Según la OMS – Organización Mundial de la Salud, la pandemia registró a nivel mundial, un incremento del 25% en casos de ansiedad y depresión. Como alguien que ha luchado contra la ansiedad desde hace muchos años, siempre estoy en constante búsqueda de nuevos tratamientos, métodos y terapias que me ayuden a sobrellevar mejor simples tareas del día a día sin la necesidad de tener que medicarme, buscando siempre una salida natural a esta condición. Desde probar diferentes tipos de terapias, meditaciones, respiraciones, plantas de poder y sanaciones, todo con el último objetivo de poder aprender a vivir mejor y más tranquila con mis emociones y sentimientos.
A principios de este año, un grupo de científicos compartieron un estudio que muestra como la psilocibina – el compuesto psicodélico contenido en los hongos psilocibes – puede ayudar a tratar la salud mental. En comparación con tratamientos tradicionales, encontraron que el compuesto hace un mejor trabajo a la hora de romper con patrones negativos de pensamiento. Y recientemente la serie documental How to Change your mind nos ha hecho entender que estas sustancias, más que ser “prohibidas”, son una gran herramienta de autoconocimiento y sanación.
La microdosis es algo que se ha vuelto muy popular en los últimos años, esta consiste en consumir una dosis casi imperceptible de alguna sustancia psicoactiva, llámese ayahuasca, LSD, peyote, MDMA o psilocibina. A pesar de que todas estas sustancias ayudan a abrir la mente y crear nuevos patrones de pensamiento, sus efectos son distintos entre cada una de ellos, aunque claro la diferencia no es tan notoria como en una dosis completa de dicha sustancia. La microdosis de ayahuasca por ejemplo, se trabaja todos los días con una pequeña gota bajo la lengua antes de dormir durante cuatro meses, mientras que la de hongos alucinógenos dura aproximadamente dos meses y es mediante pastillas unas 3 veces a la semana.
La cuestión es que debido a que estas sustancias son ilegales en muchas partes del mundo, un estudio controlado sobre estas aún presenta muchos retos, aunque desde principios del 2006 ya hay varias instituciones que están autorizadas para realizar investigaciones al respecto.
Desde los años 50s, científicos estadounidenses han estado estudiando los hongos alucinógenos, que atrajeron la atención popular en parte gracias a María Sabina, una chamána indígena mazateca que usaba hongos que contenían psilocibina en ceremonias curativas y compartía su conocimiento con los occidentales. Pero una vez que esta sustancia ingresó a la esfera pública como una droga casual y de fiesta y se convirtió en parte de los movimientos de contracultura, el gobierno federal de Estados Unidos aprobó leyes que la clasifican como ilegal. Desde entonces, la psilocibina ha sido catalogada como un fármaco de categoría I por la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos.
Una de las razones más comunes para hacer microdosis suele ser la intención de conectar con tu centro, la búsqueda de la famosa iluminación así como las ganas de querer mejorar tu estado de ánimo, especialmente si estás pasando por un momento difícil en tu vida. La microdosis es una herramienta para el trabajo personal y el procesamiento de emociones. La dosis es tan pequeña que sus efectos son imperceptibles, es a largo plazo que realmente comienzas a sentir sus beneficios, aunque claro esto varia dependiendo de la persona, su estado mental, entorno, etc.. En el caso específico de la ansiedad, estudios del 2016 encontraron que la psilocibina puede reducir significativa y rápidamente los sentimientos de desesperanza, ansiedad y depresión en personas diagnosticadas con cáncer, mientras que un pequeño estudio del 2020 encontró que también puede ayudar a las personas que tienen un trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento.
Los hongos trabajan en una parte del cerebro conocida como la red cortical retroesplenial parahipocampal, que se cree que desempeña un papel en el control de nuestro sentido del yo o ego. Cuando tomas psicodélicos, relajas y reduces las experiencias egóicas de identidad y de ti mismo, esto hace que te sientas más conectadx contigo mismo, con otras personas y el entorno. La microdosis es una gran herramienta de conexión y sanción para poder conectar con el ahora, tu verdadera esencia, tu mente y tu cuerpo. Sin embargo, sí es recomendable que si vas a comenzar un tratamiento de microdosis lo utilices como una herramienta complementaria, es decir, si vas a trabajar en ti y tu bienestar debes de implementar otro tipo de acciones como ir a terapia psicológica o algún tipo de terapia energética llámese Reiki, Barras, Péndulo, Resonance Repattering; hacer ejercicio y comer balanceadamente. No olvidemos que somos un ser espiritual viviendo una experiencia humana, sin embargo, para el correcto funcionamiento de nuestra mente y cuerpo debemos de encontrar un balance entre nuestro cuerpo físico, el energético y el emocional.