#WARPYearbook 2017: Los 30 discos del año

// Por: Staff

mié 13 diciembre, 2017

10: Father John Misty – Pure Comedy – Sub Pop

Para John Tillman el mundo actual es tan triste y depravado que para poder documentarlo se necesita tener de un enfoque muy especial: la comedia irónica. 13 canciones que relatan historias respecto a la falta de identidad, a la despersonalización a través de las redes sociales y sobre la triste desesperanza que una persona rodeada de tantas fantasías siente al darse cuenta de que éstas no pueden ser verdaderas.

Claro, es imposible escuchar estos relatos sin retorcerse de la risa. Tillman tiene muy en claro que a la raza humana le gusta sentirse liberada de sus imperfecciones, ¿qué mejor que hacerlo entre risas?

– Oscar Adame

9: Queens Of The Stone Age – Villains – Matador Records

Producido por Mark Ronson (Amy Winehouse, Paul McCartney, Lady Gaga y Duran Duran), este disco de QOTSA integra matices sonoros sorprendentes: ensambles de cuerdas que crean sórdidos intros para el rock al que la banda nos tiene acostumbrados, secuencias con sintetizadores que generan ambientes en los que la voz de Josh Homme navega a voluntad y canciones más sutiles, como ‘Fortress’, en las que los riffs y las palabras se conjugan en una atmósfera de nostalgia.

Desde el inicio del disco, con el track ‘Feet Don’t Fail Me’, las potentes guitarras ligadas a una ruda línea de bajo nos recuerdan con contundencia que estamos escuchando un álbum de QOTSA; sin embargo, a lo largo del disco algo va sucediendo, la banda se arriesga a explorar otros sonidos y a jugar con los recursos que les dan nuevas herramientas.

‘The Way You Used To Do’ fue el primer sencillo de Villains, un corte donde el ritmo atrapa los sentidos. Luego llega ‘Domesticated Animals’, canción que recuerda la actitud vocal y cínica de bandas legendarias como Dead Kennedys, con la voz desquiciada de Jello Biafra pero en un contexto evidentemente más rock y menos punk.

Villians cierra su tracklist con ‘Villians Of Circumstance’, un corte emotivo y emocionante que concluye de forma magistral esta travesía. Queens Of The Stone Age cumplió 20 años de carrera en 2016 y que con este álbum demuestra estar más que vigente, con la mirada puesta en el futuro para dominarlo a través de la música. 

– Kaeri Tedla

8: Wolf Alice – Visions of a Life – Dirty Hit

Este año ha sido de suma importancia para una de las bandas más prometedoras de la actualidad. El segundo disco de Wolf Alice llevó a este cuarteto de Londres a ser estrellas dentro de su país de origen y no es difícil darse cuenta del por qué. Con guitarras distorsionadas, momentos de extrema violencia dentro de su instrumentación y otros acústicos de una belleza única en esta época tan alejada del rock y pop típico, Wolf Alice ha construido un discurso en extremo importante para la juventud actual. 

Su vocalista, Ellie Roswell, se ha convertido en una modelo a seguir para la multitud de jóvenes que la siguen, quienes se han dejado atrapar por la vulnerabilidad de sus letras. Líricas que dejan mostrar la ansiedad que cualquier persona en sus veintes siente ante el miedo de no hacer lo que le corresponde para quedarse con aquel amor por el que ha suspirado, para presentar y trabajar en lo que ha soñado y no dejarse llevar por la inseguridad propia del ser humano consciente de su mortalidad.

– Oscar Adame

7: LCD Soundsystem – American Dream – DFA Records/Columbia

Para muchos, la despedida de LCD Soundsystem en 2011 fue uno de los acontecimientos recientes más importantes de industria de la música. Aquel épico concierto en el Madison Square Garden a principios de abril marcó un punto de inflexión en la vida subcultural de Nueva York y de buena parte de los seguidores de la banda en todo el mundo. Cuatro años después de reunirse con Pat Mahoney y Nancy Wang, James Murphy confirmó que LCD Soundsystem se adentraría al estudio para trabajar en un nuevo disco.

