El día llegó, los rumores, las filtraciones y las teorías serán resueltas y satisfechas o no, con Spider-man: No Way Home (2021).
Jon Watts logra con esta tercera película de su trilogía hacer un filme del arácnido dentro del UCM, que a diferencia de su predecesoras se siente centrada en Peter Parker, el Asombroso Hombre Araña y no en Iron Man Junior. Logrando una historia con buena acción, buena química entre sus personajes, con momentos muy emocionales y que de paso nos recuerda porque las películas de Sam Raimi (las dos primeras) fueron y siguen siendo tan queridas.
Como todos sabemos al final de Spider-Man: Far From Home (2021), la identidad de Spider-Man fue revelada al mundo por Mysterio a través del Daily Bugle. Aquí comienza la historia, que nos muestra las repercusiones que Peter y sus seres queridos tendrán que sufrir tras la revelación. Peter recurrirá al Dr. Strange para que el mundo olvide su identidad. Pero después de que el hechizo sale mal los villanos de otros universos de Spider-Man llegarán a New York buscando una nueva oportunidad para destruir a su enemigo.
Una de las cosas que hace Watts con cinco antagonistas es darles nivel y priorizar su uso. El Duende Verde (Willem Dafoe), el Dr. Otto Octavius (Alfred Molina) y Elektro (Jamie Foxx) toman un rol más protagónico, mientras que el Arenero (Thomas Haden Church) y el Lagarto (Rhys Ifans) son relegados a una intervención secundaria. Esto último también se puede decir de otros personajes que en películas anteriores fueron utilizados como patiños de Peter, como Flash Thompson que ahora tienen más un papel simbólico.
Willem Dafoe destaca como un Norman Osborn atormentado por su doble personalidad, con un Duende Verde que incluso toma más profundidad y más matiz que en su caracterización anterior. Mientras el Doctor Octavius de Alfred Molina se siente tal cual fue retratado por Sam Raimi y Jamie Foxx muestra lo mucho que fue desaprovechado como Elektro.
Por su parte MJ (Zendeya), Ned (Jacob Batalon), Happy Hogan (Jon Favreau) y sobretodo la tía May (Marisa Tomei) sirven de apoyo para la construcción de este Peter Parker que trata de hacer lo correcto, aunque esto no siempre es lo mejor para su vida personal. Spider-Man dentro del universo de Marvel fue siempre un chico cool que recibió la protección de Tony Stark y lucho junto a los Vengadores para salvar el universo. Watts retoma en No Way Home el infortunio característico del Peter Parker de Sam Raimi, que lo coloca como un héroe trágico. Lo que nos muestra que tan diferente era este Peter de sus encarnaciones anteriores.
Spider-Man retoma algunas de sus características comiqueras que no habíamos visto a plenitud. Resolviendo sus conflictos no solo con las acrobacias, pero también recurriendo a la ciencia y al razonamiento.
Por su parte Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) resulta una buena adición a la historia, sin resultar intrusiva como la de Iron Man. Y abriendo camino a la siguiente película del personaje que dirigirá Sam Raimi, Doctor Strange in the Multiverse of Madness.
Spider-Man: No Way Home comienza como una película del MCU, pero poco a poco se convierte en la película de Spider-Man que nos hacía falta. Con buena acción, pero sin excesos. La película cae en algunas de las trampas tradicionales de Marvel, con un humor que no termina por funcionar, pero encuentra en los momentos emocionales y sus dialogo sus mejores cualidades.
Es un filme lleno de fan service que dejará satisfecha a la audiencia, aunque no carece de momentos incomodos. Lo que la convierte en una película divertida, entretenida y una nota positiva en general, que nos deja con ganas de ver que pasará después con Spider-Man y el multiverso.