El conflicto entre el movimiento prodemocracia de Hong Kong frente a China continua. Su origen y línea de tiempo, son un tema que hemos cubierto en ete medio y a la vez sigue desarrollándose, cada vez de maneras más inesperadas.
En este sentido, y con la creciente tensión entre China y Estados Unidos, entra el papel geo-económico. Uno que tiene a políticos y empresas en el peligroso juego de elegir lados. Hoy mismo, China anuncia “fuertes represalias” si la Ley de Democracia y Derechos Humanos de Hong Kong es ejecutada por la Cámara de Representantes en los Estados Unidos, y es difícil ver quién intereses ganan, si la política o la economía.
“Sin duda alguna, China tomará fuertes represalias en respuesta a las decisiones equivocadas del lado estadounidense con el objetivo de defender su soberanía e intereses de desarrollo” dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Pero más allá de esta relación político-económica, esta extraña sincronía y tensión entre lo que aún se percibe como un mundo occidental y oriental, quizá encuentra su desarrollo más extraño de todos, con la llegada de la superestrella de baloncesto y mogul Lebron James, la NBA y Daryl Morey, general manager de los Houston Rockets.
Todo empezó con Morey y un tuit en apoyo a los protestantes en Hong Kong. Esto inmediatamente desencadenó controversia dentro de un importante fanbase para los Houston Rockets, la NBA y un pool de talento atlético.
Mientras que los protestantes en Hong Kong, aprovecharon la oportunidad para celebrar la postura de Morey, la presión fue suficiente para tener a Morey borrando el tuit y declarando a forma de disculpa, que su intención no era ofender a nadie.
Sin embargo, el daño de este tuit estaba más que hecho. La tensión entre una relación pseudo armónica, entre China y la NBA, que capitalizan de manera mutua en este negocio deportivo con dos importantes audiencias globales, se vio inevitablemente tensa.
La respuesta de Adam Silver, comisionado de la NBA, fue en la misma vaina que toda su retórica como representante de la liga, una de representación de libertades. Mientras que las empresas americanas habían mostrado una respuesta de ceder ante China, frente a la presión comercial, Silver declaró no tener una necesidad por “disculparse” tratándose de un tema de libertad de expresión, respecto a los comentarios de Morey.
La respuesta China, llegó en forma de cadenas televisivas y medios suspendiendo su relación con la NBA, además de provocar la necesidad de una revaluación de su alianza comercial.
En este panorama y dentro de una liga famosa por la vocalidad de sus atletas, la cara de la liga Lebron James, rompió su silencio después de un tenso juego entre su equipo, Los Angeles Lakers y los Nets de Brooklyn.
De regreso en los Estados Unidos, James desató más controversia diciendo que Morey debió haberse abstenido de hacer ese tipo de comentarios, al no estar tan “educado” en el tema. Esto como un comentario de James, sobre el contexto de las ramificaciones posibles, además de la gente involucrada en la liga.
La crítica más fuerte contra James, está en un comentario que resulta inflamatorio, no solo para los protestantes pro-democracia en Hong Kong, sino uno que resulta incongruente con una historia de abogacía por las libertades de expresión y democracia que el atleta ha resaltado durante su trayectoria.
Mientras la especulación sobre el “¿Por qué?” de los comentarios de James abundan, es difícil no caer en desinformación bajo este ejercicio. Queda en realidad, ver el desarrollo de la representación de la liga, cuando se enfrenta a un tema con ramificaciones, políticas, económicas y sociales.