Dos años más tarde escuchamos American Dream, una suerte de ejercicio de cápsula del tiempo que nos transporta a un contexto donde lo independiente y alternativo encuentra en casi todas las grandes capitales un terreno fértil, donde Murphy esconde influencias como Liquid Liquid en algunas de sus canciones, al tiempo que cantaba una oda a su ciudad.

En lo lírico muchos han comparado a este trabajo de LCD Soundsystem con los álbumes de la trilogía de Berlín del gran David Bowie. Quizás, en el fondo, American Dream es el álbum perfecto para escucharse en un mundo donde Estados Unidos es gobernado por una estrella de reality show y donde las crisis socio-políticas están a la orden del día. 

– Raúl Arce

6: Lorde – Melodrama – Republic Records

Lorde iluminó a la industria musical con su placa debut Pure Heorine, ahora con 20 años, regresó con un nuevo material para hacer escuchar su voz y reactivar la corona de figura del pop que alguna vez portó.

Bajo el título de Melodrama y con dos nuevos aliados expertos en crear hits dentro de su producción, Frank Dukes (Drake, Frank Ocean, Rihanna) y Jack Antonoff (Sia, fun., Taylor Swift), la joven neozelandesa muestra una evolución en su estilo, que se siente mucho más suelto y cómodo en el pop bailable que con su antigua producción. No en vano la única señal que habíamos tenido de ella antes de este nuevo disco fue una colaboración con el dúo Disclosure, el sencillo ‘Magnets’.

Aunque conceptualmente habla sobre los cambios y el crecimiento, Lorde libra muy bien el cliché de la transición de niña a mujer y en su lugar nos muestra un disco introspectivo que habla sobre aprender a estar solo con uno mismo en las situaciones y malas.

– Alejandro Altamirano

5: Kendrick Lamar – DAMN. – Top Dawg Entertainment/Aftermath Entertainment/Interscope Records

Con DAMN. Kendrick Lamar dio un paso más en su viaje por convertirse en el artista más influyente y respetado de su generación. El rapero de Compton vuelve a las raíces del rap gangsta oldschool, violento y de instrumentaciones reiterativas, tras haber experimentado con el free-jazz y el funk, dentro del clásico instantáneo To Pimp A Buttefly (2015).

Regresar a las raíces, a la forma más simplista de tu campo de acción, es algo que puede parecer reconfortante y hasta cobarde, pero Kendrick demostró una vez más que su arte rebasa las simples categorías.

El discurso de aliento para una generación reprimida y llena de odio de sí misma, adicta a las redes, a lo digital, a la falsedad, necesitaba ser dicho de forma cruda y directa. Kendrick Lamar tiene la voz más cruda dentro de la industria de la música y es por ello que por cuarta ocasión se llevó la aclamación unánime de la crítica y el público.

– Oscar Adame

4: Bonobo – Migration – Ninja Tune

La historia de Simon Green en la industria musical se remonta a inicio de los dosmiles, cuando lanzó Animal Magic (2000), sin embargo, fue hasta 2013 que The North Borders llamó la atención en todo el mundo, su sonido down tempo con grandes reminiscencias de trip hop llegó en un momento en el que, una vez más, caíamos presas del género. Este año Green entregó Migration, y así, con sus 12 tracks, nos cautivó y nos dejó claro los alcances del productor a nivel creativo.

Calificado por algunos como una obra maestra, el álbum encuentra en sus tracks instrumentaciones sofisticadas y fusiones inesperadas, sin embargo, destaca la manera en la que el músico juega con las atmósferas a lo largo de la placa, a veces, para llevarnos por un viaje fascinante plagado de luz como en ‘Outlier’ y en otros momentos, con resultados más experimentales y hasta oscuros, con tintes dramáticos, como en ‘Second Sun’.

La incorporación de vocalistas en algunos de los temas es un acierto que complementa el trabajo; la participación de Milosh de Rhye en la nostálgica ‘Break Apart’ es uno de los puntos más altos de esta colección de canciones, ya que sienta las bases sónicas de lo que podemos encontrar en Migration, por otro lado, sin llegar a ser brillante, la incorporación de Nick Murphy en ‘No Reason’ cambia automáticamente el mood del disco, mostrando una cara distinta de la placa, una más dinámica. Con este trabajo Simon se coloca como uno de los productores a seguir y el disco como un clásico instantáneo de su discografía.

