La aclamada artista del performance Marina Abramovic está por estrenar un documental sobre su vida en la cual profundiza con respecto a su trabajo performático, sin hacer a un lado sus mayores vivencias personales e ideales con los cuales ha regido su vida. Esto último la ha llevado a hablar por varios minutos sobre el papel que han tenido los árboles en sus procesos de sanación.
“Los árboles son como los seres humanos, tienen inteligencia, tienen sentimientos, se comunican entre sí y son escuchas perfectamente silenciosos, puedes decirles todo”, afirmó con respecto a este elemento del Método Abramovic, con el cual pretende ayudar a otros artistas a llegar a un plano más alto de la consciencia humana.
“Terapia con un árbol es un ejercicio fundamental. Por favor, ve al parque más cercano, elige un árbol, abrázalo y vierte tu corazón en él durante 15 minutos. Es lo mejor que puedes hacer para sanar”, afirmó en el siguiente video en adelanto a su documental que se estrenará por Sky Arts.
Durante ocho años Marina Abramović y Ulay realizaron las 22 performances que conforman ‘Nightsea Crossing’ (1981 – 1987). En ellas, se sentaban inmóviles en lados opuestos de una mesa manteniendo contacto visual y permaneciendo en silencio. El lugar y el color de la ropa variaban en función del lugar donde se representaba la obra, sólo permanecía la actitud inmóvil de los performers.
Según Abramović, la obra en sí era una naturaleza muerta, una vida en silencio, donde permanecían ambos sin emoción durante siete horas. Abramović y Ulay llegaron a Australia en 1979 para la tercera Bienale de Sydney, el interés hacia la meditación y las culturas asiáticas llevaron a la pareja de artistas a volver para vivir en el desierto australiano para convivir con las comunidades de aborígenes australianos. Este atractivo los llevó a realizar la serie ‘Nightsea Crossing’. Partiendo de una relación profesional y sentimental de completa confianza, ambos gustaban de hablar de una «unidad andrógina», en cuyas acciones se corporeizaban los límites de las relaciones interpersonales, su efecto sobre el yo, el ego y la identidad artística.
Tras doce años de trabajo en solitario, Abramović decide cerrar el círculo empezado por ‘Nightsea Crossing’ en su obra ‘The Artist is Present’. La propia evidencia del título indica el concepto clave de la pieza: la presencia. Abramović se mantendría presente durante los días que durase la retrospectiva sin interrupción.