Ayer tuvo lugar el primer informe de Gobierno del presidente de Andrés Manuel López Obrador, la representación total de esta nueva administración. El objetivo fundamental, dar a conocer que acciones se han llevado a cabo hasta el momento y como se ha progresado sobre las mismas.
No obstante, como ya es común, el informe presentado fue más una cuestión de auto promoción que un verdadero estatus de la actual vida de este gobierno. Entre los temas atendidos destacaron la seguridad, economía, educación, salud, migración y corrupción.
Después de nueve meses de gestión, el tono del informe presidencial fue de afirmación. Una declaración de lo que se percibe ha logrado su gobierno, por lo cual los temas se centraron también en contextualizar lo prometido dentro de su campaña.
El discurso abrió con una escenografía oficial que leía en“el tercer informe de gobierno”, un error que inmediatamente habilitó la burla y confusión.
El presidente no perdió tiempo en declarar el marco histórico de su famosa 4T, como parte de una continuación poco favorable describiendola como una “herencia maldita”.
Entre sus principales puntos de abridor, el mandatario presumió la creación de 300,000 empleo, el ahorro de 500 millones de pesos a consecuencia del famoso plan de austeridad y la inclusión de 58,600 elementos a la Guardia Nacional. Quizá las narrativas clave de este joven gobierno.
Los datos proliferaron. La mayoría haciendo observaciones destacadas pero difusas, como cuando AMLO agregó “Tienen protección especial 337 periodistas y 639 defensores de derechos humanos y han sido puestos en libertad 45 presos políticos” o “Reciben una beca 10,090,000 estudiantes de educación básica, lo que significa una inversión anual de 60,000 millones de pesos”
El específico plan de gobierno fue presumido como con lo que se llama la separación del poder político del económico. La transparencia del estado del derecho como observación del tema de corrupción y impunidad, además de la absoluta atención a la austeridad.
“Los lujos que caracterizaban al gobierno han llegado a su fin. El ejecutivo federal ha eliminado los privilegios y prebendas que recibían los funcionarios. También se puso fin a la contratación generalizada de personal de confianza y a la asignación abusiva”.
Además sobre el tema de impuestos a grandes corporaciones y la influencia económica “Hemos propuesto que la expedición de facturas para evadir impuestos se convierta en delito grave”.
No obstante algunos temas de relevancia general, parecieron desatendidos. Particularmente el enfoque al sector agropecuario. Se habló de una iniciativa en favor de fortalecer la vida de los campesinos y las actividades productivas. Cultivos de exportación y alta densidad económica, pero en ningún detalle el progreso de la misma.
De la misma manera el tema del sector energía, parece solo circular el tema mediático del robo al combustible, además de la producción del crudo, sin ninguna observación sobre nuevas energías o sustentabilidad.
Entre temas con similar atención aparece la apenas discusión de temas como el de la infraestructura, que parece acorralado en controversias como el Tren Maya, o el tópico de la seguridad que solo habla de la guardia nacional y no el despegue de la violencia y delincuencia.
Respecto a relaciones exteriores, solo queda mencionar que sí se hizo referencia al delicado tema que vive México con su vecino norte. El mandatario dijo “Las redes de consulados ya operan como procuradurías de los migrantes (con el fin) de remediar las violaciones de los derechos a los mexicanos de la nación vecina. Reiteramos nuestra condena al crimen de odio en El Paso, Texas, motivado por el racismo y la xenofobia”.
Así fue el primer informe de gobierno de la 4T y Andrés Manuel López Obrador, que mientras tienen claro lo propuesto y trabajado, parecen no tener interés en los detalles de lo que no han contemplado.