunque normalmente solo voy por un par de semanas”, afirmó. Él lamentó que no conociera más de México, “solo conozco por lo que he viajado, a veces salgo de la ciudad, a veces no, pero no se puede terminar de conocer un país”.
De acuerdo a lo declarado, Sergio lo invitó a grabar guitarras para una canción de Zoé y posteriormente lo presentaron sobre el escenario. “Es por ello que quise devolverle el favor, pedirle algo a cambio, así que le dije que compusiera unos acordes, sin voz, para ‘The Highest’, la canción en la que canta Kwamie Liv, una extraordinaria músico ambiental de Dinamarca”, señaló.
Finalmente todo lo ha hecho y continuará haciendo porque la música es como su religión. “Así lo creo, sí, hay algo en la música que hace que me sorprenda. No necesito explicaciones. Pero lo que haces, cuando compones, no eres tú, es la música que te usa como un medio. Es algo de una fuerza mayor”, señaló Nick McCarthy. “No soy muy religioso, no sigo a ninguna iglesia, pero me gusta maravillarme por la música”.