Cuando la escena de SoundCloud Rap (o mumble rap) empezó a tener un éxito sin precedentes y por completo inesperado, sus representantes más importantes dieron muestra de un rango de intereses y conductas que los han metido cada vez más en oposición de la opinión pública. Desde los colores estrafalarios de sus cortes de cabello, hasta los diamantes que adornan sus dientes, la imagen sólo llegó para impulsar una actitud: El sueño errático de la juventud.
Un movimiento gestado por un conglomerado de adolescentes con problemas e intereses en común que empezaron a subir sus experimentos musicales a SoundCloud y que, basados en instrumentales crudos y violentos, terminaron por definir a la Gen Z. Temas auto-producidos para los cuales gente como XXXTentacion y Lil Peep no obtuvieron ningún tipo de apoyo de promoción fuera de lo que ellos mismos podían conseguir. Su éxito devino de la propia Internet y fue un hito para la música DO IT YOURSELF.
Como si fuera un movimiento similar al punk, que nació como una respuesta agresiva y minimalista al rock mainstream del cual fue contemporáneo, el mumble rap habló de forma similar para los seguidores del hip-hop. En una era en la cual Kanye West se presenta con orquestas y Kendrick Lamar hace álbumes dobles con base en el jazz que lo hacen ganar el Premio Pulitzer por su enfoque político, escuchar a un chico gritando ‘Gucci Gang, Gucci Gang, Gucci Gang, Gucci Gang’ 53 veces sobre un beat repetitivo, aunque pesado, puede ser una experiencia liberadora.
Los tatuajes en la cara, una muestra del nihilismo existente en el género, también es una buena muestra del punk que hay en él. Aterrador, el género se convirtió en un escapismo para las ansiedades de la generación online, uno basado en llevar a cabo los sueños masturbatorios que todos los adolescentes tienen, pero que pocos pueden llegar a vivir. Las drogas, el sexo, las autolesiones, las temáticas principales en las letras del movimiento, rápidamente se convirtieron en las temáticas principales de la vida de sus artistas.
Abrazando a sus personajes musicales, estos adolescentes empezaron a replicar todo lo que decían en sus canciones y lo streameaban en Instagram. Consumidos por lo que la gente quería que fueran, en poco tiempo se convirtieron en super estrellas y, pese a que explotaron en popularidad, con cientos de millones de escuchas en 2017, hoy se habla de la muerte del movimiento. Es sencillo ver el por qué. Sus nombres más importantes literalmente se convirtieron en criminales y gracias a ellos ahora el notorio club de los 27 parece ridículo al ver cuántos raperos han fallecido a sus 21 años.
Los fallecimientos de Lil Peep y Juice Wrld a los 21, gracias a sobredosis de heroína, y los asesinatos de XXXTentacion, a los 20 años de edad, y de Jimmy Wopo’s, a los 21, han gestado un patrón bastante doloroso para el género. Sin embargo, el impacto musical ha sido mayor a esto y aun hay artistas que mantienen su legado: Denzel Curry se convirtió en uno de los raperos más aclamados de la actualidad, slowthai lo llevó al alternativo en Reino Unido, y Billie Eilish es hoy en día la mayor popstar del mundo.
Otro nombre que se mantiene en el mundo de la música es el de Gazzy Garcia, nacido en Miami en el año 2000 y de padres colombianos, quien alcanzó uno de los mayores éxitos en la historia del mumble rap con su primer álbum de estudio como Lil Pump. Un debut que entró a la tercera posición del Billboard 200 en compañía de un éxito número uno en forma del polémico, aunque viral, ‘Gucci Gang’.
Él fue uno de los primeros grandes iconos del movimiento y obtuvo el reconocimiento en el mainstream que sus contemporáneos no pudieron recibir en vida, aunque poco a poco su popularidad se ha ido diluyendo. Como personaje, sus locuras empezaron a ser muy inocentes, quedando como un buen chico en comparación con la actitud radical de Tekashi6isx9ine, y como músico perdió el enfoque crudo, de impacto inmediato, que le dio su fama en primer lugar, para centrarse, en su lugar, en un rap sobreproducido con detalles de música pop tradicional.
No han sido buenos años para él y sin embargo, ahí estaba, haciendo su mayor intento por promoverse en un restaurante de Polanco, pocos días después de haber debutado en México como parte del cartel de Power Fest en Monterrey, Nuevo León, y con un nuevo sencillo bajo el brazo ‘All The Sudden’. Éramos cuatro medios invitados, WARP el único no televisado, y los miembros de la agencia de relaciones públicas nos habían dicho que no sabían qué podría pasar, puesto que Lil Pump no había hecho una sola entrevista en su vida.
Esto último fue exagerado, pero sí es cierto que tiene una lista muy reducida de encuentros con la prensa. Un par de conversaciones incómodas con Buzzfeed, un feature con Billboard, y un largo video en YouTube en el cual se entrevista con J. Cole, prácticamente un meme. En todas, la entrevistadora o el entrevistador quedan relegados a hablar sobre lo inmadura que es su actitud y lo mucho que le gusta su dinero. Mi caso no es distinto.
