Entre el mundo de la realidad y la ficción, ayer Gorillaz se presentó en las instalaciones del Palacio de los Deportes. Damon Albarn salió al escenario utilizando una máscara de 2D, acompañado de más de una docena de músicos en el cierre de la gira The Now Now (2018), interpretando un setlist centrado en su último material, pero sin descuidar los clásicos de sus primeros tres discos de estudio.
La gente se dejó llevar a un mundo post-apocalíptico conformado por personajes vistosos, escenas llenas de paz electro-pop y otras repletas de violencia hip-hopera. Un mundo único que gestó el vocalista y líder de Blur en una colaboración con el ilustrador Jamie Hewlett tras una semana de depresión y encierro en la cual sólo se dedicaron a ver “la basura de MTV”, una idea que nació en el 99 como una sátira al sistema star-system que terminó por convertirse en un icono pop del Siglo XXI con cinco discos que han sido certificados platino, varios Brit Awards y un par de nominaciones a los Grammy.
Mucho se habló previo al concierto, se dijo miles de veces que sería el último concierto de la gira desde el inicio, pero con el paso de los días se empezó a correr la voz de que sería la última presentación en la historia de la banda. Damon Albarn dijo que al terminar esta gira se dedicará por completo a The Good, The Bad and The Queen en los próximos meses y que después de terminar su promoción se retirará de la música pop para experimentar en Africa, como ha hecho de forma constante desde el inicio del milenio, con lanzamientos como Mali Music y el proyecto Africa Express sobre sus hombros.
Es por ello que se decía que este día sería histórico para el proyecto, los boletos se vendieron en cuestión de segundos y en la re-venta los accesos alcanzaron precios que sobrepasaban los $20,000 pesos mexicanos. La promesa era lógica, esta sería una fecha inolvidable y un momento único para los seguidores de la banda animada.
El concierto cumplió con la mitad de sus promesas, pues el concierto fue intenso de principio a fin, se dio un set largo que tocó todos los puntos de la carrera de la banda animada y en general la fiesta no tuvo fin. Sin embargo, es difícil encontrar puntos para determinar que esta presentación más íntima y especial fuera mejor que la del Vive Latino de hace unos meses.
En general se tocó el mismo setlist, se reemplazaron las canciones de Humanz (2017) por los temas más representativos de The Now Now (2018) y se agregaron rarezas como ‘Latin Simone (¿Qué Pasa Contigo?)’ en una hermosa interpretación que combinó la versión original en español, con letra del ex-líder de Buenavista Social Club, Ibrahin Ferrer, con aquella anglosajona que canta Damon Albarn en G-Sides (2001), el disco de rarezas de su primer material de estudio.
Damon Albarn y los suyos se lanzaron al escenario con la interpretación de ‘M1 A1’ con visuales que mostraban una bienvenida apocalíptica a los presentes, entre gritos y elementos sonoros provenientes de las películas de zombies de George Romero, se rompió con la narrativa con la siguiente interpretación de ‘Tranz’, tercer sencillo de su último disco de estudio, previo a continuar con ‘Last Living Souls’ y seguir con la narrativa repleta de muertos y peligro.
Lo que no se sintió bien respecto a este concierto es la poca participación que tuvieron los dibujos animados dentro de la fecha. En abril se les asignaron visuales enteros a los personajes, fungiendo como pequeños preludios a cada sección del set, cada una dedicada a un personaje en especial. Había una narrativa y esa siempre ha sido el elemento principal dentro del proyecto musical. En este caso lo recibido tuvo el impacto emocional que recibió gracias al bagaje previo de cada uno de los asistentes, quienes gritaban de emoción cada que un personaje conocido saltaba a la pantalla, sean los cuatro principales, los antagonistas de sus historias o los dibujos secundarios.
Jamie Hewlett fue recibido entre aplausos después de que Damon lo invitara a subir el escenario, “él es el hombre detrás de todos los hermosos visuales que ven aquí”, declaró previo a su entrada. Él fue vitoreado como un verdadero rock-star, entre gritos de “Jamie Jamie” y más, el caricaturista más vitoreado de la historia.
Hubo varios invitados especiales, De La Soul se paró para interpretar ‘Superfast Jellyfish’ y ‘Feel Good Inc’, Bootie Brown llegó para cantar ‘Dirty Harry’, Jamie Principle cantó ‘Hollywood’ y para ‘Stylo’ llegó Peven Everett.
La cita finalizó con la interpretación de ‘Don’t Get Lost In Heaven’ y ‘Demon Days’, canciones conjuntas que cierran el disco homónimo al último tema que cuentan con influencias obvias en la música góspel. Con un vitral detrás, repleto de los personajes de la agrupación, la interpretación se alargó a más de cinco minutos en una verdadera reverencia religiosa a la narrativa de Gorillaz, misma que ha tenido un impacto indudable dentro de la vida de cientos de miles de personas.