// Por: Diego Galán

mar 12 febrero, 2019

La historia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, posiblemente el narcotraficante más famoso de nuestra época, se acerca a sus capítulos finales.

Ex-líder del Cártel de Sinaloa, leyenda urbana, el exitoso traficante de droga a través de túneles secretos, uno de los hombres más buscados del gobierno estadounidense. Después de dos capturas, dos escapes de prisión, una obligada extradición y divulgado juicio, es finalmente encontrado culpable ante 10 cargos federales. Ahora enfrenta cadena perpetua ha ser sentenciado el próximo 25 de Junio.

Los 3 meses de juicio, se acercan a finalizar con largos testimonios de un historial de sobornos políticos, violencia desmedida, escapes asistidos y su imperio de narcotráfico. Los testimonios incluyen ex-cómplices, ex-parejas y demás testigos protegidos alrededor de los hechos delictivos del Cártel de Sinaloa, descrito por los acusadores como “La organización de tráfico de drogas más grande y prolífica del mundo”.

La defensa de Guzmán abordó el histórico juicio buscando poner a su cliente ante el jurado, como un especie de chivo expiatorio por parte de testigos protegidos del gobierno, cuyos crímenes son incluso más graves que los del mismo. Esto, incluso cuando diferentes fuentes antes y durante de este jurado, relatan una historia de cruda violencia por parte del acusado.

Además de historias de detallados recuentos de violencia y descripciones de los métodos de tráfico del Cártel de Sinaloa, que incluyen toneladas de cocaína, heroína, mariguana y metanfetamina por medio de túneles, vehículos de carga y pipas  por más de dos décadas, los testimoniales describen la profundidad de esta red criminal.

¿Un juicio sin significado?

El enfoque del juicio entra en detalle a la corrupción de parte de los gobiernos que fue cómplice en la expansión del cartel. Sobre todo, destacando sobornos a ex funcionarios como Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto al cual le fueron otorgados alegadamente 100 millones de dólares.

Aunque la crítica que rodea las perspectivas más pesimistas del juicio, coinciden de con la defensa de Guzmán, en su cuestionamiento del verdadero impacto o siquiera significado de este juicio. Se contextualiza con la continua y esperada prosperidad del Cártel de Sinaloa donde la pérdida de Guzmán no representa un golpe a su logística. En contraste se ha discutido seriamente la importancia del mismo como una victoria simbólica de la justicia ante este emblema del narcotráfico.

Durante seis días el jurado evaluó los cargos y evidencia en contra de Guzmán, para buscar una deliberación lo suficientemente comprensiva a una larga línea de tiempo de todo tipo de actividades criminales. Se percibe esto, como el final de un largo capítulo en búsqueda de Guzmán, mostrando así la persistencia por diferentes órganos nacionales e internacionales con el objetivo de llegar a esta histórica sentencia.

El Fiscal General Matthew G. Whitaker dijo para The Washington Post “Este caso, y más importante, esta convicción, sirve como un mensaje irrefutable a los kingpins que permanecen en México, y aquellos que aspiran a ser el próximo Chapo Guzmán, que finalmente serán arrestados y procesados “.

El sentimiento más extraño descrito alrededor de la noticia está en la actitud de Guzmán que desde un inicio se negó a testificar, manteniendo silencio y poca emoción durante el juicio. Un reflejo contradictorio a lo que se sabe de la vida de este narcotraficante.

Actualización: La defensa de Guzmán declaró que apelará el veredicto de culpabilidad.