Uno de los elementos más importantes a considerar para el desarrollo de una persona es el proceso de descubrimiento. Todos los años cambiamos, crecemos, nos abrimos a nuevas experiencias y con ellas nuestra percepción del mundo se vuelve una distinta.
En la música el crecimiento no es distinto, todos los días nos topamos con nuevos sonidos, nuevos mensajes que quedan impregnados en los álbumes. Estos son algunos de los materiales que hicieron del 2019 un año repleto de descubrimientos.
El vocalista y líder de este quinteto de rock-alternativo procedente de Kentuchy, Estados Unidos, siempre se ha distinguido por ser una pluma que no teme el dejar marcas de su fragilidad en temas que hablan sobre el miedo a la muerto y el paso del tiempo, algo que se ha intensificado.
Tras sufrir de un divorcio doloroso, el vocalista se encerró en su cuarto durante varios meses, encontrando un escape a su depresión en un programa de entrevistas con asesinos seriales. Fascinado ante lo mucho que encontró para amar a aquellas personas que en papel no pueden ser amadas, decidió trasformar su tristeza en luz para componer Social Cues (2019), un álbum conceptual en el cual toma el papel de varios personajes para hablar sobre la pérdida del amor y la aceptación propia.
Tras terminar de grabar su primer álbum de estudio, la cantautora mexicana Renee Mooi decidió guardar el resultado final durante años, sus seguidores esperaron poco más de un lustro por la llegada se esta intensa mezcla de sonoridades creada por una chica preocupada por hacerse notar con la crudeza de los gritos de un noise-punk que por momentos llega a lo experimental. Se trata de un material que juega con sonoridades muy crudas, con evidentes influencias post-grunge, que encuentra sus mejores momentos en sus piezas más sensuales e íntimas.
Un material sincero con momentos brillantes tanto en su acercamiento lírico, como musical. Es un álbum con un sentido del humor ácido, pero que muestra una preocupación sincera por temas ecológicos y sociales. Una impresión genuina de una chica que tenía el objetivo de dejarse mostrar con su música, con todo su enojo, y liberando todas sus frustraciones. Es un documento importante y un baño de nostalgia para los escuchas que llegaron a experimentar sentires e intereses similares a una edad más temprana.
Poco después de haber estrenado al extenso Ta13oo (2018), el joven trapero estadounidense decidió volver con un material mucho más corto, con una intención mucho más libre y alegre bajo un concepto que hace burla de las series de televisión de los años 70, muy distante a la dualidad que viven las personas que sufren de bipolaridad.
Sin embargo, el álbum mantiene el agresivo trap que le ha dado fama desde su etapa como uno de los mayores exponentes del SounCloudRap junto a interpretes como su ex-roomie XXXTentación dentro de un círculo que habla sobre sus ansiedades adolescentes, la violencia que viven como miembros de la comunidad negra y su fanatismo por el anime y los videojuegos.
El hip-hop experimental, repleto de detalles bedroom-pop, que caracterizó a la carrera de Tyler Gregory Okonma alcanzó un nuevo punto de relevancia tanto en su éxito crítico, comercial y hasta cultural a principios de este año debido a que logró perfeccionar su mezcla con intensos up-tempos, beats de trap y una colección de ganchos trap irresistibles.
El colorido de este álbum de estudio radica en lo distinto que suena de todo lo demás que se produce actualmente en la industria de la música, con una combinación de sonoridades que aun hoy en día suenan alienígenas y que le dan una mayor credibilidad a la creación del mundo que rodea a IGOR, el personaje extravagante que describe su vida a lo largo de este material cuyo impacto sobre la Generación Z es innegable.
El proyecto de música experimental norteamericano que ha sido liderado por el multinstrumentista Michael Gira durante poco más de tres décadas abrió un nuevo ciclo a finales de este año con el estreno de su último álbum de estudio, reemplazando a todos los artistas que lo acompañaron a lo largo de la década con músicos más jóvenes, menos afamados, pero con el mismo oído que goza de la tensión con genialidades como atmósferas.
Al igual que en el trabajo más aclamado del proyecto, el famoso To Be King (2014), este material juega con instrumentaciones cíclicas, agregando elementos que generar una catarsis violenta en los escuchas. Una experiencia cinemática que solicita tanto atención como disponibilidad emocional para su disfrute total.
El nuevo álbum de Nick Cave & The Bad Seeds, el tercero de la su trilogía es más bien un álbum que apela a la emancipación más que al apego. En ‘Ghosteen’ Cave ya no está, se ha dejado ir; ha cedido su alma para juntarse con El Soberano.
