La primera vez que escuché la canción que se convertiría en ‘Breathe In / Breathe Out’ fue algún día del verano de 2010, mientras Joaquín García grababa demos en el estudio de Pedro Y El Lobo. Esos eran los primeros intentos de producir formalmente su música, que hasta ese entonces no era más que un vehículo de desahogo y angustia adolescente desde un sótano en casa de sus padres. En sus inicios como artista, había dos tipos de composiciones muy marcadas en el sonido de Joaquín.
Por un lado, canciones como ‘It’s Been Said’ o ‘Heading West’ sobresalían por sentirse perfectamente armadas y completas. Después del primer concierto que yo lo vi tocar, llegué a mi casa a buscar esas dos letras en Google, seguro de que eran covers de algún cantante de folk de los sesenta. Descubrir que habían sido escritas por él –un desconocido de un año abajo de la escuela de mis amigos– le dio sentido al sueño de formar un sello independiente: volvió realidad la ilusión de descubrir y cultivar nuestra propia escena. En mi mente, Joaquín García se convirtió en el primer artista firmado por Pedro Y El Lobo, aunque él no lo supiera y ni cuenta de Bandcamp tuviéramos aún.
Por otro lado, había temas que se sentían todavía como exploraciones o pistas del sonido al que Joaquín buscaba llegar, como si tratara de anticipar su evolución artística. ‘Breathe In’ pertenecía a esta segunda categoría. Eran canciones que intentaban ser más complejas en su estructura musical, temática y ejecución de las melodías. Estas llegaban a generar momentos incómodos en el estudio o en conciertos cuando se sentía que algo les faltaba; quizás la voz no llegaba, o el cambio entre una parte y otra se sentía forzado. Algunas como ‘Uneven’ lograron aterrizar y convertirse en piezas fundamentales de su álbum debut The Local Universe (2014), mientras que otras nunca funcionaron. ‘Breathe In’ fue un caso único, pues se guardó en un cajón y renació siete años después.
Las canciones pueden ser extrañas y caprichosas de esa manera. Algunas salen en una tarde y ya están terminadas. “It’s Been Said” le dio al clavo de muchas formas. Siendo una canción bonita y pegajosa logra capturar la temprana juventud –tan ingenua como valiente– que cuestiona el mundo sin tener idea de cómo funciona, y lo hace con frases que continúan siendo profundamente relevantes, quizás hoy más que nunca: “Don’t they all act like they know what they talk about?”. Imagino a Joaquín al terminar de escribirla, sin saber bien cómo lo hizo o entender del todo la importancia que tendría. En todo este tiempo, “It’s Been Said” nunca ha necesitado más que una guitarra y una voz. Él ha mejorado como músico y cuenta con muchos más recursos como cantante, pero la canción permanece igual. ‘Breathe In / Breathe Out’ es el caso opuesto. Ambas canciones fueron escritas por Joaquín cuando tenía dieciocho o diecinueve, pero ésta tardó doce años en llegar a donde tenía que llegar. Existe una grabación de la versión antigua en Over The Last Few Years… un EP en vivo de 2012, la cual pueden reproducir a continuación.
Comparar la versión original con el sencillo recién lanzado, no sólo es una prueba de que las canciones tienen vida propia, sino también evidencia de la evolución del sonido de Joaquín a través de la década. En la primera se escucha a un músico cuyas limitaciones técnicas, lo hacen depender del sentimiento y entregarse por completo a los versos que nuevamente tienen la confianza sobrada que vimos en ‘It’s Been Said’. En ella, intentaba hacer las paces con el vacío existencial y decirse a sí mismo que todo estaría bien, a pesar del mundo. Hay una fragilidad y una inocencia que son hermosas en retrospectiva, pero que nunca lograron cargar una canción que era tan pesada y compleja temáticamente desde un inicio.
Hablando con Joaquín acerca de cómo percibe él cuando una canción está o no terminada, explicó: “Sé cómo escribir una canción, pero con frecuencia no sé cómo terminarla… Cuando acabo nunca la siento perfecta, por eso me sorprende más cuando una canción no pide nada a lo largo de los años (como “It’s Been Said”). Las canciones suelen cambiar cada vez que la tocas, aunque sea en sutilezas como el fraseo de una melodía, y cuando eso funciona, inconscientemente permanece. Esas pequeñas cosas cambian el alma de la canción y muchas veces me llevan a modificar la letra para reflejar o asimilar esos cambios. De esta forma la canción va decidiendo por dónde ir, y a veces termina muy lejos de donde empezó”.
Como se puede escuchar arriba, ‘Breathe In / Breathe Out’ terminó por ser un track en el que la mezcla atmosférica y las texturas nebulosas se encargan de transmitir el sentimiento oscuro que Joaquín siempre visualizó. El folk se diluye con toques de ambient, shoegaze y dream-pop entre guitarras inundadas en reverb y percusiones distorsionadas. Si bien esta es una producción que en 2012 estaba fuera del alcance de Joaquín como artista y de Pedro Y El Lobo como disquera, el cambio más sobresaliente sucede en el control y la capacidad expresiva de la voz. Esta va quemando lentamente, cual cigarro en la noche, fluyendo sin esfuerzo entre hipnotizantes versos callados y suaves falsetes distantes, entregando palabras más abstractas y evocativas.
En esta etapa, construida con paciencia y cuidado, Joaquin Garcia parece estar cada vez menos preocupado por componer canciones pegajosas, enfocándose más bien en crear paisajes sonoros que transmitan la misma profundidad que los temas que aborda. Más allá de las diferencias, me parece necesario concluir con los detalles que no cambian entre las dos versiones, pues es ahí donde podemos encontrar la esencia y la identidad constante que las convierte, no en dos piezas separadas, sino en dos etapas de la misma obra. Algunos son obvios como el arpegio de guitarra que guía desde el inicio. Otros cuantos son pequeños –casi easter eggs– como el guitarrazo agudo del final, que en la versión en vivo parece un error, pero aquí permanece como una especie de guiño al pasado. Y hay uno específico que es enorme y ahí siempre radicó el corazón de ‘Breathe In / Breathe Out’. Una ligera subida de intensidad y una frase que rompe todo y eriza la piel sin importar si es 2012 o 2020. Tan importante hoy para quien la escuche, como para el Joaquín de 18 años que la escribió “this city is dragging me down, so if I sing, I’ll sing loud”.