PROFECO afirma que “intermitencia en la señal” provocó el caos del concierto de Bad Bunny

// Por: Oscar Adame

lun 19 diciembre, 2022

Pese a haber señalado, hace solo unos días, que Ticketmaster fue el responsable del supuesto fraude que sufrieron miles de personas al no poder acceder al concierto de Bad Bunny pese a comprar boletos por los canales oficiales de venta, al promover la sobreventa, hoy PROFECO ha decidido modificar su discurso e informar que fue un accidente.

En conferencia de prensa, el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield, informó que tras tener una reunión con Ticketmaster pudo comprobar que “no hubo sobreventa de boletos”, sino que la empresa registró “intermitencias en el sistema de registro de las entradas”, lo cual provocó su caída ante “un inusual aumento de entradas apócrifas”.

Aunado a esto, indicó que se registraron 2 mil afectados: 110 el sábado 10 de diciembre y el resto el viernes 9, que es cuando se presentó el problema mayor, misma cantidad que ya han empezado a recibir el reembolso total de Ticketmaster más un 20% de indemnización, según marca la ley.

La defensa de Ticketmaster

Tras el fraude de los boletos de Ticketmaster en las dos presentaciones programadas de Bad Bunny en el Estadio Azteca, la boletera salió a defenderse con un comunicado en el cual afirma que parte del problema fue que «la demanda por boletos de Bad Bunny en CDMX fue la más alta en la historia del país«. 

Ellos afirman que parte del problema en la realización de su evento fue que registraron «más de 4.5 millones de personas en búsqueda de una de las apenas 120 mil localidades disponibles en el Estadio Azteca sumadas para ambas fechas», con lo cual dan a entender que se vieron rebasados ante el tamaño del concierto.

Aunado a esto, han dejado en claro que «el viernes se presentó en los accesos al recinto una cantidad sin precedentes de boletos falsos, comprados fuera de los canales oficiales», agregando una frase que contradice la investigación de Profeco al respecto, en la cual dicen que «es importante subrayar que no existió sobrecupo alguno ni sobreventa de boletos». 

Aunado a esto, su comunicado afirma que están colaborando de manera abierta, amplia y decidida con la investigación conducida por la Procuraduría Federal del Consumidor, a fin de clarificar lo sucedido en los accesos al evento del viernes 9 de diciembre.

 

Las autoridades contra Ticketmaster: atadas de manos

Y aunque desde agosto de este año PROFECO promovió una demanda colectiva desde su plataforma, la realidad es que bajo estas condiciones, no hay manera de actuar legalmente contra la boletera  con todo y que la empresa haya incumplido sus propias condiciones impuestas para el negocio de la venta de boletos.

Tampoco está en manos de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece): Brenda Hernández Ramírez -presidenta de dicha instancia-  castigar a la empresa no es facultad del organismo que preside.

“Los problemas que se han manifestado estos días más bien son una competencia de otras autoridades; nosotros únicamente podemos evaluar las conductas previstas en la Ley de Competencia Económica. Estamos dentro del marco que nos marca la ley, únicamente se podría revisar si las conductas desplegadas constituyen, un monopolio, absoluta o cooperativa, una concentración ilícita y no vemos esos elementos presentes”.

Según datos de Pollstar, Grupo Comisión Interamericana de Entretenimiento (CIE),  es el ente corporativo que controla las marcas Ticketmaster y Ocesa en el México; y cuenta con alrededor de 65% del total del mercado de espectáculos en vivo; lo que puede traducirse en una proyección de 8 millones de boletos vendidos en 2022 y ganancias por más de 20 millones de dólares.

La clave está en que el campo de acción legal de Cofece y Profeco está muy limitado dada la falta de tipificación de varias de las prácticas cuestionables en la venta de boletos: las filas virtuales, las ventas por fases o las preventas restringidas, por citar algunos ejemplos.

Contrario a lo que se piensa, Ticketmaster OCESA dominan el mercado pero no lo monopolizan, por lo que Cofece no tiene algo por lo cual llevar las sanciones a otro nivel; mientras que PROFECO está limitada a supervisar la calidad del servicio.

”Para otro tipo de conductas cuestionables ya sería necesario emprender una demanda civil a través de los mecanismos penales” concluyó Brenda Hernández Ramírez.