Un llamado de atención para todo el país: Esto es el calentamiento global en México

// Por: Steff Fink

jue 14 julio, 2022

Desde que tengo memoria, en la tv y los medios de comunicación se habla del calentamiento global. Recuerdo que cuando era chica pensaba en todas las maneras que podía accionar para lograr desde mis acciones aunque fuera un pequeño cambio. Fue así como desde muy temprana edad dejé de comer animales, me volví vegana y comencé a accionar todos los pequeños tips que suelen dar: Báñate en menos de 5 minutos, no dejes las luces prendidas, desconecta la tv cuando no estés viéndola, pon una cubeta en la regadera y utiliza esa agua para jalarle al escusado, entre un sin fin más de acciones que me he encontrado haciendo desde que soy niña.

Según expertos de la UNAM, el 2021 fue el sexto año más caluroso a nivel global, con un aumento de 1.1 a 1.2 grados centígrados con respecto al periodo preindustrial. Ocho de los diez años más cálidos han ocurrido en la última década y hay estimaciones de que la temperatura aumentará a 1.5 grados centígrados para inicios de 2030 y a dos grados para 2040 en el planeta (con respecto a principios del siglo pasado). Y claro, quien vive en el país lo ha sentido, no hablemos de la zona norte donde el verano parece que es recibido por las puertas del mismo infierno con temperaturas que alarmantemente superan los 40 grados, pero incluso en la zona centro somos testigos ya de estos cambios. Despertar a 8 grados para llegar a la hora de la comida sofocándote de calor y no poder irte a tu casa porque las lluvias y granizos ya inundaron el periférico. El calentamiento global ha tomado de rehén nuestra ciudad. O mejor dicho, invitamos a comer al calentamiento global, creyendo – ingenuamente – que se iría y que el día donde los cambios fueran realmente palpables no llegaría o que al menos “no nos tocaría a nosotros vivirlo”, “que se preocupen mis hijos”, pensamos.

 

 

“Nuestro país se calienta más rápido que el promedio global. De hecho, en el 2020, que ha sido el año más caliente que hemos registrado, rebasamos los 1.5 grados y estuvimos por arriba de 1.6. Esto se debe a la variabilidad natural y a la tendencia de calentamiento”, advirtió el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, Francisco Estrada Porrúa.

Desde 1975 México se ha estado calentando alrededor de 0.3 grados por década, lo que es muy alto en comparación con otras regiones del planeta, y mientras que en el centro se ha calentado dos grados por siglo, hay zonas en el norte que se han calentado hasta seis grados por siglo. Ahora entendemos porque en agosto si sales a la calle en Nuevo Laredo puedes cocer un huevo en la banqueta.

Pero esto lo único que nos dice es que así como hemos estado experimentado estos cambios bruscos de temperatura y humor en el clima, la cosa solo se irá poniendo peor. “Los costos acumulados durante este siglo serían comparables a perder entre el 50 por ciento y hasta más de cuatro o cinco veces el producto interno bruto actual”. Climas extremos, inundaciones, huracanes, tormentas más fuertes, sequías, un escenario perfecto del fin del mundo que ha comenzado ya a tomar forma en nuestro país. El pasado martes, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) declaró el inicio de la emergencia por sequía en México. Casi siete de cada 10 municipios, 571 Ayuntamientos en todo el país, no cuentan con todo el líquido que necesitan, de acuerdo con el último monitoreo de las autoridades, con corte al pasado 30 de junio.

