Por: Lola Mendoza
Cuando la leyenda resulta de una gigante como Édith Giovanna Gassion no importa cuántas veces ni de qué manera revivamos su historia: nunca nos bastará.
El escritor venezolano Leonardo Padrón va más allá de abordar a Édith Piaf en su crudeza o dimensión mundana para regalarnos una ensoñación que magnifica su significado y su trascendencia como artista y su impronta como ícono de la Chanson française. Con su “Piaf: voz y delirio” apostó a, en lugar de deconstruirla, evocar los datos esenciales que el imaginario popular guarda sobre “La Môme” y supeditó humildemente el texto dramático al texto espectacular.
Para lograr esto, no basta con escribirlo: se requiere de un talento interpretativo poderoso. En este monólogo musical, la carga de la anécdota reposa por completo en el sorprendente trabajo de su protagonista, Mariaca Semprún. Tal como el espectáculo siempre fue Piaf.
El jueves 12 de abril, en un Gran Teatro Molière de la Ciudad de México a casa llena, no vimos a una actriz queriendo ser Édith Piaf o solo emulándola (aunque encarne la caracterización física y necesaria): vimos a una artista que nos recuerda la grandeza de “El Gorrión de París” a través de su enorme talento como actriz y como cantante.
Con saltos de tiempo y espacio (muy difíciles en teatro y bien resueltos en esta propuesta), acompañamos a la cantante por las calles de París donde cantaba por centavos, al mítico Teatro Olympia, a Nueva York y a más entornos claves. Conocemos algunos de sus amoríos (Piaf tuvo un corazón muy amplio). Recordamos las escenas más dramáticas de su complicada vida.
Esto, sobre una narración que por momentos no puede ocultar su función didáctica y una fina puesta en escena que se vale de elementos francos con el público y funcionales para la producción: escenografía móvil y atrezzo que entra y sale de juego gracias a la participación coreográfica de figurantes que se encargan de los cambios y rompen con la rigurosidad de la ceremonia. En la obra, la música (evidentemente) y la iluminación no participan como elementos por sí solos sino en armonía, como personajes. El diseño de luz es de Ernesto Pinto y la música en escena está a cargo de la banda que dirige Hildemaro Álvarez.
El repertorio de canciones incluye varios clásicos como “Sous le ciel de Paris”, “Milord”, “La vie en rose”, “Je ne regrette rien”, “Padam, Padam”. Quien ame a Piaf no quedará con sed de sus canciones.
Potente y hermoso, el musical (de gira internacional) tendrá una corta temporada que terminará el domingo 29 de abril.
Los boletos están disponibles en Sistema Ticketmaster
Más información sobre este espectáculo: piafelmusical.com/
Gran Teatro Molière
Av. Molière 328. Col. Polanco.
Ciudad de México