#WARPPresenta: Entrevista con Franz Ferdinand, la relación fallida detrás de su álbum debut

// Por: Oscar Adame

vie 15 noviembre, 2019

Fotos: David Barajas

El álbum debut de Franz Ferdinand es uno de los álbumes pop mejor trabajados que nos ha dado el presente siglo. El material sirvió como una introducción perfecta a una de las agrupaciones más brillantes de la época, misma que ha estrenado clásicos que han sido coreados en estadios de todo el mundo desde entonces. Su debut cuenta con un concepto estético muy bien planteado, con influencias evidentes en las vanguardias rusas, un minimalismo llamativo que imprime a la perfección las mejores cualidades de su música, incluyendo su carisma desbordante. 

Es un material que causa obsesión por la simpleza de sus instrumentales, reducidos en líneas de guitarra pegajosas y bajos bailables. Una paleta de sonidos “limitada” que mostró una personalidad juguetona y repleta de un egocentrismo que cae en la auto-parodia. Por ello, no es ninguna sorpresa, que la mejor de las características de la banda siempre ha sido el personaje interpretado por Alex Kapranos, su seductor vocalista, que en este primer álbum relata paso a paso, canción a canción, el proceso mediante el cual se ganó el corazón de la mujer de sus sueños, para después perderlo en la desesperanza. 

Una historia de la vida real, según nos aseguró el escocés en exclusiva dentro de su habitación en uno de los hoteles más elegantes de la Ciudad de México pocas horas antes de fungir como el headliner del Festival Corona Capital 2019. “Esto es algo que nunca le había contado a alguien, pero la chica con la cual estaba teniendo una relación en ese momento se llama Vivian Lewis y el diseño de la contraportada lo hizo ella“, nos declaró, agregando que “es una imagen muy expresiva de lo que nos pasó a ambos en aquel tiempo porque estábamos realmente enamorados y algunas de las canciones son sobre ello y algunas otras son sobre el dolor de aquel amor“. 

Es una historia que nunca antes había contado y que sobresale en esta entrevista en la cual profundiza con respecto a su profundo amor por el arte deconstructivista y la relación de aquellos artistas con la música pop. Además del cómo se puede salvar al mundo siendo más abierto a la hora de escuchar todo tipo de géneros y artistas musicales. 

Sobre vanguardias rusas

Sé que escribiste un libro llamado Soundbites sobre lo que comiste durante una gira de Franz Ferdinand. ¿Haz probado algo interesante en tu visita a México?

Claro que sí, aquí siempre hay comida genial. Siempre es bueno probar cosas que nunca has tenido la oportunidad de comer antes, sobretodo cuando viajas a un lugar y tienen cosas muy particulares de su área. Aquí comí huevos de hormiga. Tiene un sabor muy inusual, muy lejos de lo que esperaba. Fue muy genial.

Tengo que tener mucho cuidado con lo que como cuando vengo aquí. Soy alérgico al maní y se lo ponen a todo, el mole lo tiene. Me pone un poco ansioso, le pregunto a los cocineros una y otra vez si mi plato lo contiene. Me tengo que asegurar de que no tenga… ¿cómo le dicen aquí? ¡¡Cacauhuate!!

Si tuvieras que describir los huevos de hormiga como hiciste con algunos platillos de tu libro, ¿cómo lo harías?

Lo describiría como una situación que te obliga a superar tus prejuicios culturales porque lo que puede ser normal comer en un lugar, puede ser muy inusual en otro. En el Reino Unido la idea de comer insectos o el producto de aquellos insectos es muy inusual, así que tuve que dejar pasar aquellos estigmas para apreciarlo por cómo sabe. Eso es algo con lo que he combatido durante años.

Recuerdo la primera vez que comí sushi, aun era un niño, pero para mí la idea de comer pescado enrollado era una locura, algo impensable. Por suerte puedes superar tus prejuicios y descubrir algo que es muy fructífero para tu vida. Eso puede aplicar para todo, no solo comida. 

