I´d rather be hated for who I am, than loved for who I am not…
Kurt Cobain
Hoy hace 23 años un disparo en la cabeza terminó con la vida de Kurt Cobain en su casa de Seattle, esa bala no solo acabó con él sino con todo un concepto, Nirvana, que había transformado la música desde final de los ochenta y la primera mitad de los noventa con una propuesta desenfadada e incluso desafiante al Status Quo de la sociedad norteamericana, pero también a la zona de confort en la que estaba sumergido el rock y la industria en aquella época.
Por eso el grunge, nacido en el corazón de Washington DC, se convirtió en la válvula de escape de bandas como Soundgarden, Pearl Jam, Alice in Chains, Mudhoney, The Melvins, Green River y Nirvana, siendo este último el grupo más icónico en la historia del género.
Siendo la voz de una Generación X enojada y frustrada por su realidad social, política y cultural que particularmente en los Estados Unidos se había agravado por aquellos días, el grunge se volvió también un estilo de vida.
Al fundar Nirvana con su amigo Krist Novoselic, en 1987 con 20 años de edad, Kurt Cobain quería utilizar la música y sus composiciones para exorcizar sus demonios y salvarse a sí mismo, desde los 14 años había pensado en suicidarse, desde ingesta excesiva de medicamentos y drogas, cortarse con frecuencia, hasta considerar lanzarse a las vías de un tren o arrojarse de un edificio en diversas ocasiones.
Hay decenas de cartas y un diario personal que cuentan las oscuras historias que Cobain había protagonizado a lo largo de su vida antes y después de ser famoso, de hecho, la fama y el reconocimiento público lo herían profundamente, se sentía deprimido y sumamente frustrado haciéndole creer a sus fans y a la gente que lo estaba pasando bien, cuando realmente estaba sumergido en su propio infierno, aunque en conciertos y entrevistas tuviera que poner su mejor rostro.
Desde su álbum Bleach de 1989 que nos dejó a todos sorprendidos por la dureza de su sonido y la actitud ansiosa de las letras, pasando por Nevermind (1991), tal vez su mejor disco, que llegó al #1 de las listas de Billboard desde la primera semana de su lanzamiento, hasta In Utero (1993), un álbum con un statement muy claro por parte de Cobain, que quería quitar los reflectores de su rostro y redireccionarlos a la banda, cada disco de Nirvana queda como una herencia invaluable de la postura de toda una generación frente a la realidad, pero también de la profunda creatividad de Kurt que encontraba, en sus más profundos abismos, la materia prima perfecta para crear grandes clásicos y comunicar su angustia, pero también sus breves momentos de esperanza, a cualquiera que lo quisiera escuchar.
No vale la pena vivir sin haber degustado joyas de la discografía de Nirvana como Smells Like Teen Spirit, Come As You Are, Lithium, Drain You, I Hate Myself And I Want To Die o Breed todas emergidas de la mente y el corazón de Kurt Cobain.
Hoy, la figura de Cobain está más presente que nunca, pues hay quienes han lentamente encontrado y descifrado en las rolas de Nirvana las claves sembradas ahí por él para advertir lo que pasa cuando el capitalismo, el dinero, la fama y la heroína te ponen contra la pared y te atrapan en su juego.
El Forever 27 Club es una compilación de figuras míticas en la música que coinciden en la curiosa condición de haber muerto a los 27 años de edad y en el momento más luminoso de su carrera y el más oscuro de sus vidas: Brian Jones de los Rolling Stones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse se reúnen del otro lado del río con un Kurt Cobain que transformó su depresión en canciones únicas y con ello… se volvió leyenda.
Escucha este playlist para recordarlo: