Para el segundo día de actividades del Corona Capital 2021, los organizadores tuvieron que lidiar con el escepticismo del público y los medios que quedaron huérfanos tras la cancelación de los actos más importantes de la primera jornada.
Con el recurso compensatorio en el que el boleto del sábado podía ser efectivo para el día domingo, las aguas se apaciguaron y miles se encontraron ante la posibilidad de disfrutar a Twenty One Pilots, Royal Blood y compañía.
Al menos durante las primeras horas, que el grueso de la audiencia fuera público que no había planeado estar ahí ocasionó que la afluencia a los escenarios resultara inestable: durante los primeros diez, quince minutos de cada set podíamos ver congregaciones muy nutridas; sin embargo, después se convertían en grupos esporádicos que no cubrían el perímetro total de cada área designada, por lo que el ambiente no terminaba por cuajar.
Otro cambio significativo fue la presencia significativa de público más joven que el sábado, atraído principalmente por actos como Aurora y claro, Twenty One Pilots. Al final, entre el baile y la emoción de regresar a la euforia colectiva de los conciertos, el público se fue satisfecho a secas, esperando que el caos de esta edición sea recompensado para 2022.
Su conmovedora manera de interpretar esas canciones tan desenfadadas logró cautivar a una audiencia que en su mayoría lo desconocían.
Las notas aterciopeladas de este set fueron solo el gancho hacia una exhibición de talento en el que el multi instrumentista no deparó en nada para hacerse notar como una gran promesa del Neo-Soul.
Los primeros pasos de baile del domingo los sacamos con Flamingosis en el Escenario Bosque. Sin un solo respiro, el hombre detrás de este proyecto construyó una fiesta en la playa donde lo menos importante, es lo más importante para empezar a gozar.
Los alemanes fueron los grandes consentidos del público. Quizá, en el horario más complicado porque empalmaba tres talentos descomunales; pero eso no fue impedimento para ser los más coreados y los más bailados.
Un set lleno de poderío y distorsiones se apoderó del Escenario Doritos. Esa identidad sonora que nos recuerda a bandas como The Clash fue ganando adeptos poco a poco hasta que, sin darnos cuenta, estábamos en medio de un moshpit salvaje y divertido.
A pesar de tener que “competir” con Parquet Courts y Whitest Boy Alive desde el escenario más lejano del mapa, la colombiana reunió a un muy buen número de asistentes que pudieron conocer la versión upbeat del repertorio de Ela Minus. Baile y luces estrambóticas llegadas al límite.
De la misma familia que Florence Welch, por citar algunos ejemplos, Aurora se adueñó del escenario con su voz y su carisma. Recibió egalos provenientes del front row y dió una pequeña exhibición de todo lo que puede hacer su voz. Podemos asegurar que será una de las consentidas de la ciudad a partir de hoy.
Basta con decir que cumplen con todo lo que prometen: sonidos alterados, potentes y un ir y venir entre sus canciones más crudas y las otras con un perfil 80’s dance.
Después de esperarlos 8 años, la banda británica se estrenó en México con un espectáculo potente y sin prejuicios de auto denominarse Rock. La paciencia
No exageramos cuando decimos que puede ser la mejor presentación del día. Visuales alucinantes, interacción con su público y mucha energía. El cover de “Ghostown” de Kanue West se convirtió en un clásico instantáneo cuando la vimos. Verla entre el público fue su graduación como acto en vivo que genera frenesí.
Cambios de formato, cameos de música mexicana, una audiencia super comprometida. Twenty One Pilots cerró está edición con la energía por los cielos.
La ilusión no descansa y ojalá podamos reencontrarnos en 2022.