El lunes 11 de mayo, Supreme anunció el lanzamiento en línea de una colección capsula en colaboración con el querido artista multidisciplinario Daniel Johnston, fallecido en septiembre de 2019. Esta es la tercera vez que Supreme utiliza gráficos y dibujos de Johnston para una colección, con lanzamientos previos en 2012 y 2015. Pero esta es la primera vez que Johnston no está presente para aportar material exclusivo.
Sin embargo, las coloridas ilustraciones que adornan las playeras, camisas, gorros, sudaderas y pantalones muestran la excentricidad típica de los personajes creados por Johnston en su faceta como ilustrador. Johnston es una de las figuras menos probables en colaborar con una marca enfocada en otro tipo de “escenas”, pero su calidad de outsider sin duda le convierte en el candidato perfecto.
Estas piezas se vuelven necesarias para 3 distintos usuarios: coleccionistas de Supreme, fans de Daniel Johnston que aún sufren su partida y astutos revendedores que, sabiendo el hype recibido con cada lanzamiento de Supreme, habitualmente multiplican el precio de los objetos obtenidos, pudiendo encontrarlas a la venta en linea incluso a unas cuantas horas de haberse lanzado.
La marca de streetwear ha hecho énfasis en la importancia que estas colaboraciones tienen para expandir su lenguaje visual. Acostumbrados a crear piezas inauditas, a veces innecesarias y tachadas hasta de inútiles, cada objeto lanzado por Supreme tiene un peso enorme para coleccionistas de la marca, y cuando se presentan este tipo de piezas limitadas no es sorprendente encontrarse con filas enormes en sus tiendas al día de lanzamiento y sold outs inmediatos. Pero cuando el objeto es asociado a una figura importante, quizá poco relacionada con la marca, se crea un puente narrativo bastante interesante que une a Supreme con mundos completamente ajenos al del skateboard y el streetwear, dando vida a una pieza esencial para coleccionistas de distintas disciplinas.
Y es notoria la calidad de la interpretación conceptual entre cada parte inmiscuida cuando se hacen productos bien pensados que resultan en rarezas tanto para la marca como para quien se asocia con ella. La forma en que todas sus colaboraciones se han abordado demuestra el auténtico interés de la marca por hacer algo único y no solamente unir fuerzas para sacar productos carísimos a la venta (cosa que también logran hacer). Entre los conocedores, este tipo de piezas llegan a empatar con el nivel de una pieza histórica o de archivo, de esas invaluables que marcan hitos en la línea temporal de una marca.
Las colaboraciones musicales, de las que pueden resaltarse a Siouxsie Sioux, Public Enemy, Lou Reed, Lady Gaga, Bad Brains, John Coltrane, Miles Davis, The Supremes y recientemente My Bloody Valentine; o con artistas cuya obra está íntimamente relacionada a la música como Peter Saville (New Order, Joy Division), Raymond Pettibon (Black Flag) o Mike Kelley (Sonic Youth), demuestran lo esencial que es hacer un manejo auténtico de la huella que la música deja en el concepto de Supreme. Muchas piezas de estas colaboraciones son de las más valiosas tanto a nivel estético como monetario, llegando a venderse y subastarse a precios altísimos.
Es necesario mencionar las colaboraciones con otras marcas como The North Face, Louis Vuitton, Comme des Garçons SHIRT, Undercover, Levi’s entre otras; así como figuras importantes del arte como Damien Hirst, Takashi Murakami, R. Crumb, KAWS, Boris Vallejo, H.R. Giger, Basquiat o Lichtenstein y hasta cineastas como David Lynch, Larry Clark y Harmony Korine. Esta fusión de mentes creativas ha engendrado piezas icónicas, imposibles de conseguir por su propia producción limitada, numerada y últimamente de colección. Algunas, incluso, subastándose en prestigiosas casas junto a reconocidas obras de arte.