Quizás el conjunto de canciones más natural y orgánico que ‘Nick Cave & Bad Seeds’ hayan grabado jamás, y que encaja absolutamente con los temas líricos y sentimentales del álbum. Al escuchar Ghosteen, la descripción niños/padres tiene sentido.
Un álbum único que se basa en el género Andes Step que el productor acuñó y consolidó con su último álbum, Prender El Alma (2015). Un álbum anacrónico, en el sentido de que combina una encarnación del folclore espiritual antiguo y efímera musical con técnicas de producción modernas y programación electrónica.
El productor ecuatoriano ya es conocido y celebrado por sus fusiones experimentales, aún así, ha vuelto a renovarse con Siku, en un nuevo álbum coherente del inicio al fin.
Deerhunter está de vuelta con Why Hasn’t Everything Already Disappeared? (2019), octavo disco de los oriundos de Atlanta, en el cual Bradford Cox y compañía profundizan sobre su visión del Apocalipsis sobre canciones construidas artesanalmente, entregándonos otra pizca de genialidad, una joya sonora impecable que se presenta como un material conceptual.
Una obra sensible que describe de forma directa y sin algún tipo de miedo al destino que se mantiene escrito para la humanidad, las letras de Cox brillan por su sinceridad figurativa.
A lo largo de los últimos dos años, la cantante franco-venezolana de nombre Sophie Fustec se ganó un lugar dentro de los escuchas más exigentes de la industria indepenciente latinoamericana gracias a su fresca propuesta musical, repleta de elementos folclóricos de la zona unidos con una producción vanguardista, llena de sampleos y de loops hipnóticos.
Con su voz, La Chica arrulla al escucha con historias de desamor y olvido mientras lo golpea con hermosas armonías a piano, sintetizadores distintivos del new-weird america y beats hip-hoperos. La electrónica experimental que sirve como base de su propuesta corta en rompimientos armónicos constantes que llegan junto a elementos en constante up-tempo. Es un collage sonoro de gran calidad.
Un material en el cual el icono del reggaetón había estado trabajando durante poco menos de una década, desarrollando sus historias personales y exponiéndolas de una forma completamente íntima dentro del material, el cual incluye colaboraciones con intérpretes como Ozuna, Bad Bunny y Sech, entre otros.
Se trata de un material diverso en cuanto a sonoridades, pero con un profundo uso de sampleos y grabaciones que detallan la vida personal del artista. Desde frases de su hijo pequeño, quien celebra la fama de su padre, hasta llamadas telefónicas con su amada abuela, todos estos detalles hacen de su escucha una experiencia emotiva con un intenso énfasis en las fragilidades emocionales de Arcángel, algo que pocas veces se ha podido observar dentro de un material de música urbana latinoamericana, acercándose más al trabajo introspectivo de Kanye West o Frank Ocean que al festivo de Daddy Yankee o J. Balvin.
Christian Fennesz está lejos de vivir de su pasado. El icónico músico se encuentra en una situación interminablemente interesante al hacer frente a una nueva generación de música electrónica experimental. Mientras que Fennesz crearía algunas de las técnicas y formas de las que hoy muchos dependen, su música más reciente podría parecer un simple retrato o documento del pasado.
En Agora, ampliamente cargado por lo emocional y con nuevos materiales de trabajo, el músico austriaco da cabida a una perspectiva contemporánea de su pasado momento. Similar a la forma en que un Gil Scott Heron pudo dar visión extendida y nuevamente informada a un producto musical aparentemente pasado, Fennesz deja puerta abierta a los más grandes referentes para una nueva época.
De alguna manera, parece que todos los años nos encontramos con un nuevo álbum o artista de bedroom pop o lo-fi o indie folk, cualquier cosa dentro de esas líneas que parece volverse imprescindible para el público y la crítica. Quizá la necesidad respuesta, sea la apariencia de una música “sincera”, “orgánica”.
Clairo existe rodeada de un contexto de clichés y lejos de ser una novedad o siquiera algo particular, manifiesta de manera definitiva una verdadera comprensión de su entorno. En Immunity, además de la “artesanía”, hay espacios para ver como sujetos extraños a este modo musical enaltecen un medio impensado. Además de la incorporación creativa, Clairo cuenta con un acercamiento a la composición basado en la simplicidad y contrastado con el detalle excesivo. De esta, es justo decir que responde a las quejas obviadas.
