El espectáculo es triste: Palacio Nacional bardeado, rodeado de vallas. Un gobierno de la Ciudad de México que le tiene miedo a las protestas que claramente se ven venir este #8M, día que se conmemora el Día Mundial de la Mujer. Y más que señalar al gobierno de esta ciudad (encabezado por una mujer), el de este país, dirigido por un político al que le gusta hacerse el que no escucha.
Las tapias de Palacio Nacional no son solo las vallas de acero, de tres metros de altura, que bordean el recinto: son también las que el presidente ha puesto en sus oídos y en sus ojos. Ni las oigo ni las veo. ¿Y yo por qué? Haiga sido como haiga sido, mi candidato va al gobierno de Guerrero. Ya chole con esos movimientos importados.
Lo bueno es que López es diferente a los gobiernos anteriores.
Así, con tapias y fuerza pública, es como López Obrador y su gobierno abre el diálogo justo y necesario con los grupos feministas. Es de una miopía triste, irreductible. Muchas de las que votamos por él, por su opción, lo hicimos porque sinceramente creíamos que su gobierno sería progresista y de izquierda. En un país en el que a las mujeres se nos atropella con agravios camuflados en la cotidianidad, el país de las 9 muertas diarias, es también el país de un presidente que asegura que el feminicidio no existe.
Este #8M miles de mujeres saldrán a las calles y por supuesto que visitarán la guarida del soberano a quien seguro le caerán más mentadas que las que se llevó en el avión de la ignominia. Justo hace un año, López Obrador dijo que las marchas de las mujeres serían bienvenidas en el Zócalo. Sus modos no han cambiado y vaya manera de recibirlas.
Varios edificios y monumentos del Centro Histórico han sido también “blindados” contra las manifestaciones. Hoy viernes Bellas Artes y el Hemiciclo a Juárez están igualmente amurallados. ¿Tanto miedo se les tiene a las feministas? ¿Será que la verdadera oposición son ellas?
La clase política completa les ha fallado a las mujeres
Los partidos de los adversarios de AMLO (a los que llaman el PRIANRD) han querido subirse al camión feminista: son lealtades falsas que quieren comprar la causa. Ahora, es cierto: el presidente les ha dado parque con su insensatez en temas de género y discriminación. Él mismo ha armado a sus enemigos políticos.
Sin embargo, el movimiento feminista naciente, encabezado por mujeres jóvenes y furiosas, no debe dejarse chantajear por partidos que en otros periodos tampoco han hecho nada por la causa de las mujeres. Ni los gobiernos priistas ni los emergidos del PAN han sabido escuchar. Era el caso Salgado Macedonio, sí, pero también han sido la violencia de género a la que los gobiernos tradicionales de México han prodigado a más no poder a sus mujeres.
Las mujeres saldrán a protestar este 8M a pesar de todo
Como lo fue en otra ocasión las muertas de Ciudad Juárez o las desaparecidas de la llamada guerra contra el narco. Mujeres, lo sabemos: la clase política nos ha fallado desde hace décadas. Desde siempre.
En un movimiento de gran insensibilidad política, López Obrador ha decidido darles la espalda a las protestas justas de mujeres que piensan que no se puede tolerar a un criminal misógino como representante de todo un estado. Protestas que incluso han surgido de su propio partido, el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que, de manera desatinada, lleva nombre de mujer.
“Nunca más un México sin nosotras”: Morena se apropió del lema. Y sí, lo que López Obrador y sus seguidores quieren es un México en el que las mujeres no salgamos a protestar cuando nuestros derechos son vejados.
Es un momento para las mujeres de todas las edades de politizarse. La marcha del #8M se verá nutrida a pesar de todo: de las vallas, los oídos de tapados presidenciales y la pandemia. Y que no se quejen AMLO y los hombres de Morena (y también las morenistas que los apoyan o se callan por disciplina partidista). Ellos están cosechando las tempestades de los vientos que sembraron.