Los Red Hot Chili Peppers no dan tregua con lanzamientos, luego de que recientemente publicaron Unlimited Love (2022), el álbum que los hizo regresar a sus orígenes y que marcó el regreso de John Frusciante, su guitarrista estelar, hoy sorprenden de nueva cuenta con su treceavo material, Return Of The Dream Canteen (2022), un material largo de 17 pistas producidas Rick Rubin.
En sentido estricto, Return Of The Dream Canteen (2022) es una oda al punk funk que los caracteriza. No hubo mejor manera que este disco para dejar en claro que el regreso de ese Red Hot Chili Peppers que guardaron durante varios años, está de vuelta.
Esta reciente placa nos remonta al Mothers Mil ( 1989) o al Blood Sugar Sex Magic ( 1991) en los que el Funk Rock se apoderó de sus identidad como banda. Tal fue el caso de ‘Suck my Kiss’ o ‘Give it Away’ que seguirán siendo emblemas de su primera era como proyecto.
‘Tippa My Tongue’ abre con un arrebatado rasgueo de bajo de Flea al mero estilo grunge de los 90. Un tema que bien pudiese pasar por un acid funk y hace un guiño a aquellos álbumes. No puede pasar desapercibido el requinto de John Frusciante, que hace de ésta algo explosivo.
En el caso de ‘Pace and Love’ inicia con una cama de bajo que retumba, en tanto el funk se apropia de la canción. La batería y el rasgeo de guitarra de Frusciante evoca también a sonidos que les escuchamos nacer en 1983.
‘Roulette’ es un calapso frenético en el que la guitarra hace de las suyas. Con poderosas líneas de parte de John Frusciante la hace ser protagonista de la pieza en sus casi cinco minutos donde se desborda la voz de Anthony Kiedis.
El detonador de la batería en ‘My Cigarrete’ llama la atención desde su golpeteo. Es una balada en la que pronuncia con peculiar estilo: ”Sip from this glass of hours We pass like faulty towers My sweetness, it’s not weakness; black holes wink but she devours”.
Sin duda otra de las que acaparan el disco es ‘The Drummer’ en el que su bajo y golpe de batería son el elemento vital de la canción. Con ‘La La La La La La La La’ llegamos al tema solemne del disco: gracias al protagonismo que adquieren el piano y la voz tenue de Kiedis; en tanto se escucha un saxofón, elemento poco común en los Red Hot Chili Peppers, lo que abre el camino a la exploración profunda de sus posibilidades creativas.
Como ante sala de cierre de este extenso disco, ‘Carry Me Home’ es la canción que eligieron para el climax. La cualidad de este flamante tema está en el riff principal, mismo que logra que la guitarra resuene por todo lo alto. Podríamos decir que es el track en el que Frusciante sacó más provecho de su virtud hasta hacer estallar la canción con una batería al mero estilo Pink Floyd. Sin duda, uno de los mejores temas del álbum.