¿Qué implicará el metaverso para la salud mental y nuestra adicción a la vida digital?

// Por: Steff Fink

lun 28 febrero, 2022

Mientras que la plataforma y la propuesta sobre un metaverso de Mark Zuckerberg es algo nuevo, el concepto del “metaverso” en sí es casi tan viejo como el internet mismo. Un metaverso es una realidad virtual que existe más allá del mundo físico en el cual vivimos. Este término fue concebido por el escritor Neal Stephenson en 1992 cuando lanzó su novela, Snow Crash, en la cual los personajes usan avatars digitales de sí mismos como una forma para escapar la realidad distópica. Y de hecho muchos usuarios del internet han interactuado ya con el metaverso de una forma u otra, en los noventas había una comunidad cibernética llamada LambdaMOO, una versión primaria y basada únicamente en mensajes de texto, del metaverso. Después en el 2003 llegó Second Life, un juego multiplayer y consecuente a este vinieron muchos con los que probablemente estás familiarizado como Fortnite y Animal Crossing que también ejemplifican lo que es vivir en el metaverso. 

Así que cuando Zuckerberg anunció que iba a rebrandear Facebook y cambiar el nombre de su compañía a Meta a finales del año pasado, muchos estábamos ya en armonía con lo que es “vivir” en esta experiencia. En la carta de lanzamiento dice que “la siguiente plataforma será mucho más immersiva, una experiencia casi sensorial donde estarás realmente metido en ella, no solo como espectador. Le llamamos el metaverso y tocará cada producto que construyamos”. 

Y claro desde esta noticia muchos han despertado su interés en esta vida digital. Pero el concepto de replicar tu vida real a una versión online nos hace preguntarnos varias cosas como por ejemplo ¿Podremos interactuar con nuestros artistas favoritos? ¿Los diseñadores mudarán parte de sus estrategias hacia acá como lo vimos ya en Animal Crossing? ¿Cómo se traduce el sexo al metaverso? pero también me surgen cuestionamientos sobre la salud mental. Hemos visto varios estudios que afirman que el uso de redes sociales afecta de manera considerable la salud mental de, especialmente, las generaciones más jóvenes. Así que ¿podrá esta nueva etapa en la vida digital afectar nuestra salud mental? ¿Causando que nos volvamos adictos a las realidades virtuales? Lo recuerdo tan simple como cuando pasaba horas pegada a la computadora jugando SIMS. Mis pensamientos, días, creatividad, imaginación y absolutamente toda mi atención se enfocaba en este juego de computadora, me creía mis personajes. O quizá sea todo lo contrario y el metaverso ayude a ciertas personas a encontrar un equilibrio en su salud mental ayudando a gente con discapacidades y ansiedad social a socializar e incluirse en las conversaciones de su comunidad y el mundo. ¿Podría revolucionar la manera en la que tratamos y nos acercamos a las enfermedades mentales?

En esencia, el metaverso es un lugar para hacer comunidad, socializar, conocer nuevos amigos y mantener relaciones. Un modelo que vemos ya en plataformas como Instagram donde puedes hacer comunidad y amigos con gente que tiene los mismos intereses que tú y a los que probablemente de otra manera no tendríamos acceso o no hubiéramos conocido. Ahora, imaginemos que en este nuevo universo digital surgen nuevas maneras en las que la terapia puede tomar forma, podría incluso llegar a gente que de otra manera no tiene un acercamiento hacia este tipo de sanción. Claro, todo aquel que tenga las herramientas tecnológicas para accesar al metaverso. Pensar en él como un lugar donde puedas accesar también a sanción y mejorar tu calidad de vida “real” y no solo virtual sería lo ideal.

El metaverso puede incluir el uso de realidad aumentada y realidad virtual para permitirnos la experiencia de estar realmente dentro del internet interactuando digitalmente con otras personas, objetaos y entornos. Y al igual que con toda la tecnología y plataformas sociales, tendrá una gran variedad de beneficios mentales, físicos y emocionales en el futuro, pero claro, también habrá efectos secundarios negativos. Uno de ellos es la exacerbación de adicción digital que ya existe. Especulando, todo parece ser que lo que experimentamos será como lo que actualmente conocemos en nuestro pequeño mundo digital pero en esteroides. Todas las interacciones virtuales serán más intensas, más estimulantes y se sentirán mucho más reales de las que actualmente tenemos y conocemos a través de nuestros celulares, tabletas y computadoras. 

La terapia psicológica es una herramienta que ayuda a ver con nuevos ojos todo lo que nos rodea y mejorar nuestra calidad de vida y estado mental. Una terapia virtual, que no sea la que conocemos ahora gracias a la pandemia vía zoom, si no una donde estemos más involucrados y nos represente un avatar quizá podría hacer todo esto pero también, a diferencia de hablar con tu psicólogo por zoom, podría existir la posibilidad de exponernos de manera digital a ciertos escenarios que son los causantes de nuestras fobias, miedos, depresiones, adicciones o psicosis y de esta manera ayudar a acelerar la sanción de forma exponencial produciendo estímulos mientras te encuentras en un lugar seguro en la comodidad de tu casa. Además para personas que sufren de ansiedad y depresión que solo se potencialidad con encuentros sociales en vivo, las experiencias en el metaverso se sentirán más reales gracias a la tecnología que involucra pero les dará seguridad ya que se encontrarán en su solitud, sin la necesidad de pensar en cómo actuar, caminar, verse o moverse.

Apenas estamos comenzando a conocer y saber realmente el impacto colectivo que las redes sociales han tenido en nuestra salud mental pues bien no llevan tanto tiempo existiendo. Es claro que se necesitarán hacer estudios intensivos sobre lo que el metaverso podría generar en la mentalidad de la juventud y hacer algo al respecto, no dejarnos colgados como lo hicieron con Instagram, que ahora sabemos que la compañía de Zuckerberg tenía registros y estudios que aseguraban que esta plataforma era dañina para el bienestar emocional de las adolescentes y lo decidieron mantener en secreto hasta que Frances Haugen reveló el año pasado estos archivos.

Claro que no debemos imaginar el metaverso como un lugar mágico y utópico libre de las limitaciones del capitalismo, debemos verlo con cautela. Recordando que probablemente también ahí existirá un algoritmo que quiera guiar cada segundo de tu experiencia, especialmente porque al final al utilizar plataformas como Horizon Worlds debemos recordar que son propiedad de empresas como Meta, cuya priorización siempre son las ganancias, no la seguridad ni la gente. Sin embargo la idea del metaverso – más allá del mundo de Zuckerberg-, presenta emocionantes posibilidades para la salud mental. Ya hay compañías de realidad virtual que se encuentran trabajando en aplicaciones sobre bienestar mental para este espacio, generando mucha emoción en algunos de nosotros. Además la realidad virtual ya está siendo usada por la NHS para tratar la ansiedad social y se ha demostrado que promueve la empatía. Después de todo, en su forma original y más pura, las redes sociales están hechas para fomentar conexiones sociales positivas, y al final el metaverso solo será una expansión de esto.