Esta mañana, la compositora y gestora cultural mexicana Renee Mooi estrenó su álbum debut de estudio bajo el título de Beetle (2019). Se trata de un material que terminó y mantuvo guardado durante poco más de un lustro en el baúl de sus recuerdos, puesto que se trata de una colección de canciones que la hacían “sentir una vulnerabilidad tan profunda que nunca tuve el valor de sacarlas hasta ahora”.
Muchas de las piezas fueron compuestas hace aproximadamente una década, por lo cual ella admite que se siente lejana a ellas, tanto que “me cuesta conectar con lo que digo y lo que siento cuando las escucho”. Sin embargo, se trata de un material interesante que sirve como un digno documento de la Renee Mooi de aquel entonces, una chica preocupada por hacerse notar con la crudeza de los gritos de un noise-punk que por momentos llega a lo experimental. Se trata de un material que juega con sonoridades muy crudas, con evidentes influencias post-grunge, que encuentra sus mejores momentos en sus piezas más sensuales e íntimas.
Además de ello, hay que resaltar un par de colaboraciones en el álbum que subrayan a la perfección las intenciones artísticas de Renee en aquel momento, con Sandrushka Petrova de Descartes A Kant en la caótica ‘Bees’ y Teri Gender Bender de Le Butcheretes en la poderosa narrativa de la homónima ‘Beetle’. Dos figuras que fungen como un punto de referencia para todas las creativas del país con la intención de mostrar sus emociones con actos performáticos violentos.
En el presente, Renee se distingue por su personalidad amable con un interés genuino por generar lazos creativos interesantes y diversos. Una identidad que contrasta con la Renee Mooi del álbum, con un enfoque hacia lo intenso y de fácil impresión que abre con ‘Nymph’, una introducción coral que sirve como una réplica emotiva de los elementos más dramáticos del góspel. Una pieza interesante con un enfoque lírico en la soledad que se experimenta dentro de la juventud. Es un registro sincero, divertido, de la insolación juvenil, un tanto inmadura, pero con la cual es fácil conectar.
Tal como dijo Renee, a fin de cuentas el objetivo final de este álbum es “soltar, dejar ir mi arte para que sea parte del mundo lo más pronto posible, esa es su misión”. Es un hecho que muchas personas se podrán ver enriquecidas ante su lírica y arte. Por otro lado, las piezas siguientes en ‘Nits’, ‘Robot’ y ‘Ants’ muestran indicios cyber-punk con instrumentaciones electrónicas industriales y una narración muy descriptiva de escenas post-apocalípticas con emociones sacadas del hígado. Son piezas que tienen detalles sutiles que las transforman en experiencias cinemáticas que rememoran de inmediato a las películas de ciencia ficción modernas.
El sencillo ‘Bees’ es un tema de poco más de dos minutos de duración en donde converge la voz de Renee fuertemente distorsionada, cantando con agresividad, sobre una base de sintetizadores aprisionante que avanza con la ayuda de un teclado que oscila sobre dos notas a través de un enloquecido viaje instrumental que incluye desde campanas, hasta golpes a maderas y sonidos modificados con todo tipo de efectos. Un tema que recuerda a lo realizado por agrupaciones industriales como Godflesh, Swans o Suicide, proyectos que se distinguen por priorizar la creación atmosférica a la melódica que además, se consideran bastante agresivas y que no tienen miedo de experimentar con ningún tipo de elemento para conseguir su objetivo de externar una impulsividad única.
Por otro lado, ‘Beetle’ es una pieza que diverge entre elementos noise-rock y momentos industriales que cuenta con la colaboración de Teri Gender Bender, vocalista y líder de Le Butcherettes. Una pieza que relata una guerra entre escarabajos y humanos, una historia post-apocalíptica en la cual la naturaleza nos castiga por todas nuestras malas decisiones.
Para finalizar, ‘Papaya’ se distingue por una secuencia de beats digitales, bajos y sintetizadores atmosféricos. Una canción lenta que encuentra su mayor distinción en la sensual voz de Renee, quien murmura con odio una carta a todo aquello que tiene que alejar de su vida. Es una canción que cuenta con una estructura mucho más trazada, con una larga introducción y puentes instrumentales repletos de sampleos a voces y risas.
Para terminar, Beetle (2019) es un material sincero con momentos brillantes tanto en su acercamiento lírico, como musical. Es un álbum con un sentido del humor ácido, pero que muestra las preocupaciones sinceras de Renee por temas ecológicos y sociales. Podrá mostrarse un poco melodramático por momentos, pero finalmente es una impresión genuina de una chica que tenía el objetivo de dejarse mostrar con su música, con todo su enojo, y liberando todas sus frustraciones adolescentes. Es un documento importante y un baño de nostalgia para los escuchas que llegaron a experimentar sentires e intereses similares a una edad más temprana.