Hoy se estrenó la primera temporada de la serie de televisión The Sandman en Netflix, cómic insignia del rey de la fantasía contemporánea Neil Gaiman que había tratado de ser adaptado durante más de treinta años por cineastas como Guillermo del Toro y Steven Spielberg. Estampada bajo el sello de -inadaptable-, la aclamación crítica que llegó con estos primeros diez episodios emociona no solo por la complejidad de su historia, sino también por lo mucho que representa para millones de lectores y para la subcultura gótica.
Con sus 75 tomos, repartidos entre 1989 y 1996, logró lo que pocos antes que él: Hacer que los cómics fueran considerados un arte serio. Junto a Maus de Art Spigelman, Watchmen de Alan Moore y The Dark Knight Returns de Frank Miller, logró entregar las historias más oscuras, ingeniosas y provocadoras del medio. Incluso el eminente Norman Mailer compartió algunos elogios para The Sandman, describiéndolo como “una tira cómica para intelectuales”.
La misma trata sobre el personaje de Morfeo, el Rey de los Sueños, que junto con sus siete hermanos, Los Eternos, un grupo conformado por Destino, Muerte, Deseo, Delirio, Destrucción y Desesperación, aprende que el cambio es inevitable. Su enfoque en entidades metafísicas, cambiando sus apariencias dependiendo de la situación, mezclando mitología, historia y terror, creó un universo de fantasía como ningún otro… Es por ello que resulta interesante que se haya basado en dos músicos -reales- para dar vida a estos seres de un mundo más elevado.
Gaiman es un ávido consumidor de música y ha mostrado su amor por proyectos como The Velvet Underground en su novela American Gods y hasta Tori Amos en el propio Sandman. Sin embargo, para el personaje más popular de su carrera, The Sandman, se decantó por uno de los músicos más icónicos de la música, el príncipe gótico, Peter Murphy de la agrupación de post-punk Bauhaus. En su Tumblr oficial en 2013, Gaiman escribió: “La idea, el modelo original de Morpheus fue Peter Murphy de Bauhaus”.
En The Sandman Covers de 1997, Gaiman explicó que dibujó a sus personajes previo a presentárselos a su equipo de trabajo y que subconscientemente imitó algunas características del músico: “La imagen de Sandman se inspiró en Peter Murphy, el ex cantante de la Bauhaus y modelo de cinta de Maxell, porque cuando el artista Mike Dringenberg vio mis bocetos originales del personaje, me dijo: Se parece a Peter Murphy de la Bauhaus”.
Después de la observación de Dringenberg, Gaiman y McKean “conseguimos algunos videos de Bauhaus e inmediatamente vimos que Mike tenía razón”. Tras este descubrimiento, se echó el tinte. Dream se basaría en el encantador líder de Bauhaus, que siempre era fotografiado con una iluminación profunda, algo que se convertiría en un elemento vital de la presentación del personaje.
Sin embargo, ningún otro músico ha tenido un mayor impacto en la vida de Neil Gaiman que el propio David Bowie, llegando incluso a escribir libros enteros alrededor de su figura. De alguna u otra forma, el camaleón está presente en toda su obra y su impacto en The Sandman no es la excepción. Contrario al caso de Peter Murphy, la adopción de la figura de David Bowie para dar vida al ángel caído de Lucifer fue clara incluso previo a escribir la primera línea del personaje.
“La iconografía de Bowie, el look de Bowie, para un Neil adolescente, era algo totalmente mágico y, a medida que me he ido haciendo mayor, he aprendido a apreciarlo como artista, como creador, él todavía luce extraño y poderoso. Le debo mucho, siempre estoy interesado en cualquier cosa que él esté interesado también”, declaró. “El periodo de Bowie como cantante de Folk fue la inspiración. Yo imaginaba a Lucifer como un ángel yonqui y el joven Bowie era lo más cercano que teníamos”.