– Diovanny Garfias


3: King Krule – The OOZ – True Panther Sounds

The OOZ de Archy Marshall, mejor conocido como King Krule, es el álbum más rico e impactante que el cantautor londinense ha hecho hasta ahora. Krule es conocido por ser camaleónico en sus canciones, en las cuales puedes encontrar su voz en primer plano o quizás simplemente murmurando silenciosamente. Puede que no aparezca por completo, dejando que los sonidos gruesos de sus producciones hablen por él. 

The OOZ se siente como un viaje profundo a una soledad sofocante. El sonido contiene abrumadoras líneas de bajo, misteriosos acordes de teclado que se transforman en melodías de jazz incrustadas en ellos. Krule logra que los límites del género desaparezcan, por lo que dependiendo del mood en que lo escuches, encontrarás un disco de trip-hop, dub, punk rock, balada de jazz o R&B acuoso.

– Ana Vargas

2: The National – Sleep Well Beast – 4AD

Para su séptimo disco de estudio The National armó un estudio en Hudson, Nueva York y se refugió en él para trabajar en un ambiente alejado del ruido de la ciudad. El resultado es un álbum introspectivo, lleno de paisajes y emociones muteadas.

A lo largo del álbum podemos encontrarnos con sonidos generados por sintetizadores que nos llevan de paseo en ambientes grises, aderezados por la voz profunda de Matt Berninger. Este carácter casi paisajístico puede ser producto de la incursión de Bryce Dessner, guitarrista de la banda, en el mundo de las bandas sonoras para películas (de hecho, participó en la composición del score para The Revenant de Alejandro González Iñárritu).

Es difícil poner Sleep Well Beast en la misma balanza que sus seis predecesores. Esto puede deberse a que, quizás en sus primeros esfuerzos, se trataba más de una banda de chicos de Cincinatti que llegaron a Nueva York en la búsqueda de un espacio que abrazara su creatividad y/o rareza.

Con títulos como ‘Day I Die’, ‘Nobody Else Will Be There’, ‘I’ll Destroy You’ y  ‘The System Only Dreams in Total Darkness’ es muy fácil darse cuenta del mood desesperanzador del álbum que, si bien no se sale por completo de la línea marcada por The National desde su debut homónimo de 2001, es, por mucho, su trabajo más devastador y, el mejor trabajo lírico que le hemos conocido a Matt Berninger, dicho sea de paso, en coautoría (al menos emocional) con su esposa, Carin Besser, ex editora de The New Yorker.

– Raul Arce

 1: Alt-J – RELAXER – Infectious Music

Si alt-J no hubiera ganado el Mercury Prize en 2012 (An Awesome Wave), seguramente le hubieran dado uno por esta producción; aunque quizás este álbum nunca hubiera llegado, sin ese parteaguas en su carrera cinco años atrás.

 RELAXER es una de esas bellísimas historias de la música británica. Uno de esos discos que demuestran que el éxito no siempre se convierte en el peor enemigo de quien lo consigue. Una placa corta de solamente 8 tracks con una lírica épica y una línea sonora del disco mejor orquestado del trío. Producido por Charlie Andrew, quien produjo los dos discos anteriores, nuestro álbum del año retoma algunas composiciones de cuando Gwil Sainsbury, Joe Newman, Thom Sonny Green y Gus Unger-Hamilton estudiaban en la Universidad de Leeds y algunos  que se hicieron durante el periodo de grabaciones en los míticos Abbey Road y algunos estudios más en Inglaterra.

 Seis de los ocho tracks tienen arreglos de cuerdas de la London Metropolitan Orchestra; además aparece Ellie Rowsell de Wolf Alice en un par de tracks (“3WW” y “Deadcrush) y Marika Hackman quien cantó con ellos en las placas anteriores, también está de regreso.

 RELAXER como disco del año, quizás no es la apuesta más obvia, pero es nuestra forma más honesta de celebrar la independencia, la experimentación y la música que trasciende al tiempo. 

– Alejandro Franco

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