El revolucionario videojuego de Radiohead KID A MNESIA, la relectura lúdica de los clásicos

// Por: Staff

jue 23 diciembre, 2021

Por: Adrián Ávila

Vivir por muchos años significa hacer cientos de relecturas. Las canciones que escuchamos de niños adquieren nuevos significados durante la adolescencia, después cambian un poco cuando somos adultos e incluso pueden parecer muy diferentes en la vejez. Ya lo decía Pink Floyd, el sol es el mismo en un sentido relativo, pero tú has envejecido. No obstante, cuando los artistas también hacen relecturas de sus propias obras, accedemos a nuevas formas de interactuar con los viejos clásicos.

Kid A Mnesia (2021) es una de estas relecturas. En colaboración con Epic Games, y bajo la dirección artística de Sean Evans (A.K.A. deadskinboy), la banda británica Radiohead decidió celebrar el 20 aniversario de sus álbumes Kid A (2000) y Amnesiac (2001) con una exhibición virtual que mezcla la parte musical de las obras con la interactividad de los videojuegos.

El concepto, originalmente pensado por Thom Yorke, Nigel Gondrich y Stanley Donwood, fue concebido para una exhibición física. Es decir, en el espacio limitado de un museo. Sin embargo, debido a la pandemia, la idea se trasladó a otro medio que permitió explotar el potencial de dos de los álbumes con propuestas lúdicas.

El Kid A Mnesia, en términos quizás estrictos, no es como tal un videojuego, pues no hay un objetivo que nos lleve a un estado de ganancia o pérdida. No obstante, sí que podemos jugar con él. Johan Huizinga, en Homo Ludens (1938) explica que existen juegos agonales, en los cuales no hay competencia, sino la idea de representar un rol. Como cuando jugamos de niños a la comidita, a ser pilotos o cualquier otra actividad.

En la exhibición de Radiohead, nosotros tomamos el papel de un demonio que visita las instalaciones virtuales basadas en el arte que Thom Yorke y Stanley Donwood hicieron durante el periodo de grabación de los álbumes. En cada sala y pasillo se encuentran fragmentos de las canciones divididos y mezclados dependiendo de en qué lugar estemos colocados o cómo interactuemos con los objetos.

Un álbum interactivo

Por ejemplo, en el cuarto donde se encuentra ‘The National Anthem’, no es posible escuchar el bajo ni la batería hasta que entramos a una columna amarillenta. En un par de pasillos se pueden apreciar las percusiones de ‘Kid A’ mezcladas con otras pistas.

Pero, creo que el plato fuerte se localiza dentro de la pirámide, en la cual se encuentran tres de los momentos más bellos de la exposición: ‘How To Dissapear Completely’, ‘Pyramid Song’ y ‘You And Whose Army?”; canciones en las cuales los jugadores son introducidos a animaciones interactivas concordantes con el tema, tono y ritmo de las piezas musicales.

Entrar a un mar denso en medio de la nada o ver un corro de demonios bailando alrededor de ti, son unas de las mejores experiencias que tuve en los videojuegos durante el 2021.

Aunque el aspecto en general de la instalación es sumamente demoniaco y en ocasiones perturbador, todo esto tiene sentido con el concepto de los álbumes y el periodo de creación de los mismos. Como explica Steven Hyden en This Isn’t Happening. Radiohead’s Kid A and the Beggining of the 21st Century, el periodo de creación del Kid A (2000) fue sumamente desgastador para la banda.

Un vocalista consumido por la depresión, sesiones sin fin de ideas que no llevaban a nada y frustración por no querer repetir lo que hicieron con el OK Computer (1998), llevaron a Yorke a encontrar consuelo en la fría y mecánica música de los sintetizadores. No es de extrañar que la exposición tenga estos sentimientos, pero al mismo tiempo es interesante cómo algo que comenzó en una máquina, terminó por reencontrarse con ella misma a través de los videojuegos.

Kid A Mnesia está disponible para PC, a través de la tienda de Epic, y para PlayStation 5. Al final, esta obra de Radiohead es una muestra del potencial que tienen los videojuegos como medio para expresar más allá de las limitaciones que pueden tener otros formatos. En lo personal, recomiendo mucho disfrutarlo con auriculares y darse el tiempo de recorrerlo porque hay cosas que se pueden perder en un primer recorrido.