Los Pinos, la última mirada a la mansión presidencial desde el lente de Santiago Arau

// Por: Oscar Adame

vie 30 noviembre, 2018

Fotos por: Santiago Arau

Andrés Manuel López Obrador prometió durante su campaña electoral que de ser electo no viviría en la residencia oficial de los presidentes mexicanos, una mansión conocida como Los Pinos. Él declaró en 2016 que “Los Pinos se va a convertir en un espacio para el arte, la cultura y la ciencia“, y se mantuvo fiel a su palabra, pues mañana una parte de la edificación será abierta el público como centro cultural. 

Aun no se tiene información de dónde vivirá el nuevo presidente, pero ya es un hecho que Los Pinos será abierto a todo quien quiera conocer sus interiores, un espacio que hasta ahora sólo había sido disfrutado por los Presidentes de México. 

Un edificio histórico

De acuerdo a lo escrito por Beto Tavira en Animal Político, en una nota escrita en el 2012 previo a la entrada de Enrique Peña Nieto al poder, el terreno que ahora ocupa Los Pinos fue utilizado por los españoles en 1550 como un trapiche en donde se trituraba el trigo para convertirlo en harina. “Debido a la importancia de su producción, pertenecía a La Corona Española y por lo tanto este sitio fue nombrado como Molino del Rey“, aclara en el texto. 

La propiedad después pasó a manos de José María Rincón Gallardo, quien en 1953 venció una parte de los terrenos a un Doctor panameño llamado José Pablo Martínez Del Río. Él fue quien construyó La Casa Grande, mismo lugar que terminó dando forma a Los Pinos y que en su página oficial se describe como “una casa estilo inglés con caminos franqueados por árboles“. 

Todos los presidentes mexicanos vivieron hasta principios del siglo XX en el Castillo de Chapultepec, pero cuando se creó el Paseo de la Reforma como una de las avenidas más importantes del país, La Casa Grande quedó situada en uno de los mejores puntos de la ciudad. Es por ello que el Presidente Venustiano Carranza decidió expropiar las tierras de los Martínez Del Río en 1916 para que la misma fuera ocupada por los miembros de su gabinete bajo el argumento de “el gobierno lo necesita“. 

En la toma de posesión de su sucesor, Lázaro Cárdenas, en 1934, se anunció que el nuevo Presidente ya no vivirá en el Castillo de Chapultepec, el cual se convirtió en un centro cultural, si no en la finca que fue renombrada con el nombre de Los Pinos. 

La casa pasó por varios cambios a lo largo el tiempo, con una gran re-estructuración en 1951 porque el Presidente Miguel Alemán mandó a construir una segunda casa más grande y funcional dentro del mismo terreno, lo cual dio como resultado a una mansión de estilo francés de unos 5.700 metros cuadrados y distribuida en tres niveles con habitaciones para la familia, salones oficiales, oficinas y salas de juegos. “Se buscó entre lo mejor del estilo imperial afrancesado“, lo cual describe el escritor mexicano Víctor Hugo Rodríguez en su libro Los Pinos: Esta Casa. 

Todos vivieron ahí hasta que el Presidente Vicente Fox decidió que era un espacio demasiado grande para su familia, ordenó instalar ahí sus oficinas y vivir en un edificio más pequeño conocido como Las Cabañas. Felipe Calderón decidió vivir ahí también, pero Enrique Peña Nieto sí quiso volver a la casa construida por Miguel Alemán, de acuerdo a lo declarado por la BBC. 

Hoy en día podemos ver cómo se ve el edificio a un día de su apertura gracias a estas fotografías De Santiago Arau.