La cantautora islandesa Björk lanzó una nueva versión del sencillo ‘Cosmogony’, original de su álbum Biophilia (2011), acompañada del grupo coral islandés Hamrahlíð. Se trata de una versión completamente distinta a la original, cantada acapella por este grupo de cantantes que es considerado como el coro juvenil más importante de la isla escandinava.
La versión formará parte de su próximo álbum Come And Be Joyful (2020), mismo que saldrá a la venta el próximo 4 de diciembre y que solo contendrá interpretaciones corales de algunos de los más grandes clásicos de Björk. Es un lanzamiento íntimo e importante para la soprano puesto que formó parte del grupo en su juventud.
“Yo estaba en este coro cuando tenía 16 años y creo que todos los músicos islandeses de los que has oído hablar fueron educados y bautizados musicalmente por [la fundadora del Coro Hamrahlid, Þorgerður Ingólfsdóttir]”, explicó Björk en su Instagram sobre este coro del cual también hablamos en nuestra entrevista en exclusiva del año pasado puesto que formaron parte de la gira de Cornucopia que llegó a la CDMX.
Es muy interesante que hayas invitado al mismo coro del cual fuiste parte de niña a abrir tus conciertos. ¿Cuándo tuviste la idea de llevarlos contigo, no te resultó nostálgico el ver a sus miembros siendo que tú solías estar en su misma posición?
Bueno, hicimos esto en Nueva York y sí, fue increíble y muy revelador el combinar todos estos lados distintos de mí en un mismo día, durante una hora y media.
La tradición coral en Islandia es inmensa. Éramos muy pobres, no teníamos orquestas o arquitectura, nada de eso, pero siempre tuvimos música vocal y tenemos un sonido muy específico. Hay muchos compositores que solo trabajaron para los coros islandeses, pero todos terminaron dirigiéndose a los mismos lenguajes cuando escribían sus canciones. Soy una gran seguidora de todos ellos.
Cuando llegue a México voy a presentarme con un coro mexicano, de hecho ya estoy trabajando en seleccionarlo. Disfruté mucho trabajar con la Orquesta Sinfónica de México durante mi última visita a la ciudad. Es muy satisfactorio estar en una ciudad y tener más gente sobre el escenario que pertenece a ese lugar a tener invitados. Siento que así, el concierto no es sólo un saludo de mano entre los músicos y la audiencia, sino también entre los dos lugares en el escenario.
Definitivamente escuché un sonido muy distintivo en la orquesta mexicana. Disfruto mucho la forma como los mexicanos ven al mundo, es apasionado y artístico.
¿Crees que estar en contacto con tu propia infancia es algo importante para un artista… y para un ser humano?
Esa es una pregunta muy buena. Puedo responderla en muchas formas que puede que se contradigan.
Puedo imaginarme a alguien que está en contacto con su infancia y alguien que no lo está. Ambos lo están haciendo muy bien, pero al mismo tiempo me pregunto -¿se puede escapar de ella?-. Siento que el trabajo emocional es muy gratificante y puede entregar milagros.
Al mismo tiempo, como una amante de la música, a veces siento que la psicología del siglo XX se sobrevalora si te olvidas de ti mismo en un sentido molecular, en las ondas sonoras de la música, la física y la abstracción de la misma. Es imposible no disfrutar de ella siendo un escucha, un músico o un bailarín. Es probable que esta sea una forma más directa y real de conectar con el mundo, mucho más que el analizar y profundizar en los problemas.
Tal vez una forma de acercarse a esto es incluir a ambos polos opuestos. Tanto lo abstracto como lo psicológico, eso seguramente será lo más efectivo a largo plazo.