Suman 290 muertos en la serie de atentados coordinados en Sri lanka durante el Domingo de Resurreción.
Los atentados ocurrieron en la capital de Colombo y en regiones de Katana y Batticaloa. Sucedieron ocho atentados explosivos, donde tres fueron en iglesias en plena misa y otros cuatro, en hoteles de lujo.
Las iglesias afectadas fueron San Antonio en la capital de Colombo y San Sebastián de Negombo. Entre los hoteles esta el Shangri-La, Cinnamon Grand y el Kingsbury.
Los ataques han sido descrito como de carácter terrorista y alegadamente cometido por un grupo de extremistas religiosos. Trece sospechosos han sido arrestados, pero al momento no se ha apuntado a un responsable de manera directa. Se especula que la mayoría de los atacantes fueron suicidas.
El primer ministro Ranil Wickremasinghe ha comentado “Hasta ahora los nombres [de los detenidos] son locales” pero a la vez se explora un posible vínculo con el extranjero.
De manera preventivas el país ha declarado un toque de queda, además de un bloqueo a redes sociales para evitar mayor desinformación.
Además de las explosiones ya mencionadas, se han hecho una serie de detonaciones controladas en la región, al encontrar una serie de explosivos y detonadores más. Durante el día de hoy se han detonado un explosivo afuera de una iglesia, otro en una de las principales estaciones de autobuses en Colombo y una en las proximidades del aeropuerto internacional Bandaranaike.
Según reportes, el gobierno de Sri Lanka ya tenía inteligencia respecto a los potenciales ataques por parte de un grupo de islamistas, pero no hizo lo suficiente para prevenir. Los reportes no sólo advertían de estos posibles ataques, pero también ya mencionan a miembros del grupo como lo es el alegado lider Mohamed Zaharan.
Como descrito por el gobierno del país, no se atendió de manera efectiva ni en tiempo, estas advertencias.
Según lo reportado el grupo de extremistas religiosos se denomina como National Thowheed Jama’ath (NTJ). El grupo terrorista es relativamente desconocido, únicamente reconocido por su vandalismo a estatuas y simbología budista.
No obstante, el gobierno ha resaltado, que debida la complicación de estos ataques coordinados, se especula una red de apoyo internacional.
Aún está por verse cuál es el verdadero sentido detrás de los ataques y las acciones concretas por parte del gobierno de Sri Lanka por salvaguardar cualquier atentado siendo planeado.