Por: Mario Yaír T.S.
El Cine Ópera en la calle de Serapio Rendón 9, ubicado en la Colonia San Rafael de la Ciudad de México, es toda una leyenda de los fotógrafos por su melancólico abandono, al cual Michael Nyman explotó en una exposición fotográfica del Museo del Chopo. Lo que pocos saben es que sus fuentes silenciosas y su candelabro derruido sobre las butacas fueron producto de uno de los conciertos más memorables de la escena underground de los años 90.
Post-punk, gótica, rock, no importa el género, lo cierto es que la banda británica ochentera de Bauhaus ya era un hito para todos los interesados en la música underground. Aunque sus mejores años ya habían pasado y cada reunión que tenían era tensa en la antesala para su desintegración, planearon una gira para 1998 y su primera presentación tenía que ser cerca del Tianguis del Chopo: El viejo Cine Ópera, al cual CONACULTA convirtió en una improvisada sala de conciertos.
La cita fue el 12 de octubre de 1998 y sobre la marquesina se leía “BAUHAUS: Resurrection Tour”. Todo estaba listo, los boletos ya se habían vendido previamente y para saciar el hambre de los asistentes, dos trompos de carne al pastor se colocaron en los descansos de las escaleras. Al recinto llegó lo más exquisito de la oscuridad mexicana, chicas de labial negro, muchachos con las uñas pintadas de negro, los musculosos de cabello largo, los que delineándose los ojos imponían con su parecencia y los pocos punks que aun sobrevivían.
Lo que no contaban los organizadores era con la lluvia que comenzó a arreciar afuera, cuando cientos de muchachos apenas se enteraban que ya no había boletos. Así, mientras dentro sonaba la ya conocida “Bela Lugosi’s Dead”, afuera las enclenques rejas del Ópera comenzaban a bajar anunciando el portazo.
En ese instante los que quedaban afuera comenzaron a empujar sobrepasando a la poca autoridad que había y las patrullas llegaron cuando el caos ya estaba en su apogeo. Con grito de guerra y cervezas de contrabando, enojados por no conseguir boletos, quienes quedaron afuera llegaron hasta las escaleras donde comenzaron una disputa por la conquista de los trompos.
Mientras tanto, dentro del lugar, los saltos de la multitud comenzaron a formar grietas dignas de un terremoto en el techo. Más y más se sumaban al episodio. Con las patrullas rebasadas por la banda y un trompo extraviado, el concierto alcanzó el grado de “épico” cuando desde el balcón comenzaron a volar sobre los asistentes trozos de techo, polvo, líquidos varios (como es costumbre) y al poco rato un proyectil de pastor que convirtió al lugar en una taquería underground. Las tortillas como platillos voladores caían en el candelabro, anunciando el gran final del concierto con gritos alucinantes.
Le llamaron el último clavo en el ataúd del Ópera. Después de ver pasar las voces de Rita Guerrero, de La Castañeda, e irónicamente de Love and Rockets; ahora, después de que Peter Murphy inaugurara su gira de “revivals”, amanecieron sobre el cine los sellos de CLAUSURADO. El coloso Art Decó vio caer su candelabro con una lluvia y el nulo mantenimiento tras “la noche épica.”
Peter Murphy volvió en 2014 a presentarse en la nada lúgubre Casa Lamm. Con un aire más intelectual, presentó algunas páginas de su libro “Who Killed Mister Moonlight?” y más de uno le recordó sobre aquel concierto. Él sólo refirió que su recuerdo memorable fue haber ido al doctor y que lo trataran bien aún vestido de negro.
El 23 de febrero el Festival Roxy Fest de Guadalajara anunció que Peter Murphy presentará un set especial, celebrando los 40 años de Bauhaus en conjunto con el bajista original de la agrupación, David J. Este será el único concierto que ofrecerán a lo largo de este año.