Martin Scorses publica un poderoso ensayo en la revista Harper’s Magazine en la que expone su punto de vista sobre el futuro del cine en la era del streaming. “El arte del cine es constantemente devaluado, sistemáticamente arronzado, reducido a su menor común denominador: el contenido”.
En el texto, que tiene como personaje principal al cine de Federico Fellini, Scorsese dice que reducir la películas a mero contenido pone al cine a la misma altura que “un comercial del Super Bowl, una serie, una secuela de una cinta de superhéroes”. No es que eso sea malo per se, continúa el director de Taxi Driver, puesto que esto ha sido de beneficio para muchos creadores “incluido yo mismo”. Recordemos que Scorsese estrenó su cinta El irlandés por Netflix para gran celebración de la crítica.
El problema viene después, con los famosos algoritmos: no son curadores, solo repiten productos o contenidos (de nuevo la maldita palabra) que se parecen a lo que el consumidor (otra palabra horrenda) ha visto ya. No hay espacio para la exploración ni para la “curaduría”-una sección de obras que crean un concepto-, que dice Scorsese, es un acto de amor: “Seleccionar películas, compartir las que nos han inspirado, es un acto generoso”. El director cita servicios de streaming que tienen gran curaduría como Criterion Channel y MUBI.
“No podemos esperar que el ‘movie business’ tal como existe hoy en día rescate al cine”, concluye el maestro, “Nosotros, los que amamos el cine, tenemos que compartir nuestra experiencia con la mayor parte de gente posible. (Las películas) están entre los más grandes tesoros culturales de la historia”.