Sí, esa es la razón por la cual compras tantos vinilos en los lugares que visitas…

Claro, así es. Esa es una realidad. Es genial tener el acceso, cruzarte con cosas a las cuales no puedes acercarte tan fácilmente en Escocia o Inglaterra. Justo es lo que estábamos hablando antes de la entrevista, la experiencia de comprar discos en Monterrey y en Lima, Perú, me ha dado la oportunidad de encontrar cosas que no podría encontrar en casa. Es difícil hacerlo, a menos que sea por eBay o algo por el estilo. 

Sigo siendo bastante old-school. Me gusta buscar y encontrar discos en físico. Entrar a una tienda especializada y ver las cosas con tus propios ojos. Si la tienda tiene una tornamesa y puedes acercarte a ella para probar los discos es -ahhh-, el mejor día del tour. 

¿Cuál ha sido la música más loca que has encontrado en una tienda de discos?

Lo que encontré a principios de este mes en Lima fue muy cool. Me encantan los discos viejos de cumbia porque es bastante extraña. También amo hacerlo cuando estamos de gira en Estados Unidos, ahí me gusta buscar entre los sencillos de 45 pulgadas porque así puedo encontrar a artistas que no tenían sello discográfico y que no podían costear la impresión de un álbum entero. Me gusta lo que es inusual.

A principios de este año tuve una plática con Panda Bear de Animal Collective. Hablamos de esta idea de romper prejuicios contra otras culturas y personas al escuchar su música. ¿Tú crees que la gente no escucha cierto estilo de música por la misma razón por la cual no quiere acercarse a otras personas, por no compartir ideas políticas o incluso por su color de piel?

Yo creo que eso es cierto. Es un tema muy relevante en este instante; no sé cómo sea en México, pero en Inglaterra la gente está muy polarizada. La gente debate cosas en redes sociales que no terminan en discusiones, termina en censura. Las personas terminan diciendo -no hablaré más contigo porque eres un derechista y yo soy de izquierda-. Eso es muy peligroso. 

Creo que puede haber un momento en la vida de estas personas en donde ya no pueden cruzar, ponerse en los zapatos del otro. No puedes llegar a acuerdos o aprender si no te abres a la conversación. Así que sí, encuentro a esta polarización como algo extremadamente insano y muy peligroso porque lo más polarizada que está, lo más extrema que es la persona. 

No hay más que voltear a nuestro alrededor y ver los tipos de líderes populistas que están apareciendo en todo el mundo. En mí país también. Yo diría que Boris Johnson, nuestro Primer Ministro, es un populista de extrema derecha. Tenemos que hacer todo lo que podamos para frenar el levantamiento de estas figuras. La razón por la cual esta gente se ha vuelto popular es porque sus seguidores sienten que están siendo borrados por aquello que ven como -el otro lado-. 

¿Crees que una forma de frenar este fenómeno es escuchando más música?

Sí. Creo que esa es una realidad en la música porque si escuchas una buena canción, te vas a meter en ella sin importar cuál es tu perspectiva de la vida. Eso es algo que amo de la música. 

Cuando estoy sobre un escenario, dando un concierto, no veo a la audiencia para pensar -ohhh sí, yo sólo toco esta música para la gente que piensa justo como yo-. Del mismo modo, cuando formo parte de una audiencia y estoy disfrutando de un show, no me importan cuáles son las percepciones de las personas que me rodean. Todos terminamos unificados, disfrutando de la música. Eso es algo asombroso. 

Recuerdo que me impresioné mucho cuando encontré videos de los primeros conciertos de Franz Ferdinand. Incluso antes de haber sido firmados por Domino Records, ya tenían todo su concepto temático muy bien formado. Ya vestían de la misma forma y usaban obras de arte de las vanguardias rusas como visuales. Quiero saber cuál fue tu idea inicial para la banda, porque para mí todo inició como una agrupación increíblemente conceptual. 