 

 

Por supuesto, la región más afectada por esta sequía es todo el norte del país: Baja California, Sonora, Monterrey, Tamaulipas, Chihuahua y Coahuila donde alrededor del 95% de su municipios enfrentan algún grado de escasez, según el último informe disponible. Esto afecta sobre todo, a la industria y la agricultura, que concentran más del 80% del consumo en el país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Curiosamente en los comentarios de una publicación en la cuenta de Verdemente sobre el calentamiento global, hubo un comentario que llamó mi atención: “Ojalá las autoridades hagan algo al respecto”. Me sorprende la manera en que como raza -la humana-, queremos siempre dispersar la culpa, como si el consumir carne, comprar compulsivamente, ser adeptos al fast fashion, tirar basura y el simple hecho de existir sin medir las consecuencias que tienen nuestras acciones, no fuera total y completamente una culpa propia. Claro que el gobierno y las autoridades podrían crear mejores programas de educación para inculcar en la gente el “chip verde” y de agente de cambio, para que las nuevas, actuales y viejas generaciones podamos actuar desde la consciencia y la información. Sin embargo, sí creo que es también deber, responsabilidad y obligación de cada uno de nosotros el educarnos y tomar acción sobre un tema que, literalmente, nos está matando.

Por su parte, el también investigador del ICAyCC, Alejandro Jaramillo Moreno, expuso que a la intensa actividad antropogénica que ocasiona el cambio climático, se suman fenómenos naturales como El Niño y La Niña, que son calentamientos (el primero) o enfriamientos (la segunda) anómalos del Océano Pacífico con impacto en el clima global. Tienen oscilaciones y se presentan algunos años y otros no, pero también tienen repercusiones a nivel planetario y regional.

 

 

¿Qué hacer entonces? Muchas son las acciones que cada uno desde su propia existencia puede hacer para sumar y comenzar a generar un cambio en el modelo social. Algunas tan simples como cambiar a focos LED y otras un poco más complejas como activar un huerto en casa.

  • Apagar las luces cuando salgas de una habitación. Incluso si lo haces durante unos segundos, ahorras más energía de la que se necesita para encender la luz.
  • Cambiar las bombillas viejas por bombillas LED o de bajo consumo. Esta medida ayudará a salvar el medio ambiente y ahorrará costes de energía.
  • Desconectar aparatos electrónicos, como televisores, la cafetera, la compu y el cargador de tu cel cuando no los estés usando. La mayoría de estos aparatos siguen consumiendo energía incluso cuando están apagados.
  • Reducir residuos. Para ello será necesario utilizar botellas o tazas reutilizables en lugar de recipientes de un solo uso. Lleva tu termo cuando vayas por un jugo o café, lo mismo si vas por comida lleva un tupper.
  • Báñate en menos de 5 minutos. Y apaga la regadera cuando te estés enjabonando.
  • Reducir el consumo de carne. Necesitamos iniciar un cambio hacia dietas basadas en vegetales, ya que la producción y distribución de carne tiene un impacto perjudicial en las emisiones de gases de efecto invernadero y es una de las primeras 3 industrias que más contaminan el planeta.
  • Comprar productos locales y de temporada. Estos son más respetuosos con el medio ambiente.
  • Llevar tu propia bolsa cuando vayas al super o mercado para evitar usar bolsas de plástico.
  • Reciclar productos usados de papel, plástico, vidrio y aluminio para evitar que los vertederos crezcan.
  • En la medida de lo posible, elige el transporte público, la bicicleta o caminar en lugar de ir en coche y así contribuirás a reducir emisiones.
  • Vístete de manera inteligente. La industria de la moda representa entre el 8 y el 10% de las emisiones globales de carbono, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. Cambia a un ciclo de vida más ecológico y sustentable como la moda circular, el upcycling o la ropa de segunda mano.
  • Sé un agente de cambio. Anima a tus amigos, familiares y compañeros de trabajo a reducir sus emisiones de carbono pero principalmente, actúa tú como su inspiración.
  • Hacer presión política. Presionar a los políticos y empresas locales para que se unan a los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono.
  • No tires comida. Evita el desperdicio comprando solo lo que necesitas. Un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o se desperdicia. Según el  Índice de desperdicio de alimentos 2021, realizado por el PNUMA, las personas a nivel mundial desperdician 1.000 millones de toneladas de alimentos cada año, lo que representa alrededor del 8-10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
  • Planta árboles. Cada año se destruyen aproximadamente 12 millones de hectáreas de bosque y esta deforestación, junto con la agricultura y otros cambios en el uso de la tierra, es responsable de aproximadamente el 25% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.