#WARPTeVé Allen vs. Farrow: cómo incordiar al padre de tus hijos

// Por: Concepción Moreno

mié 7 abril, 2021

En cierto momento del primer capítulo de Allen vs. Farrow, Dylan Farrow dice: “Oh, entonces no solo me sucedió a mí”. Es un momento clave de la serie: los hijos de Mia Farrow y Woody Allen se enteran de que Woody había sido “impropio” con Soon-Yi Previn, casi su hija adoptiva.

La serie de HBO trata de descubrir el secreto a voces que ha ensombrecido la figura de Woody Allen: su presunto abuso sexual de Dylan Farrow cuando esta era un niña menor de 7 años. Estas acusaciones surgieron justo cuando Allen y Soon-Yi hicieron pública su relación. Por supuesto, las alegaciones fueron hechas por Mia Farrow, la mujer a la que Allen dejó para liarse con Soon-Yi.

¿Las acusaciones de abuso sexual contra Dylan son el acto de una mujer resentida, una víctima del despecho? Todo es como una telenovela para mayores de edad: eso es Allen vs. Farrow. Un conjunto de chismes y alegatos que no tienen más soporte que los dichos de Mia Farrow y sus hijos Ronan y Dylan.

Woody Allen, el cineasta acusado de actos de pedofilia contra su hija Dylan

La historia según la docuserie dice lo siguiente: Woody Allen tenía una relación obscenamente cercana con Dylan, a la que había adoptado durante su relación con Mia Farrow. Dylan, inclusive, huía de él, de su cariño obsesivo. Woody, a quien no le gustan del todo los niños, según cuenta Mia, estaba siempre cerca de Dylan, la perseguía. A los 5 años Dylan comenzó a recibir terapia porque era tímida y callada. Seguramente algo le sucedía porque antes había sido inquieta y platicadora. Y entonces nace la relación amorosa entre Soon-Yi y Woody, y es entonces cuando Dylan acusa a su padre adoptivo del abuso sexual.

Unas fotos eróticas aparecen en el departamento de Woody: “Eran dignas de la Hustler”, dice Mia Farrow. La fotografiada: una Soon-Yi ya adulta. Por esos días Woody y Soon-Yi hicieron pública su relación. Mia, según declaran sus hijos en el documental, desde ese momento decidió que su hija adoptiva “estaba muerta para ella”.

 

Allen vs. Farrow se siente como un recuento trabajado cuidadosamente por un equipo de relaciones públicas. La serie ha sido criticada por su falta de “objetividad” (ahora, es cierto que los los documentales no son usualmente objetivos, tienen cierto grado de veracidad, pero finalmente son historias hechas desde un cierto punto de vista), pero cabe preguntarse: ¿qué ganan los Farrow en acusar a Allen?

Todos los personajes de la serie parecen verdaderamente inteligentes y seriamente enfermos. Allen aparece como un personaje adorable que deja de serlo cuando se le conoce de cerca. Mia, con su cara llena de bótox, se propone a sí misma como una madre ejemplar. Ronan y Dylan son extrañamente conscientes a edades muy tempranas de que su familia guarda secretos oscuros.

Ronan Farrow, el único hijo biológico de Woody Allen y Mia Farrow 

Qué gente tan extraña y tan poco sana

Como siempre ha sucedido con estas acusaciones contra Woody Allen, la narrativa está contaminada por la supuesta neurosis del cineasta, esa que hemos atestiguado en sus cintas. Uno solo puede imaginar lo enferma que puede estar una familia fundada en semejante insania. Mia no se ve especialmente cuerda tampoco, una verdadera controladora, aun cuando en el documental muestra su mejor rostro. Los niños Allen/Farrow están en manos de tremendas personas tan raras.

Con Mia Farrow la pregunta es: si sabía de los actos pedófilos de Allen, ¿por qué reaccionar hasta justo cuando Woody decide dejarla por Soon-Yi?

No hay pruebas de ninguna de las acusaciones contra el cineasta. Pero tampoco hay pruebas que lo exculpen. Es decir, no hay pruebas de nada. Es un cuento determinado un hecho que todo abogado conoce desde el primer curso de Derecho penal: la parte acusatoria es la que lleva la carga probatoria. El documental solo tiene testimonios de personas que tienen una relación personal con Farrow. Dylan y Ronan guardan un resentimiento previsible contra su ex-padre.

Si bien la historia de Allen vs. Farrow es escandalosa, no hay forma de comprar todo el argumento más allá del morbo, en especial ahora que Woody ha contado parte de su versión de los hechos en Apropos of Nothing, sus memorias, otra serie de narraciones sesgadas (bueno, son sus memorias, ¿no?, tiene derecho de contar su propia historia).

De acuerdo con Moses Farrow, otro de los hijos adoptivos de Allen y Farrow, el caso es totalmente falso: Woody siempre fue un padre cariñoso y apropiado. Moses, hoy psiquiatra, siempre ha aparecido como la parte exculpatoria.

El asunto de Allen vs. Farrow es que deja al espectador con dos opciones: ¿se le cree a Mia o a Woody? No hay manera de saber exactamente quién dice la verdad. Como chisme está bueno, pero como todo chisme debe ser tomado con un buen puñado de sal.

Dylan Farrow, la supuesta víctima de abuso sexual por parte de Woody Allen