Ahhh. Sí, creo que todo vino de la banda. No fuimos una banda que firmó con un sello discográfico que nos trajera a un diseñador gráfico que nos dijera cómo deberían de verse nuestros discos. Aquí tienes un vinilo… yo hice este diseño en mi cocina de Glasgow en algún punto del 2003, el estilo devino de aquello en lo que estábamos interesados como personas.

Estás en lo correcto, nuestra estética nació al mismo tiempo que la banda. Pero no fue algo inmediato, estuve en algunas bandas previo a Franz Ferdinand. No sabía qué estaba haciendo, era como ejercitarme, pero creo que al haber estado en esas bandas pude darme cuenta de la importancia de mi perspectiva estética. 

Tengo una visión extraña respecto a este disco (el debut). Nunca he leído una declaración o una reseña en donde se señale que es un álbum conceptual, que cuente una historia, pero yo siento que su inicio es sobre el conocer a una chica y que cada canción es un paso al final, el rompimiento definitivo…

Eso es fascinante porque claro que hay un montón de mi vida personal impresa en este álbum y creo que mucho de ello es sobre mi relación fallida.

Aquí hay una exclusiva para ti, nunca he hablado de esto con alguien, pero la chica con la cual estaba teniendo una relación en ese momento se llama Vivian Lewis. El diseño de la contraportada lo hizo ella.

Ella sabía de mi interés estético y teníamos un estilo bastante similar, apreciábamos los mismos movimientos artísticos. Antes de que el disco saliera, decidimos que romperíamos, pero le pedí que me ayudara a hacer el diseño de la contraportada.

Fue un año y medio después de que nuestro álbum saliera, cuando me pico la curiosidad de saber qué es lo que la imagen representa. La subí a Photoshop, revertí la polarización del negativo, junté las piezas y me di cuenta de que era ella.

Es un auto-retrato de Vivian rota. Es una imagen muy expresiva de lo que nos pasó a ambos en aquel tiempo porque estábamos realmente enamorados y algunas de las canciones son sobre ello y algunas otras son sobre el dolor de aquel amor. Así que sí. Buena observación mi amigo. 

Me gustaría saber un poco sobre tu interés en las vanguardias rusas, sobretodo de aquella época.

Claro que sí. Siento que la actitud de los deconstructivistas al diseño gráfico refleja lo que amo con respecto a lo que yo llamo como música pop. Puede que mi idea del pop sea distinta a la de los demás, pero para mí la música pop es inmediata y directa. No tiene que ser necesariamente de artistas que vendan millones de copias. Yo nombraría a The B-52’s como música pop al mismo modo que lo haría sobre Britney Spears o Billie Eilish. 

Todo el arte de los rusos tenía una paleta de colores bastante limitada, con solo tres de ellos. Es por ello que decidí utilizar tres colores en todo nuestro trabajo artístico. En el primer álbum, diseñamos todo con un café obscuro que es casi negro, un anaranjado y un color crema. Una sola paleta para todo nuestro arte.

Eso se puede ver en los pósters de las vanguardias rusas. Una limitación que en parte fue una elección estética, pero también fue un resultado de las limitaciones tecnológicas de la época. No podían imprimir más colores, pero lo adoro. Amo la idea de darte a ti mismo limitaciones y la mejor música pop para mí hace lo que los deconstructivistas: es directo, inmediato y tiene una paleta sónica limitada. 

Recuerdo las discusiones que tuve con nuestro primer productor, Tory Hanson, quien trabajó conmigo en este álbum debut. Él quería complicar mucho las cosas, quería integrar un montón de texturas con sintetizadores, secciones de cuerdas, y demás. Yo le dije -NO-, tenemos una paleta sonora limitada. Eso es lo que nos dio identidad. Encuentras tu personalidad al quitar en lugar de agregar cosas.