Hace un par de días se llevó a cabo el primer concierto realizado por Amnistía Iternacional en favor de los derechos humanos desde 1998, con presentaciones de diferentes músicos que incluyeron a Nadya Tolokonnikova y Masha Alekhina, mujeres que, como parte del grupo Pussy Riot, fueron encarceladas en 2011.
Lo que resaltó poco antes de su aparición en el Barclays Center, en Brooklyn, fue la carta abierta enviada por miembros anónimos de Pussy Riot a la prensa, en la que aseguran que Nadya y Mashas ya no forman parte de su grupo:
“Estamos complacidas con la liberación de Masha y Nadya. Estamos orgullosas de su resistencia frente a las duras pruebas en las que cayeron y su determinación para continuar la lucha que comenzó en su estancia en las colonias (la prisión). (…) Desafortunadamente para nosotras, ellas se han inclinado tanto a los problemas en las prisiones rusas que se han olvidado por completo de las aspiraciones e ideales de nuestro grupo: feminismo, resistencia separatista, pelea en contra del autoritarismo y el culto a la personalidad, lo cual, por cierto, fue la causa de su injusto castigo.”
En otro fragmento, el colectivo aclara que no existe nada en contra de sus antiguas compañeras, pues seguramente seguirán actuando en favor de mejoras sociales:
“Sí, perdimos a dos amigas, dos compañeras de ideología, pero el mundo ganó a dos valientes, interesantes y controversiales defensoras de los derechos humanos. (…) Apreciamos su decisión y, sinceramente, les deseamos lo mejor en su nueva carrera.”
Sobre este tema, ni Nadya ni Masha ha dado declaración alguna, pese a haber sido cuestionadas al respecto por The New York Times la misma noche de ayer.