Más de 170 músicos chilenos se unieron esta mañana para firmar una carta dirigida al Presidente Sebastián Piñera, motivados por las constantes protestas que se han vivido a lo largo de los últimos días en el país sudamericano.
El escrito muestra el descontento con la violencia ocurrida dentro de las tierras chilenas de parte de artistas que pertenecen a todos los géneros y generaciones, entre los cuales están involucrados Gepe, Quique Neira, Francisca Valenzuela, Angelo Pierattini, Mon Laferte, Lucybell y Princesa Alba, entre otros.
Ellos expresan que “como artistas, estamos en permanente contacto con la gente, nuestro público, de todo el país, de todas las edades, y creemos tener una sensibilidad respecto a lo que está pasando. Nos mueve el profundo deseo de colaborar en detener esta escalada de violencia y descalificaciones”. Ellos agregan “en estas horas de angustia, dolor, violencia, represión y muerte, los artistas tenemos un compromiso con Chile”.
El escrito considera que “el dolor de Chile es algo que no se puede seguir ocultando. A Chile le duele la desigualdad, la injusticia, el abuso de unos pocos, la ineptitud del Estado para hacerse cargo, la eterna discusión sobre las causas, sin pasar nunca a las soluciones”. Para ello, ellos sugieren detener el lenguaje bélico, quitar a las fuerzas armadas de las calles, establecer acuerdos entre todas las fuerzas policiacas y pedir un cambio de gabinete.
En distintos medios chilenos se ha reportado que algunos artistas han formado parte de las manifestiaciones, como Lenwa Dura en los llamados -cacerolazos-. También Pablo Chill-E repartió comida a los manifestantes de Puente Alto. Finalmente, en la zona de Plaza Italia se pudo observar a Claudio Valenzuela de Lucybell increpando a los soldados que se apostaron en el lugar.
Chile se ve envuelto en una serie de protestas directamente referentes al tema de su crecimiento económico. Miles de personas han tomado las calles en protesta a las medidas tomadas por el actual mandatario, Sebastián Piñera.
La protestas fueron detonadas cuando el Instituto Nacional, centro académico más importante del país, comenzó a exigir un apoyo de recursos más pertinente. Piñera reaccionó al mismo tiempo con una alza de tarifas en el metro, explotando el sentimiento generalizado de frustración en su ciudadanía.
El fundamento real, el status económico al que se enfrenta el país, aún más dimensionado por la desigualdad tan contrastante. Para muchos críticos, la alza en los precios, altas tarifas en servicios como la luz y el gas, deficiencias en salud pública y demás, son factores arraigados en una política gubernamental que pone al frente la privatización. No obstante, estas consecuencias no se pueden apuntalar a una sola causa.
Quizá más difícil que todo, la respuesta de las autoridades, a marcado un problema cultural de derechos humanos. El país actualmente ha decretado estado de emergencia, toque de queda, además de recurrir a militares para controlar las protestas. Hoy se registran al menos 18 muertos y 102 heridos civiles.