“No te preocupes cariño” (Don’t Worry Darling), el más reciente filme de realizadora y actriz Olivia Wilde, ha acaparado la atención de medios especializados y redes sociales en las últimas semanas. Desgraciadamente esta atención tiene que ver más con chismes y supuestos incidentes detrás de cámaras, que con la calidad del filme.
Después de toda esta controversia, que además se agudizó en el Festival de Venecia, podemos juzgar el resultado de final de la película con una línea de la dialogo de la misma “esperaba más de ti”.
La película no es mala, tiene buenos valores de producción y Florence Pugh nos demuestra que puede ser la cabeza de un elenco sin problemas (lo cual es buena noticia para Thunderbolts). Pero después de un extraordinario debut cinematográfico como realizadora, las expectativa ante el trabajo de Wilde eran altas.
“No te preocupes cariño” se presenta como una oportunidad desperdiciada, enfocándose más en la forma que en el fondo.
A nivel de producción destacan la fotografía del neoyoquino Matthew Libatique, quien trae a cuestas dos nominaciones a los premios de la Academia por A Star is Born (2018) y Black Swan (2010). Un excelente diseño de vestuario de Arianne Phillips, quien también cuenta con un impresionante curriculum, con tres nominaciones al Óscar, una de ellas por Once Upon a Time… in Hollywood (2019). Y un muy diseño de producción de Katie Byron (C’mon C’mon).
Pero el filme cojea en la trama. Desde muy temprano muestra influencias de la novela feminista “The Stepford Wives” (la novela o cualquiera de la películas). Donde vemos un pueblo idílico de los años 50s, donde las perfectas esposas, complacen a sus parejas de forma abnegada y sonriente.
Una de estas parejas es la de Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles), quienes viven en una eterna luna de miel, en la utópica y misteriosa comunidad de Victory. Con la ayuda de los trabajadores esposos de la comunidad, Frank (Chris Pine) el líder de la comunidad, promete cambiar al mundo. Mientras las esposas viven su vida entre las compras, ejercicios, los quehaceres de la casa y sus amigas.
Esta vida es interrumpida por un incidente que pone en entredicho el funcionamiento de Victory y la cordura de Alice.
Florence Pugh hace un trabajo extraordinario como protagonista. Pero la sensación de claustrofobia o terror psicológico que nos prometieron brilla por su ausencia. Como crítica hacía la misoginia se queda corta al trasmitir su mensaje y su desenlace cae en un lugar común.
Por otro lado Harry Styles hace un trabajo “decoroso” la mayor parte del tiempo como el esposo. Pero el elenco más experimentado encabezado por Chris Pine, Gemma Chan, Kiki Layne y la misma Olivia Wilde se sienten desperdiciados.
“No te preocupes cariño” es entretenida, pero predecible y recuerda demasiado a un capítulo de “La dimensión desconocida” o de “Black Mirror” y no necesariamente uno de los mejores.