Habíamos esperado por un par de horas, comiendo pizza y tomando un par de tragos mientras sonaba ‘I Like It’, su colaboración con Kanye West, en el fondo. Uno de los mejores ambientes pre-entrevista en los cuales he estado involucrado. Los otros entrevistadores eran estrellas de la televisión o tiktokers famosos, comunicadores carismáticos que sabían a lo que iban: Preguntas divertidas para gestar poco más que un comercial para Exa o Telehit. Yo tenía algo un poquito más profundo en mente.
Él llegó acompañado por un crew conformado por tres o cuatro hombres gigantes, una hermosa chica que se dedicó a limpiarle los lentes de sol (fácil cuatro veces, de forma obsesiva) y otras dos personas que llegaron cargando un par de maletas gigantes Louis Vuitton (según dice Buzzfeed, normalmente carga con mochilas repletas de marihuana). Pese a lo que sucedería, nuestro primer encuentro fue muy amable. Atento, Pump se acercó a cada uno de los presentes para darnos la mano y preguntar qué estábamos tomando. Posteriormente se perdió, encerrándose en el baño.
Desde el inicio se le notaba un poco incómodo. Hiperactivo y amable, pero sin saber qué contestar, prefería quedarse callado en algunas preguntas -típicas- de las entrevistas previas a la mía. Cosas sencillas como -¿qué te pareció México?- o -¿qué es lo que nos traerás en tu próximo concierto?-. Tras un par de pláticas, decidió parar y tomarse un descanso. Lo esperamos, tranquilos, mientras el resto de su equipo descansaba en una de las mesas del restaurante.
Cuando aceptó recibirme, me senté frente a él y empezamos a charlar sobre mi bolsa, un adorable accesorio de mano con la imagen de Harley Quinn que compré en una tienda de cómics. Me preguntó qué tipo de bolsa era y no supe qué contestar más que -no sé, una bolsa de mano, para mujer-. Él se rió, revelando los diamantes que brillan debajo de sus labios… Y entonces empezó:
He estado muy interesado en el SoundCloud Rap porque soy Gen Z y entiendo la vibra, la violencia, la crudeza que hay en él, pero esta es la primera vez que entrevisto a un rapero de esa generación y me gustaría saber el por qué crees que esta música ha sido tan exitosa en hablarle a esta generación.
Te diré algo. La ola del SoundCloud voló muy lejos. Ve a X (XXXTentacion), ve a Ski Mask, ve a Kodak. Todo el mundo explotó en Florida… Lo hicieron de inmediato. Esa plataforma fue asombrosa, cualquier persona puede decir mierda como -ohhh, es solo SouldCloud-. Pero todos quieren copiar nuestra rabia. Todos quieren hacer mosh-pits como nosotros, pero no pueden.
¿Y tú por qué crees que puedes hacerlo?
Porque lo tengo en mí. Sé que puedo hacerlo y lo he estado haciendo por años.
Así es, un largo tiempo…
Un largo tiempo, así es.
Alguien me dijo que esta es la primera vez que haces entrevistas, ¿eso es correcto?
Así es. La última entrevista que hice fue con J. Cole.
Eso me parece interesante, normalmente los artistas de tu perfil tienen entrevistas hasta que se cansan de ellas.
Lo sé. Pero, no sé. Solo es que me gusta más estar conmigo mismo, ¿sabes?
Lo entiendo… ¿Cuál crees que sea el objetivo de tu música, realmente?
Oléééé, oléééé, oléééééé, olééééééé.
Eso último evidentemente fue una llamada de auxilio a su equipo de management, el cual llegó a nuestra mesa de forma inmediata para decirme que la entrevista había terminado. A mí me fue bien, posteriormente entró una reportera de un periódico famoso y fue la última plática del día, puesto que Pump se levantó de su asiento al escuchar su segunda pregunta. Lo vimos, gritándole a su equipo que era momento de retirarse desde la puerta del restaurante.
Creo que entendí algo muy importante con respecto al mumble rap en esa entrevista, pese al contenido tan reducido que me dio su conversación. Aun ante la grosería de contarme ‘olé’, Lil Pump me pareció una persona encantadora y creo que lo comprendo. Yo tampoco estaría interesado en formar parte de estos juegos si me hubiera convertido en un multimillonario a los 16 años gracias a la música que hacía como un pasatiempo.
Pump corrió de aquello que no quería hacer, utilizando los métodos de un adolescente consentido porque es un adolescente consentido y está bien. Pese a todo, esa es la actitud que disfrutan sus seguidores en su música. Una fantasía juvenil, sus canciones son sobre ser joven y millonario, estúpido y drogado. Ser “libre” de la forma en la cual un adolescente cree que “libertad” significa poder ir al SpringBreak a meterse dos kilos de cocaína sin que sus padres estén marcando a su teléfono.
Pero, la realidad es que su mensaje principal y aquello que lo convierte en una figura única es esta noción de que puedes decirle -al carajo- a todos y a todo porque crees que no te importa una mierda lo que piensan de ti… Aunque la realidad es que sí, sí te importa mucho.