Cuando la nueva promesa del grime Slowthai se presentó sobre el escenario de los Music Mercury Prize, el intérprete sorprendió al mundo al aparecer sosteniendo una cabeza de hule del Primer Ministro inglés Boris Johnson. Una imagen que resume a la perfección la reciente importancia que ha tomado este artista de 24 años de edad que con una mezcla intensa de UK Garage con rimas trap se posiciona como uno de los críticos más importantes del actual gobierno inglés.
Su álbum es un material detallado en el cual hace uso de un humor muy negro para protestar en contra de las injusticias más grandes del pasado y presente inglés. En él, hace una burla al punto de sus mayores clichés culturales, al igual que en la importancia que se le da a las figuras que cargan con la corona.
Un disco que muestra a la cantautora distanciándose de su imagen de estrella del rock alternativo para mostrar su talento con una paleta mucho más extensa, con pianos, sintetizadores, consolas y percusiones de todo tipo, la cantautora lidia sobre melodías violentas con sus demonios internos.
Es un material diverso y rico en sonoridades que nos muestra tanto a varias de las mejores interpretaciones vocales de la cantante, como a algunas de sus mejores letras. El trabajo termina por sentirse sombrío y experimental, sin dejar de ser de fácil digestión. Esto último lo logra en gran parte gracias a la colaboración de sus dos productores, pues Jamie Stewart de Xiu Xiu agrega elementos que no se sentirían fuera de lugar dentro de su locura de proyecto, mientras que John Congleton mantiene la limpieza que caracteriza a los discos pop de sus discos previos, entre los cuales se encuentran materiales de St. Vincent y David Byrne.
En medio de un estado sociopolítico donde se vuelve inmoral el celebrar a estas figuras, nace Natanael Cano, un chico de 18 años que con su segundo álbum de estudio Corridos Tumbados (2019) logra llevar al corrido a una época más brillante con uno de los álbumes de habla hispana más importantes del presente año.
Se trata de un material compuesto por un chico con la pretensión consiente de cambiar la perspectiva que se tiene sobre el género y sus tierras. Brillante en su construcción musical y repleto de relatos sinceros con los cuales es fácil relacionarse a un nivel íntimo, el éxito de este álbum es un paso firme hacía la evolución de la música tradicional mexicana.
En sus canciones, Jamie Stewart se establece como una figura indescifrable. Repleto de momentos llenos de tensión, gritos y golpes amarrados dentro melodías pop irresistibles, Xiu Xiu se ha caracterizado a lo largo de casi dos décadas por ser uno de los proyectos más viscerales e imprevisibles de la industria.
Tras haber lanzado FORGET (2017), su proyecto regresa como una amalgama alucinante de sonidos sampleados, balbuceos, cuerdas, voces y complejas percusiones influenciadas en la música tradicional de las tribus africanas que entregan uno de los álbumes más extravagantes de su carrera. Sobre la tensa instrumentación, Jamie relata historias de sexo y desamor que se intensifican con el histrionismo de su canto. Es un material que carga con la violencia experimental del industrial más viejo, re-interpretado con una serie interminable de elementos orgánicos. Es música para hacer rituales, es violencia sonora y Xiu Xiu tomando un nuevo riesgo.
Es difícil ver la reacción y acomodo de cualquier industria en un tiempo de quota multicultural y exportación desmedida. La diferencia está en medir el valor o “el momento” de los productos musicales no-anglosajones. CHAI viene en forma de un cuarteto basado en Nagoya, Aichi, Japon. Su propuesta no existe en el vacío, pero si es una atención a lo contemporáneo. Entre punk, dance y pop, este proyecto exhibe sobre todas las cosas producción creativa y energía interminable.
En PUNK hay un acomodo sustancial de elementos que a veces parecen efervecer sin control, esto dando de regreso una apreciación general de música muy detallada. Hay valentía frente a la forma en que sus influencias pueden o no combinar. No existe la distinción de origen, solo por crear identidad.
Parece justo que el álbum de Pyramid Vritra, participe en los primeros años de Odd Future, haya sido uno de los más ignorados del año. Un nombre de esos que solo se recuerdan en compilaciones, regreso este año para contar la historia detrás del olvido. Junto con el multiinstrumentista y productor Wilma Archer, Vritra debutó este nuevo proyecto que de la manera más honesta, se pone a la misma altura que algunos de los nombres de hip-hop alternativo y experimental más importantes de la década.
Un álbum en esencia familiar y acogedor, con carácter lírico confrontativo e introspectivo, en donde lo “DIY” desaparece frente algunas de las producciones más detalladas, inventivas y seriamente profesionales del año.
