Las expectativas alrededor de la última adaptación de HBO son más altas que nunca tras la aclamación crítica y la viralidad del tercer episodio de The Last Of Us (2023), y aunque este cuarto episodio no nos muestra puntos de tensión tan altos como los pasados, sí que funge a la perfección en su función de romper la barrera emocional entre sus personajes principales y desarrollar su relación, misma que guiará al resto de la historia.
Sus herramientas son más o menos las mismas que las que vimos en el videojuego y aunque la sensación de intimidad que impregnaba en el jugador el tener que acercarse a Ellie para que te leyera uno de sus malos chistes ya no está presente, la realidad es que la emotividad en los diálogos se mantiene y la química no pierde su chispa, algo que creí que podría pasar al trasladar este tipo de elementos jugables a un guion audiovisual.
Del silencio a las risas, la relación de estos dos empieza a romper su hielo gracias al sentido de humor sarcástico de ambos personajes y a su ciclo de protección. Esto último hila a su mayor punto de confianza cuando Joel finalmente le da un arma a Ellie y le enseña su uso, después de que esta le salvara la vida aunque haya significado el desobedecerlo. Esta escena encuentra los matices más interesantes en relación a las diferencias entre el tono del videojuego y el de la serie de televisión.
En el juego, Joel está enfadado al descubrir que ella no está siguiendo sus reglas, reaccionando con un trato brusco que poco a poco va endulzándose hasta que da en cuenta de que Ellie necesita protegerse. Por otro lado, en la serie Joel es un personaje mucho más dulce que desde el primer momento piensa en Ellie, lamentándose porque gracias a él, ella ya conoce lo que es quitarle la vida a un hombre. La serie nos da una razón más clara del por qué Joel no quiere que Ellie tenga un arma, tal vez bajo una visión moralista que no existe en el título original, pero que le agrega un poco de luz al protagonista y lo hace más empático.
Aun con esto, el acto de entregarle un arma a Ellie marca el mismo cambio de la relación entre los personajes en ambos títulos, siendo este el momento simbólico en el cual Joel le entrega su total confianza a la chica y empiezan a comportarse cada vez más como padre e hija. Un guiño de cariño, un pequeño gesto que significa el mundo para ambos.
Regresando a los elementos jugables, es muy interesante experimentar por primera vez en la serie de televisión la regla escrita por Neil Druckman con respecto al cómo debía de sentirse el combate en el videojuego: Tiene que doler, tienes que sentir que le arrebatas la vida a una persona y te ruega, se coloca en sus rodillas para llorar, gritando el nombre de sus familiares. Claro que, al no ser tú quien jala el gatillo, la serie pierde un poco su nivel de -intensidad- y -remordimiento- que el juego provoca, pero la escena aquí presente en la cual se nos muestra el lado más violento es Joel es cruda, grotesca y muy valiente.
Al final, mantiene el mensaje de su director: Es una licencia sobre el amor y cuando tienes que decidir que tu amor importa más que el que sienten otras personas. La adaptación sigue siendo brillante.