El productor de música electrónica Jon Hopkins, compartió un nuevo sencillo titulado ‘Singing Bowl (Ascension)’. Se trata de un track que hizo su aparición en Quiet, una lista de reproducción colaborativa de 24 horas para Spotify, que además funge como una serie de meditaciones.
Para crear esta pieza, Hopkins grabó una variedad de vibraciones creadas por un cuenco de 100 años que se encuentra en una tienda de antigüedades en Delhi. Luego los introdujo en una computadora portátil que ejecuta un sistema simple y generativo que activó los golpes y los drones al azar. Esto permitiría que la sincronía desempeñase un papel central en el proceso de composición y elimine la mayor cantidad de “pensamientos” posibles en la escritura. Una versión anterior de esta pieza, se utilizó como instalación de sonido en el Festival de las Artes de Helsinki del año pasado.
Al respecto, Hopkins declaró lo siguiente: “Al igual que muchas personas, me sentí bastante paralizado por esta situación cuando se desarrolló por primera vez. Todos mis planes para el año fueron cancelados, y todo se sintió tan extraño y onírico. Pero gradualmente descubrí que quería crear algo: encontrar paz y perspectiva a través de la música, como siempre lo he hecho.
Se sentía maravillosamente puro usar solo una fuente de sonido acústico, y sin sintetizadores. Fue liberador escribir algo sin tocar nada en el teclado, para evitar la familiar escala diatónica por primera vez, y así evitar cualquiera de mis propios hábitos de juego condicionados. Había una magia en poner en marcha este sistema generativo y luego dejar que las vibraciones de este cuenco crearan su propio mundo. Escuché los armónicos en capas encima de los armónicos durante horas y fui transportado”.
Lo último de Jon Hopkins fue la publicación de su tercer álbum de estudio llamado Singularity (2018), un material lleno de breaks, disonancias, y ambientes oscuros, sonidos que me remiten a los electrónicos originales de los años 70, como a Vangelis y Jean-Michel Jarre, y a esa mezcla de Stravinsky con Depeche Mode, con una profunda observación de las teorías de la singularidad, el tiempo, la cosmología y, como diría Ken Wilber, El Kosmos con ‘K’, es decir, el todo, en una triada de los primeros tres tracks que se tienen que escuchar juntos y en orden.