¿Cuántas películas de videojuegos hemos tenido con el paso de los años? Desde la llegada de este nuevo medio de entretenimiento, Hollywood ha intentado traducir el lenguaje, los personajes y las historias a la pantalla grande, con resultados por demás mezclados.
En años recientes, hemos logrado alcanzar mejores productos con adaptaciones como Pokémon: Detective Pikachu (2019) o Sonic the Hedgehog (2020), y cintas que toman la temática y la llevan al cine, como Wreck-It Ralph o Ready Player One (2017) que viene directamente de la obra del mismo nombre de Ernest Cline.
Free Guy (2021), la nueva cinta de 20th Century Studios bajo la dirección de Shawn Levy, sigue esta misma línea en la que tenemos un filme que nos pone directamente en la realidad dentro del videojuego. La historia es protagonizada por Ryan Reynolds como Guy, un NPC o personaje no jugable dentro de un masivo multijugador de mundo abierto, llamado ‘Free City’.
Guy es uno de los personajes que solo sirven para poblar este mundo en el que los jugadores siempre están siempre en una batalla campal, cumpliendo misiones diarias como encontrar los gatos perdidos de una amable señora o robar una tienda de autoservicio.
Este carismático protagonista vive en una monotonía diaria que consiste en las mismas tareas en un ciclo sinfín. Lo que distingue no solo a este personaje, sino a los habitantes de este mundo, es que cuentan con una conciencia propia, la cual se comienza a desarrollar en primera instancia en Guy, quien está tratando de encontrar al amor de su vida, lo que lo lleva a salir de este bucle de acciones predeterminadas que están en su programación.
Guy es fanático de Mariah Carey, específicamente de su tema ‘Fantasy’, y cuando lo oye por primera vez, cantado por una jugadora bajo el seudónimo MolotovGirl, interpretada genialmente por Jodie Comer, hace que su mundo, el de todos los NPC’s, e incluso el de los videojugadores reales, comience a cambiar cuando se den cuenta que detrás de “Free City”, hay muchas más cosas escondidas.
A primera vista, Free Guy parece otra película que solo trata de explotar un género con una historia llena de clichés y personajes y ambientes diseñados específicamente para el público infantil, pero sorpresivamente, la película es sublimemente encantadora, llena de corazón y mensajes positivos acerca de todo lo que tiene que ver con nuestra propia existencia.
Mientras la historia del filme se va desenvolviendo, vemos a personajes bien desarrollados con los que logramos conectar. Ryan Reynolds logra dejarnos otro rol memorable después de Deadpool. De principio a fin queremos ver la historia de Guy, nos interesa su viaje de autodescubrimiento y el trasfondo y subtextos que contiene la trama.
Jodie Comer por otro lado, nos ofrece otra dualidad que también vivimos día a día con nuestras personas digitales y las contrapartes del mundo real. En general, la película cuenta con protagonistas bastante fuertes, aunando a Joe Keery, quien es uno de los programadores principales de “Free City”, al igual que Lil Rel Howery, quien encarna a Buddy, el mejor amigo de Guy, personaje que está siempre presente en la historia.
Tal no es el caso de Taika Waititi intepretando a Antoine, el CEO de la compañía que desarrolla “Free City”, quien sirve como el villano de la trama, convirtiéndose en un personaje caricaturesco y molesto, lleno de los estereotipos que han plagado el cine de los últimos años, cuando tenemos a malvados jefes de una corporación relacionada a la tecnología.
Si bien, Free Guy es gratamente sorprendente en muchos aspectos, la historia se toma muchas prestaciones hasta cierto punto irreales que nos hacen ver que detrás de un juego masivo, hay una maquinaria imparable, pero al mismo tiempo, un simple desarrollador no puede identificar si un personaje es controlado por un jugador o no. Herramientas que utiliza el guion para que la trama pueda moverse por buen camino y que ocurren a lo largo de toda la trama, hasta el punto en que te ves obligado a suspender tu incredulidad sí o sí, para dejarte llevar por lo que está ocurriendo.
Este es el mayor aspecto que tiene en contra Free Guy, la desconexión de lo que en realidad ocurre detrás del desarrollo de un proyecto de este calibre, con escenarios y personajes que no podrían existir fuera de la ficción, representados perfectamente por este exagerado Taika Waititi.
Dejando este punto de lado, cuando te dejas llevar por el mundo que crea la película, tanto dentro como fuera del videojuego, estás a punto de disfrutar un trabajo con muchos matices muy coloridos, que te llevan incluso a la introspección sobre lo qué en realidad nos define como humanos, seres pensantes, capaces de tomar nuestras propias decisiones y ser conductores de nuestro destino.
En cuanto a su apego a los softwares modernos, me atrevo a decir que Free Guy es una de las películas que mejor logran retratar a los videojuegos actuales como Fortnite. Los mundos, la jugabilidad, el atractivo y el estilo están ahí. Free Guy lo hace tan bien en cuanto a la cultura que está alrededor de la industria actualmente, que nos deja cameos continuos de grandes streamers actuales como Ninja, Pokimane o LazarBeam.
Free Guy captura a la perfección todos aspectos que definen al videojuego de la nueva era, al igual que la gama de jugadores que podemos encontrar en los servidores de estas experiencias globales.
Este no es el único aspecto en el que destaca este trabajo. Musicalmente hablando, la película contiene un soundtrack bastante variado y memorable. Desde ‘Fantasy’ que se convierte en un punto importante en la trama, hasta ‘100 Miles and Running’ de Logic están presentes en el compilado.
Si bien, muchos de los temas que escuchamos en el filme, han estado presentes en otras cintas con el paso de los años, en Free Guy cada tema se empata perfectamente con las secuencias que estamos viendo.
La selección musical no se siente forzada ni repetitiva, sino que nos involucra mucho más con la acción y la vida diaria de este NPC que logra ser más real que muchos de los humanos de carne y hueso en el filme.
Cabe mencionar que la película también cuenta con una buena dosis referencial que no es abrumadora como en cintas como Space Jam: A New Legacy o la misma Ready Player One que comenzó esta tendencia moderna. Las referencias están por aquí y por allá, e incluso hay algunas que te podrías perder si parpadeas.
Lo más que tenemos en este caso, está presente en una secuencia en el acto final del filme que sí siente como una jugada empresarial poderosa de la misma Disney, la ahora dueña de 20th Century FOX; lo que incluso me llevo a pensar si la película había sido regrabada después de la compra del estudio, para incluir los easter eggs que están a la vista de todos y tienen que ver con franquicias de la casa del ratón.
Esto y los cameos antes mencionados, que también incluyen un par de sorpresas espectaculares más, ponen a Free Guy dentro de este trend actual en referenciar cintas u otros videojuegos en forma de crossovers inesperados. A diferencia de otras cintas, aquí no se siente como una explotación continua que no beneficia en nada a la trama.
En general, este filme es una sorpresa bienvenida, perfecto para consolidarse como un material destacado que se recuerde de la época en la que estamos viviendo, en el que es necesario desconectarnos completamente de la realidad, para disfrutar de Guy y el carisma de “Good Guy” que derrocha a lo largo de toda la historia.
Si bien, el filme falla en muchos otros aspectos y no se siente como algo que vino a revolucionar el cine; con tan solo tener un blockbuster con alma y corazón, secuencias de acción divertidas y personajes encantadores, Free Guy es una gran cinta veraniega que podría consolidarse como uno de los productos más memorables de este inicio de la década.