Se trata de un material en el cual el intérprete se aleja del agresivo trap con tintes experimentales que lo llevaron al reconocimiento crítico internacional a mediados de esta década. En lugar de gritos disonantes, sampleos rítmicos extravagantes, y estructuras de hip-hop progresivo, Danny se decidió por un camino nostálgico, con bases instrumentales basadas en el funk del rap de finales de los años ochenta y principios de los noventa.
Los sintetizadores análogos, osciladores, sampleos de elementos reminiscentes del vaporwave, y ritmos funk o disco son una constante importante dentro del álbum. Por otro lado, la estética influenciada en los programas de televisión de los años setenta y ochenta cae como anillo al dedo dentro del concepto.
Poco menos de seis meses después de estrenar su álbum debut de estudio, Bad Bunny sorprendió con el lanzamiento de un material entero en colaboración con la superestrella J. Balvin. Un álbum que llegó sin anuncio previo y que paralizó a la industria de la música.
El resultado es una genial colección de piezas diversas entre sí, con canciones que juegan con detalles de música andina, rock latino, trap intenso y ganchos pop de naturaleza irresistible sobre una base con el beat del dembow reggaetonero. Un material libre de pretensiones, repleto de himnos de fiesta, que por momentos logra entregar piezas frágiles cuya honestidad han marcado a una generación de escuchas latinoamericanos.
Billie Eilish arribó a la industria de la música a través de su puerta más grande. Con tan sólo 17 años de edad, su inconfundible sonido se colocó en las primeras posiciones de popularidad en todo el mundo, incluyendo cuatro sencillos platino en su natal Estados Unidos y el segundo álbum más vendido del año a nivel internacional, su debut WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO? (2019).
Catorce canciones de un trap-pop con ganchos pegajosos, pero que sorprende ante sus cortes downtempo infundidos en elementos electrónicos trip-hoperos y en experimentos inusitados de producción dentro de su voz que narran historias de terror que devienen directamente de las pesadillas de la cantautora. Se trata de la primera gran placa discográfica que da voz a una generación naciente en la Generación Z.
Un material de trece canciones retorcidas de un trap violento con instrumentaciones glitch que habla sobre la violencia que se vive dentro de la Internet y cómo es que la cultura web se ha transformado en un revoltijo tóxico en donde se dan a notar las características más absurdas del ser humano.
Como en sus pasados trabajos discográficos, el material no cuenta con estructuras tradicionales o ganchos melódicos. No se trata de un trapero pop de estadios, es un álbum hecho con la intención de romper estructuras y de generar disgusto. Es un material rápido y fresco que hace uso de una producción basada en el glitch para crear momentos extravagantes y totalmente post-modernos, tal como el tema del álbum, repleto de relaciones a la cultura web en la que ha crecido la Generación Z.
Un material conformado por 14 canciones en las cuales la cantautora explora los diversos sentires que ha logrado experimentar en sus viajes por las playas estadounidenses. Como ha ocurrido con la mayor parte de su cuerpo discográfico, este material contiene una buena colección de temas relacionados al desamor, tema a cual explora desde la decepción y la contradicción de los círculos sociales que la rodean. Tema central del tema que le da su título al álbum.
Se trata de un álbum increíblemente descriptivo en su parte lírica, con influencias sonoras que provienen del rock clásico, la psicodelia y los electrónicos fríos del trip-hop, todo bajo la lente barroca que distingue al mundo de Lana del Rey.
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El mundo de música rock de carácter experimental, ese que puede llevar nombres como post-punk, math rock o noise rock se ha sentido un tanto estático en los últimos años. Esto claro, una consecuencia de volver la “experimentación” algo formulaico.
Los ingleses que forman black midi, no llegaron de manera repentina pero sin con un schlangenheim que probó mucho más de lo esperado. Si bien el acercamiento musical de la banda no es su atractivo, si es con que hacen este acercamiento. En este formato se esconden algunas de las esencias del jazz y reggae, estas bases retransmitidas a la filosofía post-punk de los ochentas y finalmente acomodadas en un absurdo.
Una colección de nueve piezas creadas a partir de estructuras post-modernas, repletas de momentos violentos que sorprenden por su inmediatez. A su vez, las canciones siguen sorprendiendo después de varias escuchas debido a que se encuentran ahogadas en detalles armónicos preciosos, muy bien producidos, de elementos electrónicos fríos que van muy acorde al perfil folktrónico que la ha caracterizado desde el inicio de su carrera.
MAGDALENE (2019) es un álbum que se siente frágil, pero que a la vez entrega momentos increíblemente poderosos. Es el sonido de un alma joven encontrando su propia valía a través de la introspección, alejada de sus amigos y de su familia, tras encerrarse por horas ante el dolor que conlleva un rompimiento del corazón.